Cada vez más víctimas en el trabajo
|
Por Eduardo Videla Otra vez la muerte transitó entre andamios y hormigón armado: en un mismo día, dos obreros de la construcción perdieron la vida en dos accidentes distintos, uno en Villa Lugano y el otro en el Abasto. Según datos oficiales, un obrero del sector muere cada tres días y medio en accidentes laborales. Pero si se toman en cuenta todas las actividades, las víctimas fatales llegan a dos por día, lo que demuestra la fragilidad de las condiciones de seguridad en los lugares de trabajo. El titular de la Unión Obrera de la Construcción (Uocra), Gerardo Martínez, responsabilizó por la falta de controles a la Superintendencia de Riesgos del Trabajo (SRT) y pidió la renuncia de su titular, Reinaldo Castro. También inició gestiones para que las tres centrales sindicales participen de "una jornada nacional de protesta y duelo", en apoyo de una reforma de la Ley de Riesgos del Trabajo (ver recuadro). El propio gerente general de la SRT, Eduardo Toribio, admitió a Página/12 que esa ley "ha desestimulado la prevención de accidentes". En otras palabras, la norma hizo que a las empresas les resulte más barata que antes la muerte de sus operarios. El primer accidente ocurrió a las 10, en una obra ubicada en Avenida Eva Perón al 4700. Ramón Enrique Lazcano (27) trabajaba junto con otros cuatro albañiles en la construcción de los pilares del edificio, en un gran foso, cuando las paredes de tierra se desmoronaron y se le vinieron encima. Lazcano, padre de un bebé de 10 meses, murió asfixiado, mientras que sus cuatro compañeros pudieron ser rescatados con vida. La obra está a cargo de la empresa Niro Construcciones, que hace una semana había sido denunciada por la Uocra ante la SRT por la falta de condiciones de seguridad en esa misma construcción, reveló Gerardo Martínez a Página/12. La Aseguradora de Riesgos del Trabajo (ART) contratada por la empresa es la firma Liberty. Según la ley, la ART tiene la obligación de controlar la seguridad en los lugares de trabajo de sus compañías afiliadas y la Superintendencia, a su vez, debe velar por que este control se cumpla. Al mediodía, el escenario de la tragedia se trasladó al Abasto, a una de las tres torres que se levantan en Guardia Vieja y Agüero. El obrero Armando Flores Milla (39), de nacionalidad peruana, cayó de un andamio desde el piso 16 cuando, aparentemente, intentó cruzar hasta un balcón. Flores Milla fue trasladado al Hospital Italiano, aún con vida, pero murió poco después de haber ingresado. Todo indica que el operario no tenía el arnés de seguridad, obligatorio para trabajar en altura. La empresa que construye los tres edificios de 28 pisos, conocidos como Torres del Abasto, es el consorcio Techint-Ineco. Después del accidente la obra se paralizó y los trabajadores se concentraron, en una mezcla de duelo y protesta por la muerte de su compañero. "Empresarios asesinos", rezaba un pasacalles. "Le reclamamos a la empresa y al delegado mayores condiciones de seguridad, porque caen cascotes, hierros y tirantes y se han producido accidentes. Pero ellos no se preocupan por eso", dijo a Página/12 Ramón (49), que trabaja en la parte baja de la obra. "Nos apretan todo el tiempo, el jefe de la obra y el arquitecto. Este viernes, cuando termine la quincena, van a despedir a los que se quejan y reclaman seguridad. Es lo que vienen haciendo desde hace un tiempo", denunció. Hace una semana, otro obrero murió en las obras de remodelación del Mercado de Abasto. El operario trabajaba en negro para la empresa Metal Design. La ART responsable es Lua. El titular de la Uocra reveló que, según los datos de la SRT, el año pasado murieron 97 obreros del gremio en accidentes laborales, a razón de 8 por mes. Pero si se toma en cuenta todos los sectores, en 1997 se registraron 730 muertes, a razón de 61 por mes o dos por día. El promedio subió el 25 por ciento en los tres primeros meses de este año: hubo 226 muertes, 75 por mes. Pese a esos datos, el gerente de la SRT, Eduardo Toribio, consideró que "estamos mejor que hace dos años, cuando entró en vigencia la ley". El funcionario, sin embargo, carece de datos para explicar esta mejora. Toribio admitió que los controles son casi imposibles porque la Superintendencia cuenta apenas con 30 inspectores para todo el país.
|