Principal RADAR NO Turismo Libros Futuro CASH Sátira


ANDRES CALAMARO TOCO AYER ¡DESDE LAS 5.10 A 6.50! EN "BUENOS AIRES NO DUERME"
"Nunca debí haberme ido de aquí"

La Muestra, que anoche llegó a los ochocientos mil asistentes, se conmovió con la visita del músico, que presentó seis de sus nuevos temas.

Andrés Calamaro llegó con dos amigos, se fue al estudio de radio e improvisó un set solista.
"La mitad de mis amigos está del otro lado y ya no duermen ...", dijo melancólicamente en un momento.

na25fo01.jpg (7851 bytes)


Por Verónica Abdala

t.gif (67 bytes) Cuando a las 5.10 de ayer Andrés Calamaro pisó territorio insomne --sin que se hubiese anunciado previamente su visita-- y se despachó con un recital en el estudio de radio, muchos de los miles de adolescentes que pasaban la noche en el Predio Municipal de Exposiciones parecían preguntarse si eso ocurría de verdad, o si se trataba de un sueño. O una pesadilla. El músico llegó a Buenos Aires No Duerme cuando la noche número 6 estaba por convertirse en el día número 7 y se dirigió al espacio-vedette de la Muestra, el estudio de radio, donde no lo esperaba el asombrado conductor del programa "Rave poética", que se quedó helado. Ni lerdo ni perezoso, Calamaro imantó a los chicos, que empezaron a poblar la tribuna al correr de boca en boca la novedad, con una presentación en exclusiva de seis de sus temas nuevos, antes de despacharse con un largo recital solista. Anoche, mientras las anécdotas de la primera hora seguían corriendo de boca en boca, los organizadores festejaban el ingreso del espectador número 800 mil y afirmaban que al cerrarse la Muestra el domingo la cifra superará con toda seguridad el 1.200.000 personas.

"Me alegro de estar aquí y de que puedan escucharme sin tener que pagar un peso", comentó Calamaro sencillamente, cuando tener un lugar en la tribuna que enfrenta al estudio de radio era lo mejor que les podía pasar a los presentes, muchos de los cuales se despertaron de los distintos lugares en que dormían y salieron disparados hacia el estudio. "En lugar de lavarme los dientes, estoy viendo a Calamaro, y no puedo creerlo ...", le comentaba una chica de 26 a una amiga que le empataba la excitación. Los organizadores debieron movilizar toda la seguridad, porque en un momento eran alrededor de tres mil jóvenes los que pugnaban por ver algo de lo que ocurría dentro del estudio, ubicado al lado de la pirámide central. "Tengo miedo de que Buenos Aires algún día se quede dormido del todo. Porque, si eso pasa, entre otras cosas, algunos distraídos creerán que las canciones de Atahualpa Yupanqui son de Divididos o que `El día que me quieras' es de Luis Miguel ...", bromeó Calamaro, ajeno al nerviosismo exterior.

Luego de presentar experimentalmente los temas nuevos que llevaba en una cinta, y pocos minutos antes de las 6, Calamaro se sentó frente al teclado --que se había dispuesto en el estudio para que otro grupo, cuya presencia sí estaba prevista lo utilizara-- e inició, con "No te bancaste", el recital de una hora y media de duración en el que interpretaría una veintena de temas. "La mitad de mis amigos está del otro lado y ya no duerme ..." dijo, melancólico, el ex Abuelo, que a diferencia de Charly García, que el domingo tocó en el mismo estudio a cambio de una botella de whisky, tomó un mate tras otro. En referencia al vidrio de la consola que García había roto con un involuntario pero certero codazo, Calamaro comentó, medio en serio y medio en broma, que se alegraba de no tener que volverse con ningún remordimiento al hotel que lo aloja. Lo que ni siquiera sospechaba en ese momento es que García, con quien durante los últimos meses estuvo enfrentado públicamente, había anunciado a los organizadores que esa misma noche se acercaría por segunda vez a la megamuestra. Por alguna razón que no trascendió, nunca llegó al predio, para alivio de los organizadores, que en las primeras horas de la noche debatían en el restaurant qué estrategia convenía implementar para que no se encontraran cara a cara.

A "No te bancaste" le siguieron "Enganchate conmigo", "Especies que desaparecen" y "Copa rota" --del repertorio del grupo que Calamaro integró hasta principios del año pasado, Los Rodríguez--, intercaladas con dos tangos, "Nostalgias" y "La última curda", y un tema que, a esta altura, ya es un clásico de la historia del rock y uno de los más característicos de los 80: "Costumbres argentinas", de su época con Los Abuelos de la Nada. "Media Verónica", "Loco", "Donde manda marinero", "Todo lo demás también", "El tercio de los sueños" y "El novio del olvido" fueron los temas de "Alta suciedad", que interpretó mientras iba amaneciendo. Además tocó el mítico blues "Nobody knows" y el estimulante "I will survive"--del apogeo de la música disco, a fines de los 70-- en un bloque que se completó con "No me pidas que sea un inconsciente", de Hotel Calamaro, "Por mirarte", del disco homónimo, y "Señal que te he perdido" y "Con la soga al cuello", incluidos en Nadie sale vivo de aquí.

"Señores, ésta ha sido una noche de tangos, en la que yo tampoco puedo dormir", dijo algo misterioso el novio del olvido, a modo de despedida, frente a la masa de insomnes que no se cansaban de aplaudir, aunque entre sus integrantes había muchos pibes que parecían más cerca del mundo de A.N.I.M.A.L. que del misterioso planeta Calamaro. "Yo nunca debí haberme ido de aquí: Buenos Aires es un lugar donde se conservan las amistades", había expresado en la mitad de una sucesión de momentos que se convirtieron, junto a la tumultuosa visita de Charly, en un hito interno de la Muestra.

 

PRINCIPAL