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El amor no rinde

Por Sandra Russo


t.gif (67 bytes)  Primero amagó con la televisación de su parto en directo, pero las negociaciones con la red O Globo no prosperaron. Uno tiene derecho a pensar que no fue por recato que el trato no llegó a buen término, sino por cuestiones económicas. Su embarazo fue planificado con un par de años de anticipación, durante los cuales la animadora atosigó a bajitos y altos con el tic tac de su reloj biológico y de paso acaparó tapas de revistas del corazón; el partenaire cuya misión era poner la semillita fue buscado, estudiado y elegido; el nombre de la beba se supo en el segundo mes de embarazo, ese período de riesgo en el que la mayoría de las mujeres embarazadas prefiere la prudencia; pero el nacimiento se adelantó y el parto fue por cesárea. La cesárea no es mediática. Ni siquiera los padres, aun después de haber hecho el curso de preparto y de asumir un rol activo en la llegada del nuevo ser, se atreven a internarse en el quirófano cuando los obstetras abren el vientre de la mujer, cortan el útero y sacan de allí al bebé. Pero los admiradores de Xuxa no se privarán de ver ese suceso más lleno de sangre que de magia: el parto fue filmado, de modo que Xuxa podrá negociar su venta.

La decisión de tener un hijo para ella sola, incluso a costa de escándalos baratos --como forzar la pelea con la familia de su seminovio al decir públicamente que los Szafir "son todos feos"--, no es en sí misma cuestionable. El deseo de tener un hijo siempre es un poco compulsivo, aunque se tenga pareja, cuenta bancaria en común y los impuestos al día. Es la única relación para siempre, el único vínculo indestructible. Las parejas pueden pasar o romperse, pero los hijos quedan, y hay que estar necesariamente absorto en el deseo del hijo o en el amor por otro para provocar semejante giro de timón en la propia vida.

Sin embargo, desde que ese deseo la tomó, la brasileña parece más alienada que feliz. Que haya anunciado que su manager Marlene Mattos será también la manager de Sasha --¿un modo sublimado o sub-limado de ser padre?-- deja constancia de un mareo que pronto mareará a la pobre beba. Ya hay listas muñequitas con su nombre, ropa de bebé con su nombre, perfumes y jabones para bebés con su nombre. Hay, en fin, un negocio con su nombre, y vendrán más tapas de revistas, Sasha y su primer paseo, Sasha vomitó la primera mamadera, Sasha cumple un mes; dos meses; tres meses; y así. A Sasha la espera una habitación de 80 metros cuadrados y madre sola, poderosa y ávida de hacer rendir hasta el amor. Y el amor no rinde, sólo sucede.

 

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