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Cualquier chorrito de mostaza o taxista estacionado podrá ser tomado por peligroso. En forma textual, esa advertencia fue dirigida a los turistas ingleses con ganas de pisar suelo argentino. La Cancillería británica incluyó por segunda vez a la Argentina --la primera fue en el '96-- en el informe sobre países con alto índice delictivo, capaces de poner en riesgo la integridad y seguridad de su gente. Las recomendaciones figuran en un folleto que se distribuye oficialmente y hasta figura en Internet. El catálogo elaborado por el Foreign Office en base a estadísticas policiales y notas periodísticas advierte a los posibles visitantes sobre "un aumento en los hurtos y los robos, incurriendo a veces en la violencia". Alertados así sobre los problemas generales en el país, la nómina para quienes se animen a tocar tierra porteña incluye el sorteo de otros demoníacos males: arrebatos de bolsos, robos a mano armada en la calle, en taxis y restaurantes. Los obstinados que con todas las previsiones se atrevan a meterse en la jungla urbana de Buenos Aires tendrán que tener en cuenta --además-- la mostaza, según el informe inglés. Que la señala como un recurso frecuente en materia de atracos callejeros: "un cómplice rocía accidentalmente mostaza o tomate y luego finge ayudar a quitar la salsa", indica el Foreign Office sobre el momento en que el segundo de la banda asediará al turista desprevenido. Sin comida al paso y con la posibilidad de ser alcanzado por alguna bala, el inglés persistente deberá abstenerse de husmear "zonas aisladas, con poca iluminación". Las recomendaciones incluyen a los taxistas. Otro de los puntos advierte que "deberán tomarse taxis en movimiento y no --insisten-- aquellos que esperan en las paradas". Y cualquier paseo elegido deberá hacerse sin "lucir joyas ostentosas". Para quien finalmente haga caso omiso de alguna prevención y sea cazado por los bandidos argentinos, la Cancillería propone no ofrecer resistencia e informar a la policía, comunicación que podrá "hacerse a través de una línea que funciona las 24 horas, en el número 101 para ayudar a las víctimas". El primer informe de características similares se difundió en el '96. Sin embargo, desde entonces y pese a la insistencia de riesgo, el número de turistas del Reino Unido en el país se incrementó. De todos modos, según voceros de la embajada, las advertencias de la Cancillería son las "normales" para cualquier lugar del mundo y el país no estaría incluido entre la nómina de lugares peligrosos. Bajo este rótulo, el Reino Unido incluye sitios como Chiapas y algunas zonas colombianas y el informe sobre Argentina --cotejado con el resto de América latina-- aparece benevolente. Con esa información, la Cancillería busca prevenir posibles reproches del Parlamento británico. Si un inglés llega al país sin contar con las recomendaciones y le ocurre algo volvería a las islas, se quejaría y denunciaría por incompetente a la Cancillería que no ha sabido alertarlo. Al margen de los informes recibidos en Gran Bretaña, los turistas consiguen mayores detalles en la embajada en Buenos Aires. Allí obtienen datos tanto sobre detalles de documentación como consejos sobre la ropa que conviene usar. Pero este año, a diferencia del '96, quienes opten por recalar en el país tendrán un peligro extra y no fue la embajada sino el mismo informe del Foreign Office el que lo anticipó: el Niño. El paso del fenómeno del Niño por el Litoral no aparece en tiempo pasado sino en presente: "Corrientes, Chaco, Santa Fe, Entre Ríos han sido afectadas por el Niño y ha interrumpido las rutas y las comunicaciones en las áreas afectadas".
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