La Knesset
(Parlamento israelí) votó ayer a favor de su propia disolución, algo que obligará a la
convocatoria de elecciones generales anticipadas. La oposición laborista anunció que se
trata del "principio del fin" para el premier Benjamin Netanyahu, pero la
decisión del Parlamento tiene, por ahora, consecuencias simbólicas: habrá un receso de
verano de dos meses y medio y se necesitan tres lecturas más del proyecto, con la
aprobación de la mitad más uno de los legisladores, para que se convierta en ley. Todo
dependerá de que Netanyahu reactive el mismo proceso de paz con los palestinos que se
encargó de congelar durante un año y medio. El gobierno israelí se opone a la retirada
del 13 por ciento de Cisjordania; si la aprueba, los que se opondrán al gobierno serán
los sectores derechistas. Durante esta semana, los diputados
laboristas de la Knesset habían presentado sin éxito tres mociones de censura contra
Netanyahu. El premier se sentía tranquilo, porque esta medida ya había sido puesta a
consideración 57 veces desde que asumió en el cargo. Su posición inflexible respecto
del cumplimiento de los acuerdos de Oslo, algo que había prometido durante la campaña
electoral, comenzó a quebrar a la coalición gobernante, al punto de generar la renuncia
de varios funcionarios moderados, como el ex canciller David Levy.
Al comienzo de este año, Netanyahu se había quedado con una mayoría
parlamentaria de un solo voto. Sobre ese aparente signo de debilidad, el premier pudo
sostener su intransigencia. Los palestinos, que de acuerdo a lo firmado ya debían
administrar el 90 por ciento de Cisjordania, aceptaron la propuesta norteamericana de una
retirada israelí del 13 por ciento. Allí fue cuando Netanyahu diseñó la bicicleta de
las negociaciones: asistir a cuanta reunión se proponga con las autoridades palestinas,
manifestar "el buen clima de las conversaciones" y luego señalar que los
palestinos no habían hecho lo suficiente en materia de seguridad interna como para hacer
concesiones.
Pero ayer la oposición laborista encontró la forma de pincharle una
goma a la bicicleta. Tres de los cuatro diputados del partido centrista Tercera Vía, más
el ex ministro de Finanzas Dan Meridor, inclinaron la balanza a favor del laborismo.
Netanyahu les había pedido a sus partidarios que boicotearan con su ausencia la sesión,
pero seis de ellos asistieron para votar en contra. Aunque por el momento el proyecto no
tiene consecuencias concretas, es probable que la relación de fuerzas en la Knesset no
cambie hasta octubre, salvo que durante este período estival el premier acepte la
retirada del 13 por ciento.
En ese caso, los que le retirarán el apoyo a Netanyahu serán los
sectores derechistas. Si un solo diputado vota en contra del actual gobierno, no harán
falta tres lecturas más del proyecto de disolución y ni siquiera un voto de censura:
Netanyahu deberá convocar directamente a elecciones anticipadas. Su debilidad, entonces,
será un hecho.
La Lewinsky y las Bolsas
Por Alfredo Grieco y Bavio
Un hombre casado tiene un encuentro sexual con una mujer, y después
eligen la manera de taparlo. Es una historia que muchos conocen de primera mano. Pero
sólo cuando el que no lo consigue es el presidente de Estados Unidos vacilan, como ayer,
la cotizaciones mundiales del dólar y de las acciones norteamericanas en los mercados
bursátiles y financieros más sensibles. El acuerdo de inmunidad logrado entre Monica
Lewinsky y el fiscal "independiente" Kenneth Starr asegura que el sexo
presidencial va a llenar las ávidas páginas del verano en los diarios del hemisferio
Norte. Y Clinton admitió ayer que va a tener que dejar filmar en video un testimonio
personal.
Antes del acuerdo entre Lewinsky y Starr, la Casa Blanca podía
presentar a la investigación como una casa de brujas de la "derecha"
republicana contra la "izquierda" demócrata y presidencial. A partir de ayer,
la versión de los hechos de Clinton se va a contraponer con la de su ex becaria. Hasta
ahora, la opinión pública norteamericana prefirió a su presidente antes que al odioso
fiscal. Pero cuando Clinton admita (o los demás infieran) que dijo menos que toda la
verdad, llegará la hora del juicio definitivo, y es posible que no sea tan favorable.
El sexo consensual entre adultos no es censurado por la mayoría de los
norteamericanos, aunque la enorme diferencia de poder entre un presidente y su becaria
arroje la sombra de una duda sobre el "consenso". La cuestión del perjurio del
presidente es lo que produce inquietud entre sus conciudadanos, y una cierta inseguridad
en el exterior. El rol de Monica Lewinsky despuntó en el juicio contra Clinton por Paula
Jones, en el cual se negó toda relación sexual. Ahí apareció en escena Starr para
demostrar que el presidente había tapado otra historia, precisamente la de Lewinsky.
Clinton no es la primera persona en la historia del derecho procesal que trató de evadir
la verdad cuando fue llamado a declarar como testigo. Sin duda no está bien mentir, y la
mentira se agiganta, aun cuando se refiera a una cuestión privada, por la investidura
presidencial. Pero aunque este verano boreal se recuerde como el clímax del docudrama de
la Lewinsky, es poco probable que afecte a los Estados Unidos, y menos aún a la
economía. Entre tanto, son pocos los que disfrutan de la ironía que significa que se le
exija a Clinton una veracidad absoluta en asuntos personales cuando lidera un gobierno que
barniza, o hace cosas peores, con asuntos de una gravedad internacional que no tolera
sospecha. |
HOY ASUME EL NUEVO PREMIER JAPONES
Un oscuro Sol Naciente
El
panorama de la crisis asiática es poco alentador. Ayer, la Asociación de Naciones del
Sudeste Asiático (Asean) cerró su quinto foro sin haber tomado ninguna decisión
económica ni respecto de la situación política en Birmania. En Japón, el economista
Kiichi Miyazawa finalmente aceptó el Ministerio de Finanzas que le ofreció Keizo Obuchi,
que hoy asume como nuevo primer ministro. El índice Nikkei de la Bolsa de Tokio sigue
cayendo, afectada también, como el resto de los mercados bursátiles del mundo, por el
escándalo sexual de Bill Clinton con Monica Lewinsky.
Miyazawa representa algo así como una figura patriarcal del Japón
actual. Su carrera comenzó durante la Segunda Guerra Mundial, antes que la de su partido,
el Democrático Liberal (PDL). Fue ministro de Correos, Comercio Exterior, Relaciones
Exteriores y Finanzas, hasta ocupar el cargo de primer ministro entre 1991 y 1993. Pero
tiene 78 años, y éste era su argumento para rechazar el ofrecimiento del nuevo premier.
Obuchi le pidió que aceptara por "el bien de Japón" y porque de otro modo
"sería incapaz de formar gobierno". Aunque los empresarios y funcionarios
elogian que haya un nombramiento, las críticas al nuevo gabinete continúan.
El nuevo premier será elegido hoy por la Cámara baja japonesa y
deberá presentar su equipo. Varios partidos de la oposición votarán como candidato
alternativo al líder centroizquierdista Naoto Kan en la Cámara alta, lo cual es un signo
de protesta. Si hay dos candidatos, es la Cámara la que decide, y allí el PDL tiene
mayoría.
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