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El Mercobank abrió hace dos meses y ya tiene comprador en la puerta

La parte financiera de General Electric es el interesado en quedarse con el banco que nació del fallido BCP, de los Trusso.

Horacio Liendo, titular del Mercobank. Tardó en cobrar sus honorarios.
GE vuelve a la carga para comprar un banco, y quiere el Mercobank.

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Por Pablo Ferreira

t.gif (67 bytes) La división financiera de General Electric, el gigante estadounidense dedicado a la producción de energía, turbinas y electrodomésticos, quiere comprar el Mercobank. Esta entidad nació como salvavidas de los principales acreedores del fallido Banco de Crédito Provincial. Sus ex dueños, los hermanos Trusso, responsables del vaciamiento del banco platense, están hoy en la cárcel o prófugos. En el Mercobank no desmintieron a Página/12 la oferta de GE. Pero las tratativas no serán sencillas. La operación exige negociar con casi cuatro decenas de accionistas. Entre ellos figuran pesos pesado como Fondigest del Grupo Cariplo, una de las mayores entidades financieras de Italia, YPF, Edelap y Camuzzi Gas Pampeana.

No es la primera vez que la corporación estadounidense trata de hacer pie en el mercado bancario local. Entre sus intentos de los últimos años se encuentra la frustrada compra del Banco Liniers Sudamericano. La nueva movida de GE se encuadra en la agresiva estrategia de expansión mundial de sus negocios financieros. Ya está operando en la Unión Europea, donde no desaprovechó la oportunidad que le dio la apertura de esa plaza de servicios. Y en estos días cerró un acuerdo para adquirir la compañía de préstamos personales del grupo japonés Lake. Se trata de la quinta entidad crediticia de ese país con más de 560 sucursales y 1,4 millón de clientes.

Un directivo del Mercobank admitió ante este diario la existencia de negociaciones por parte GE, que están siendo impulsadas desde la filial chilena de la multinacional. Aunque también aseguró que la propuesta concreta no llegó aún al directorio. Al respecto explicó que "las operaciones de venta que puedan encarar los accionistas, si bien son un tema de libre decisión, deben someterse a las condiciones establecidas en el estatuto". Ocurre que el Mercobank reglamentó que cualquier transferencia del paquete accionario que implique su control (más del 25 por ciento) debe cumplir dos instancias previas ineludibles. Una de ellas es informar al Banco Central la operación. La otra es que las autoridades del Mercobank comuniquen la oferta al resto de los 47 accionistas fundadores. Así se asegura que todos queden en un pie de igualdad, en términos de precio y plazos, para vender sus tenencias. Para esos inversores la propuesta de GE les abre la puerta para salir de un negocio chino: cuando el BCP iba camino a la quiebra, aceptaron capitalizar sus millonarios depósitos que quedaron atrapados en el banco de los Trusso en el Mercobank.

Algunos analistas económicos de la city explican el eventual cambio de mano en los problemas que tiene la entidad heredera del BCP. Las dudas apuntan, sobre todo, a la ineficiencia de su management para hacer negocios, mientras las cajas rebosan de depósitos retenidos a tasas elevadas. De hecho, en su balance inicial al 23 de enero pasado consta que el Mercobank tenía colocaciones por más de 200 millones de pesos. No obstante, a más de dos meses de su apertura, recién la semana última habrían otorgado el primer crédito corporativo de importancia.

Quienes objetan el manejo de la entidad que comanda el cavallista Horacio Liendo hacen hincapié, además, en las reyertas entre los socios. Una muestra es la demora en el cobro de los honorarios sufrido por el propio presidente desde que asumió a comienzos de año. También añaden que los elevados salarios de los nueve directores --cobrarían unos 450 mil pesos anuales cada uno-- y del staff superior ponen en tela de juicio la estructura de costos del banco. Y, como si fuera poco, ven como un gasto innecesario la inversión de 2,4 millones de dólares para la compra de un edificio de nueve plantas para la sede central, en plena city, en lugar de ampliar, por caso, la red de 65 sucursales. Lo curioso es que ese inmueble pertenecía al Republic National Bank, uno de los accionistas forzosos del Mercobank.

En tanto, el ejecutivo del Mercobank consultado por este diario rechazó las críticas. Reconoció la demora en el pago de honorarios al directorio, aunque aseguró que ese tema se habría solucionado. Aseguró que los directores no reciben ingresos exagerados y que la compra de la sede fue un excelente negocio. Además, recordó que todas las resoluciones adoptadas serán revisadas por la asamblea de accionistas en setiembre. El vocero, asimismo, señaló que el Mercobank cuenta con una gerencia experta en la actividad bancaria. Mencionó, por ejemplo, a los directores que representan al Fondigest, una entidad que maneja créditos en Europa por 50 mil millones de dólares. De todos modos, los miembros del directorio, pese a que perderían sus trabajos tan bien remunerados, consideran que el desembarco de GE pontenciaría los negocios del Mercobank.

 

Credencial tiene dueño

Cuando el Mercobank concretó la semana última la venta de la tarjeta Carta Credencial no sólo recuperó 3 millones de pesos en efectivo para los acreedores del ex BCP. También cerró un proceso muy cuestionado, que tuvo como protagonista a Lo Jack, la compañía de rescate de autos robados del procesado Oldemar Barreiro Laborda. Este empresario, a quien se lo vinculaba con los Trusso, fue puesto en carrera por intervención del Banco Central. Su deserción fue forzada porque sus empresas High Security Soft e Install Soft entraron en mayo en convocatoria de acreedores, mientras era buscado por la Justicia estadounidense por una demanda millonaria planteada por el BankBoston. En el camino quedó, además, Ricardo Miyazono, ejecutivo de la Petrolera San Jorge que había ofertado por el plástico 2,3 millones de pesos a pagar en cuatro años. Finalmente, la compañía quedó en manos de Austral Financie, que preside Juan Alemann, una empresa del grupo franco-suizo Swipco. Según el último balance, Carta Credencial tenía emitidas más de 200 mil tarjetas y contabilizaba una facturación de 15 millones anuales.

 

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