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RAUL MOLINA, POLITICO E INVESTIGADOR

"El Ejército guatemalteco seguirá golpeando para ocultar la verdad"

"A dos días de que se diga "Nunca más" a esto, el mensaje es que "Nunca más no vale. Esto no es el Cono Sur". Esta es la lectura que Raúl Molina, político y miembro de la Comisión de Verdad de su país, hace del asesinato del obispo José Gerardi. Y agrega un vaticinio ominoso: la cosa va a seguir.

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"El Ejército decía que con 100.000 muertos más se lograba la pacificación"

Por Pablo Rodríguez

t.gif (67 bytes)  "El Ejército guatemalteco seguirá golpeando para que la verdad sobre la represión siga oculta", dice el ingeniero Raúl Molina Mejía, líder del Partido Democrático de Guatemala (PDG) y uno de los integrantes de la Comisión de Verdad que investiga la violación de los derechos humanos durante la guerra civil en el país centroamericano. Luego de la entrega del Nunca más, informe realizado por esta comisión, su líder, el obispo Juan Gerardi, fue asesinado. El grupo paramilitar Jaguar Justiciero se atribuyó el atentado y esta semana las investigaciones se dirigieron hacia dos oficiales del Ejército. Luego de la muerte de Gerardi, otros religiosos fueron atacados. Molina analiza con Página/12 cuál es la posibilidad de que resurja la violencia luego de los acuerdos de paz, firmados en 1996, por los cuales la guerrillera Unión Revolucionaria Nacional de Guatemala (URNG) está cerca de legalizarse como partido político.

--¿La violencia paramilitar se activa con la presentación del informe o la intención de atacar estaba explicitada desde la firma de los acuerdos?

--Evidentemente, los sectores de derecha eligieron el momento del informe para resurgir, de manera de evitar una opinión contraria a ellos. A Gerardi lo siguieron sistemáticamente por lo menos durante un par de meses. A dos días de que se diga Nunca más a esto, el mensaje es lo de "Nunca más no vale. Esto no es el Cono Sur", donde este tipo de hechos se suspendieron con los procesos de transición. Aquí, dicen ellos, seguiremos golpeando en la medida de lo necesario. Y lo hacen atacando a gente como el obispo Crestani, que es capellán del Ejército y con una posición política más bien conservadora. La idea es generar la sensación de que la violencia vuelve de ambas partes.

 

--¿Esto puede provocar la reacción violenta de la URNG?

--La URNG está convencida de que el camino seleccionado de la solución política es la única salida viable para el pueblo de Guatemala. Ni aun un golpe directo a la URNG --esperemos que no se produzca pero no podemos descartar esa posibilidad-- provocaría una decisión de rearmarse. De todas maneras, todo esto depende del cumplimiento o no de los acuerdos de paz.

 

--Conociendo la vinculación entre los grupos paramilitares y las Fuerzas Armadas, ¿en qué medida la vuelta de grupos como Jaguar Justiciero indica la vuelta del Ejército a la violencia?

--Nosotros siempre vimos al Jaguar Justiciero no como un grupo paramilitar de acción sino como un grupo clandestino de operaciones psicológicas. Era el encargado de darles toda la propaganda a los hechos de represión y el que acusaba a la guerrilla de los crímenes cometidos. El hecho de que Jaguar Justiciero haya salido a hacerse responsable de la muerte de Gerardi es un indicador de que esa actividad psicológica sigue vigente.

 

--¿Existía una "división del trabajo" entre los paramilitares, que hacían tareas de propaganda, y el Ejército, que se encargaba de la represión?

--Quizás ahora sí, pero antes esa tarea la hacía abiertamente el Ejército, a través de la G-2, inteligencia militar del Ejército. En cuanto aparecen los gobiernos civiles, en 1986, tienen que desvincular al Ejército de la acción directa. Entonces empiezan a utilizar nombres: Jaguar Justiciero, Patrullas de Autodefensa Civil, Mano Blanca. A lo largo de todo el conflicto, toda la represión de Guatemala estuvo definida centralmente por la inteligencia del Ejército. No hubo grupos paramilitares que actuaban por su cuenta. Lo de Jaguar Justiciero indica que todavía hay una decisión centralizada de causar terror.

 

--A diferencia de otros países latinoamericanos, la Iglesia siempre pareció tener una postura unificada contra la violencia. ¿Eso incide para que haya habido enfrentamientos entre los gobiernos y el Ejército contra la jerarquía eclesiástica?

--Para las Fuerzas Armadas, quienes no estaban con ellos estaban en su contra. Y en esta separación de campos tan brutal, quedan dentro del campo enemigo una gran cantidad de personas a quienes ni siquiera se les había ocurrido tomar partido. De hecho, en el mismo informe, la Iglesia trata de equilibrar su posición acusando a la guerrilla de haber cometido abusos. Algunos hasta consideran que trató de magnificar la participación de la URNG para que la imagen nacional fuera más equilibrada. De cualquier manera, la Iglesia quedó simbólicamente del lado de los guerrilleros y las sectas fundamentalistas, del lado del gobierno y las FF.AA.

 

--¿A qué se refiere con sectas fundamentalistas?

--Se trata de sectas de carácter protestante con mucho financiamiento de Estados Unidos. Estos grupos se empezaron a identificar con los gobiernos porque lo que planteaban no era la Teología de la Liberación ni la defensa de los derechos indígenas. Decían "cada quien tiene que atenerse a lo que Dios disponga" y convertían a la religión en un factor conservador. Este efecto simbólico es muy importante para entender a la Guatemala actual. Cuando la población rural comprobaba que eran los educadores católicos los reprimidos, y que estas sectas no sólo no eran perseguidas sino que además contaban con el apoyo de los represores, se metían en ellas.

 

--¿Esto quiere decir que los años de guerra civil cambiaron la composición religiosa de Guatemala?

--De alguna manera, sí. Hoy hay muchos menos católicos y existe una proporción de protestantes inédita en América latina.

 

--En el diseño de la estrategia de represión del Ejército, ¿se puede hablar de un plan de exterminio indígena en Guatemala?

--La riqueza de los oligarcas en Guatemala se ha basado en la tierra y en la explotación de los indígenas. ¿Es posible plantearse la eliminación total del campesinado indígena? No, se quedarían sin mano de obra para explotar. El diseño de la estrategia contrainsurgente era mucho más general. El Ejército decía que con 100.000 muertos más se lograba la pacificación. Pero esos 100.000 muertos más no son los siete millones de indígenas que hay en Guatemala. El razonamiento era el siguiente: si el agua era la población, la guerrilla era apenas un puntito ahí. Con la eliminación del agua, se iba la guerrilla. Lo que sí es violencia específica contra el indígena, y eso es lo que tratamos de determinar en la Comisión para el Esclarecimiento Histórico, es que mujeres y niños fueron asesinados sin piedad. En las ciudades, la represión se basaba en crímenes selectivos y desaparición forzada.

 

--La brutalidad contra el indígena, ¿puede ser explicada a partir del carácter particularmente combativo de los indígenas en Guatemala?

--Los indígenas hicieron rebeliones desde la llegada de Pedro de Alvarado, en 1524. Pero el producto de la Colonia es una forma muy fraccionada de resistencia. Si los indígenas luchan más por lo que le ocurre a su aldea o a su caserío, pierden una función más general o nacional. Hasta los 50, no hay una posición indígena de lucha nacional. La primera etapa guerrillera que comienza en el 60 se afinca en el oeste del país, una zona de campesinos mestizos. Allí se produjo una primera gran represión, de la cual se sabe poco, que vació el oriente del país y lo convirtió en un bastión de la derecha. La guerrilla se desplazó hacia el este, donde los misioneros habían formado cooperativas y formas sólidas de organización. Cuando estas cooperativas fueron entregadas a los terratenientes, los guerrilleros pudieron liderar la lucha sin problemas.

 

--¿Hubo algún tipo de estrategia conjunta del Ejército con Estados Unidos, como ocurrió con los "contras" nicaragüenses?

--El papel norteamericano fue mucho más allá. A Guatemala hay que verlo como uno de los grandes laboratorios de Estados Unidos frente a América latina. No sólo hicieron una operación ideológico-religiosa con las sectas protestantes, sino que también fue un laboratorio de prácticas represivas, de lavado de cerebro y desde el punto antropológico. Los estudios de antropología en Guatemala datan de antes de 1950. Hubo grupos religiosos que se encargaron de traducir la Biblia a los idiomas mayas de la región y conocieron así todo sobre los indios. Luego, esa información fue centralizada en Estados Unidos para generar contradicciones entre las poblaciones indígenas. Hemos sido un laboratorio y me temo que nos seguirán tomando de esa manera.

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