Por Raúl Dellatorre Telefónica de España y el
gobierno brasileño encabezado por Fernando Henrique Cardoso surgieron como los grandes
triunfadores de la privatización "mais grande" de Latinoamérica: la poderosa
compañía de teléfonos Telebras. La empresa ibérica se quedó con las joyas más
preciadas de la subasta. El gobierno recibirá más de 19 mil millones de dólares que le
servirán para tapar, a la vez, agujeros de las cuentas públicas y la boca de quienes
sostenían que se estaba regalando la emblemática compañía. Por otra parte, a los
brasileños les quedará el dulce sabor del desquite: después de haber perdido la final
del Mundial de Fútbol a manos de Francia, ayer France Telecom quedó afuera del reparto,
al perder en todas las licitaciones en que se presentó.
Telefónica se adjudicó la estratégica red fija del Estado de San
Pablo, con 36 millones de habitantes y 5,6 millones de líneas instaladas: un tercio de
los abonados en servicio en todo el país. La ineficiencia de la prestación de la empresa
estatal llevó a que se acumularan a la fecha 6,7 millones de pedidos de nuevas líneas en
lista de espera. Con la atención de estos pedidos más la expansión estimada para los
próximos años, se estima que se superarán las 16 millones de líneas, según
proyecciones oficiales.
La empresa española también logró una importante participación en
telefonía celular, al encabezar el consorcio adjudicatario de la operación en los
estados de Río de Janeiro y Espirito Santo. A su vez, sus socios estratégicos en el
mercado global, MCI Corp. de Estados Unidos y Portugal Telecom, obtuvieron la explotación
del servicio de llamadas internacionales del país (Embratel) y de la telefonía móvil de
San Pablo, respectivamente.
Para Brasil, el ingreso de 19 mil millones de dólares por la venta de
su participación (19,2 por ciento) en Telebras le asegura cubrir la mayor parte del
ingreso de inversiones externas directas esperadas para el año (30 mil millones). El 60
por ciento del déficit en cuenta corriente del país se financia con estas entradas de
capital, que en los últimos doce meses alcanzaron a 18,2 mil millones de dólares. No es
un dato menor: podría significar que el gobierno logre despejar definitivamente los
fantasmas de una crisis financiera y los temores recurrentes de que tenga que devaluar el
real.
Los socios principales de Telefónica en las adjudicaciones que
consiguió ayer serán el Banco Bilbao Vizcaya en la telefonía fija de San Pablo y la
empresa eléctrica Iberdrola para los celulares de Río. Por ambas empresas,
desembolsarán algo más de 6150 millones de dólares, un precio elevado pero que
representa una fuerte apuesta con vistas a posicionarse frente a la futura liberalización
del mercado, prevista a partir del 2002. Además, tras la anterior adjudicación de la
telefónica de Río Grande do Sul y sus participaciones en Argentina, Chile y Perú,
Telefónica se erigió ahora, definitivamente, en la mayor operadora del área de
comunicaciones en la región.
Un gigante
Con la privatización de Entel, el Estado argentino obtuvo, en 1990,
214 millones de pesos en efectivo y 5028 millones en títulos a valor nominal, que
transformados a precios de mercado representaban 769 millones. Lo que estaba en juego era
el 60 por ciento del capital de la compañía. El 19,2 por ciento del gigante Telebras se
colocó ayer en una cifra cercana a 19 mil millones de dólares, precio que se pagó por
la adjudicación de la empresa de comunicaciones internacionales, tres compañías de
telefonía fija y ocho de celulares. Dichas empresas cuentan con más de 16 millones de
abonados, contra 3,5 millones que tenía Entel al momento de privatizarse.
Las vendidas, una por una
Los adjudicatarios de las tres compañías regionales de telefonía
fija de Brasil fueron Telefónica (San Pablo), el grupo local Andrade Gutiérrez (Río de
Janeiro y Bahía) y Telecom Italia (Brasilia, Paraná y siete estados del sur). Embratel,
operador de telefonía de larga distancia, quedó para MCI Corp. de Estados Unidos. Las
ocho regiones en que se dividió la telefonía celular fueron distribuidas entre
Telefónica (Río de Janeiro y Espíritu Santo), Telecom Portugal (San Pablo), Telesystem
de Canadá (Minas Gerais, Amazonia y otros tres), Iberdrola (Bahía y Sergipe), el grupo
local Splice (Brasilia y otros cinco), y dos para Italia Telecom, con O Globo y Bradesco
(seis estados del nordeste y tres del sur, respectivamente). La telefonía fija se vendió
en 9800 millones de dólares. Embratel se colocó en 2300 millones. En tanto, las siete
compañías de la red móvil fueron adjudicadas por algo más de 7000 millones de
dólares. |
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