El narco se evaporó
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Por Raúl Kollmann El juez Carlos Villafuerte Ruzo, que investiga la muerte de Carlos Menem junior, ordenó ayer a Telefé que le entregue el original del video en el que un supuesto arrepentido colombiano confesó haber participado de un grupo que atacó el helicóptero del hijo del Presidente. El individuo dice que junto con otros francotiradores pagados por el Cartel de Medellín dispararon contra el aparato hasta abatirlo. Villafuerte Ruzo incorporó a la causa el artículo publicado ayer por Página/12 en el que se reveló la existencia del video y libró de inmediato un oficio al canal de televisión. En fuentes de la investigación hay muchas dudas respecto del colombiano e incluso se lo señala como un falso arrepentido, que fue bien preparado y ahora, además, habría desaparecido. En principio, Telefé emitirá los dichos del arrepentido el jueves o viernes. Hasta la publicación de la nota en este diario, Villafuerte Ruzo no sabía nada del extraño colombiano. Por ello, ante una consulta de Página/12 negó que el individuo estuviera custodiado por órdenes suyas y mucho menos que se haya presentado a declarar en el juzgado. Es más, ayer circuló la versión en fuentes tribunalicias de que la grabación de Telefé fue realizada hace un par de meses, lo que todavía llama más la atención. Quienes rodean a Zulema Yoma sostienen que el reportaje no se emitió en todo este tiempo por presión de la Casa Rosada. Según el colombiano, un grupo de mercenarios del Cartel de Medellín realizó el ataque contra el helicóptero supuestamente para vengarse del Presidente por algún operativo antidroga. En la versión del arrepentido, la Casa Rosada queda blanqueada y se desliza una acusación contra Duhalde que --de acuerdo con el colombiano-- no era un adversario de los barones de la droga. Todo el testimonio tiene así un tufillo a operación política contra el gobernador bonaerense, archirrival del menemismo. Según ha sostenido siempre Zulema Yoma, la muerte de su hijo estuvo relacionada con el tráfico de drogas. La ex primera dama considera que en el entorno presidencial hay un grupo de funcionarios relacionados con el lavado de dinero o directamente con operaciones de narcotráfico. En ese marco, hubo un pase de facturas por algún diferendo vinculado a las drogas y por eso --dice Zulema-- mataron a su hijo. La señora Yoma apunta a la custodia presidencial y también al brigadier Andrés Antonietti, quien fuera secretario de Seguridad e íntimo colaborador del Presidente. O sea que Zulema da crédito a lo que dice el colombiano respecto de la operación con la que se abatió el helicóptero, pero descree del móvil que señala el supuesto arrepentido. De todas maneras, el individuo o bien tiene un sólido conocimiento de la causa judicial o efectivamente tuvo alguna relación con la muerte de Carlos Menem Junior. Por ejemplo, el colombiano señala que el helicóptero salió de Don Torcuato, bajó en un country de la zona norte del Gran Buenos Aires y después volvió a bajar en el kilómetro 191, en un parador llamado Bahamas. Todo esto está probado desde hace tiempo en la causa judicial. Según parece, el colombiano no sólo dio detalles sino que en la grabación de Telefé recorrió todo el trayecto con los hombres del canal. Sobre el derribamiento del aparato, el arrepentido dice que se apostaron francotiradores a unos 100 metros de la ruta y que el grupo mantenía comunicación con el tercer pasajero que supuestamente iba en el helicóptero. En el relato surgen varios elementos que siempre estuvieron presentes en las denuncias realizadas por Zulema Yoma y su abogado, Franco Caviglia: que la máquina fue derribada por disparos de arma larga (la pericia de la Gendarmería coincide con esta hipótesis), que hubo un tercer pasajero, y que existió una complicidad de la custodia policial. Hasta ahora, el juez Villafuerte Ruzo descree de esos tres elementos y sigue sosteniendo que Junior murió por un accidente. Tras la publicación en Página/12 de la existencia del video, distintas fuentes señalaron a este diario que el colombiano desapareció del mapa. Esto sería más que llamativo y seguramente despertará las iras y las suspicacias del juez Villafuerte Ruzo. Sea cual fuere la verdad sobre el colombiano, si lo que dice es cierto o si está todo armado, era fundamental la declaración ante el magistrado y que se averigüe qué es lo que hay detrás de toda la historia. En caso de que haya participado del supuesto ataque, obviamente es un hombre clave. Si se trata de una mentira, hay que ver quién la armó, la pagó y por qué se hizo la maniobra. Sería asombroso que haya grabado varias horas de entrevista para luego evaporarse, escapando tanto a las fuerzas de seguridad como a la Justicia.
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