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VIDEO SOBRE LA MUERTE DE JUNIOR

El narco se evaporó

Luego que Página/12 publicó que Telefé tenía un video con la confesión de un narco colombiano, el juez lo reclamó para la investigación de la muerte de Carlos Menem Junior.

 

 

Zulema Yoma siempre sostuvo que Carlos Menem Junior fue asesinado

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Por Raúl Kollmann

t.gif (67 bytes)  El juez Carlos Villafuerte Ruzo, que investiga la muerte de Carlos Menem junior, ordenó ayer a Telefé que le entregue el original del video en el que un supuesto arrepentido colombiano confesó haber participado de un grupo que atacó el helicóptero del hijo del Presidente. El individuo dice que junto con otros francotiradores pagados por el Cartel de Medellín dispararon contra el aparato hasta abatirlo. Villafuerte Ruzo incorporó a la causa el artículo publicado ayer por Página/12 en el que se reveló la existencia del video y libró de inmediato un oficio al canal de televisión. En fuentes de la investigación hay muchas dudas respecto del colombiano e incluso se lo señala como un falso arrepentido, que fue bien preparado y ahora, además, habría desaparecido. En principio, Telefé emitirá los dichos del arrepentido el jueves o viernes.

Hasta la publicación de la nota en este diario, Villafuerte Ruzo no sabía nada del extraño colombiano. Por ello, ante una consulta de Página/12 negó que el individuo estuviera custodiado por órdenes suyas y mucho menos que se haya presentado a declarar en el juzgado. Es más, ayer circuló la versión en fuentes tribunalicias de que la grabación de Telefé fue realizada hace un par de meses, lo que todavía llama más la atención. Quienes rodean a Zulema Yoma sostienen que el reportaje no se emitió en todo este tiempo por presión de la Casa Rosada.

Según el colombiano, un grupo de mercenarios del Cartel de Medellín realizó el ataque contra el helicóptero supuestamente para vengarse del Presidente por algún operativo antidroga. En la versión del arrepentido, la Casa Rosada queda blanqueada y se desliza una acusación contra Duhalde que --de acuerdo con el colombiano-- no era un adversario de los barones de la droga. Todo el testimonio tiene así un tufillo a operación política contra el gobernador bonaerense, archirrival del menemismo.

Según ha sostenido siempre Zulema Yoma, la muerte de su hijo estuvo relacionada con el tráfico de drogas. La ex primera dama considera que en el entorno presidencial hay un grupo de funcionarios relacionados con el lavado de dinero o directamente con operaciones de narcotráfico. En ese marco, hubo un pase de facturas por algún diferendo vinculado a las drogas y por eso --dice Zulema-- mataron a su hijo. La señora Yoma apunta a la custodia presidencial y también al brigadier Andrés Antonietti, quien fuera secretario de Seguridad e íntimo colaborador del Presidente. O sea que Zulema da crédito a lo que dice el colombiano respecto de la operación con la que se abatió el helicóptero, pero descree del móvil que señala el supuesto arrepentido.

De todas maneras, el individuo o bien tiene un sólido conocimiento de la causa judicial o efectivamente tuvo alguna relación con la muerte de Carlos Menem Junior. Por ejemplo, el colombiano señala que el helicóptero salió de Don Torcuato, bajó en un country de la zona norte del Gran Buenos Aires y después volvió a bajar en el kilómetro 191, en un parador llamado Bahamas. Todo esto está probado desde hace tiempo en la causa judicial. Según parece, el colombiano no sólo dio detalles sino que en la grabación de Telefé recorrió todo el trayecto con los hombres del canal.

Sobre el derribamiento del aparato, el arrepentido dice que se apostaron francotiradores a unos 100 metros de la ruta y que el grupo mantenía comunicación con el tercer pasajero que supuestamente iba en el helicóptero. En el relato surgen varios elementos que siempre estuvieron presentes en las denuncias realizadas por Zulema Yoma y su abogado, Franco Caviglia: que la máquina fue derribada por disparos de arma larga (la pericia de la Gendarmería coincide con esta hipótesis), que hubo un tercer pasajero, y que existió una complicidad de la custodia policial. Hasta ahora, el juez Villafuerte Ruzo descree de esos tres elementos y sigue sosteniendo que Junior murió por un accidente.

Tras la publicación en Página/12 de la existencia del video, distintas fuentes señalaron a este diario que el colombiano desapareció del mapa. Esto sería más que llamativo y seguramente despertará las iras y las suspicacias del juez Villafuerte Ruzo. Sea cual fuere la verdad sobre el colombiano, si lo que dice es cierto o si está todo armado, era fundamental la declaración ante el magistrado y que se averigüe qué es lo que hay detrás de toda la historia. En caso de que haya participado del supuesto ataque, obviamente es un hombre clave. Si se trata de una mentira, hay que ver quién la armó, la pagó y por qué se hizo la maniobra. Sería asombroso que haya grabado varias horas de entrevista para luego evaporarse, escapando tanto a las fuerzas de seguridad como a la Justicia.

 


Los orificios de bala


Por R. K.

t.gif (862 bytes) El juez Carlos Villafuerte Ruzo tiene sobre su escritorio un nuevo testimonio, el del perito en accidentes de la empresa Bell, fabricante del helicóptero en el que murió Carlos Menem Junior. El especialista, de apellido Suttle, declaró la semana pasada en Estados Unidos y sostiene que examinó la máquina con lupa un día después de la caída. Suttle dice que no vio ningún orificio en el fuselaje y rechaza la hipótesis de que al helicóptero le hayan disparado con armas largas.

Por el contrario, la Gendarmería está terminando la ampliación de la última pericia pedida por el juez. Los hombres que conduce el comandante mayor José Luis Artinián están cotejando cada pieza que se conserva del helicóptero --apenas un 15 por ciento de la nave-- con la numeración que envió la Bell. La idea es asegurarse de la autenticidad de los restos. Como se sabe, la Gendarmería dictaminó inicialmente que en las pruebas realizadas a esos restos se verifican rastros de proyectil balístico, presumiblemente de arma larga.

El interrogante parece nítido: ¿cómo es posible que no se hayan detectado orificios enseguida después de la caída de la máquina (como dice el hombre de la Bell) si hay rastros de orificio y proyectil en los restos que todavía se conservan (como dice la Gendarmería)?

Algunos especialistas dicen que la solución está en que alguien le disparó los tiros a los restos del helicóptero mucho después de la caída como una forma de confundir la investigación. En la Gendarmería dicen que eso es imposible, que ellos hubieran detectado la diferencia en los tiempos y la trayectoria de la bala. Como se ve, los interrogantes no cesan.



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