A cambio de un vestido presumiblemente manchado con el semen del presidente Bill Clinton y de algunas conversaciones telefónicas grabadas con el primer mandatario, Monica Lewinsky obtuvo inmunidad total del fiscal especial Kenneth Starr a fin de contar qué pasó de veras con el Jefe de la Casa Blanca, si la obligó a mentir y si él mismo mintió. El 17, Clinton será interrogado, y su destitución por el Congreso es una posibilidad.

The New York Times

Desde las elecciones, Clinton se ha vuelto un hombre de palabra dudosa en cuestiones de importancia mundial. Naturalmente, no tiene el beneficio de la duda en temas no globales tales como el adulterio (...). Sin embargo, no aspiro a ver a otro presidente expulsado del poder. Y por cierto que no tengo idea sobre qué va a resultar de todo esto. Tal vez, si no ha contado la verdad total, absoluta, ¿podrá decirla ahora, para conseguir una amnistía del Congreso? ¿Acaso Monica puede testificar que todo no fue más que un sueño erótico? Supongo que no. No hay muchas posibilidades. Probablemente todo se limite a que debamos vivir con otra presidencia deshonrada, el costo que debemos pagar por el riesgo que asumió Clinton.

(De una columna de A. M. Rosenthal.)

The International Herald Tribune

La fuerte popularidad del Presidente es otra preocupación (...) Así como el Presidente procede con cautela y deliberación, equilibrando sus intereses políticos y legales, también debe hacerlo el hombre que tendrá que actuar sobre la base de lo que descubra el fiscal Kenneth Starr: el representante Henry J. Hyde, titular del Comité de Asuntos Judiciales de la Cámara. Hyde, un republicano que estaría encargado de llevar adelante los procedimientos de destitución, no ha mostrado ninguna ansiedad por recibir un informe de Starr (...). En enero, Hyde dijo que su comité necesitaría algo más que pruebas de un affaire para iniciar procedimientos de destitución. "Uno no destituye a nadie por una canita al aire", indicó Hyde.

(De un análisis de Jill Abramson.)

The New Republic

Si las encuestas siguen sugiriendo que los norteamericanos son indiferentes a las supuestas falsedades de Clinton, el Comité de Asuntos Judiciales de la Cámara probablemente terminará sus audiencias muy rápido, sin votar sobre procedimientos de destitución. Si, por otro lado, las revelaciones de Monica Lewinsky encienden la indignación el país, el requerimiento de dos tercios del Senado para una acusación aseguraría que el destino de Clinton caería en manos de demócratas y republicanos moderados, como Joseph Liebernamn y Olympia Stowe, en lugar de los más fanáticos. En cualquier caso, la realización de rápidas audiencias de destitución restaurarían el equilibrio constitucional desestabilizado por Starr.

(De un comentario de Jeffrey Rosen.)

A pesar de un voto repudio en la Cámara Alta del Parlamento, Keizo Obuchi fue elegido el 30 de julio jefe del Gobierno japonés por la Cámara Baja, donde el gobernante Partido Demócrata Liberal (PDL) conserva la mayoría. El rechazo del Senado nipón ilustra el clima de desconfianza que deberá enfrentar el nuevo, anciano e inexperto premier de quien se espera la solución de la crisis económica asiática.

The New York Times

Funcionarios norteamericanos y expertos financieros del sector privado que están evaluando la profundidad de la crisis bancaria japonesa han concluido que es mucho peor de lo que Tokio ha admitido públicamente, con malos préstamos que equivalen a un billón de dólares, o alrededor de dos veces la estimación oficial. Aunque los funcionarios advierten que la cifra es sólo aproximada porque los bancos japoneses estuvieron escondiendo la deuda a través de una serie de trucos contables, todos coinciden en que las tareas que debe enfrentar Obuchi se complican. El nuevo primer ministro del Japón tiene poca experiencia en la esfera financiera y se ha limitado a ofrecer los planes más vagos respecto al modo en que piensa manejarse frente a lo que parece ser la crisis bancaria más grande de la historia.

(David E. Sanger.)

The Economist

La mayor parte de los nueve países de la ASEAN (Asociación de Naciones del Sudeste Asiático) puede esperar un encogimiento de sus economías este año. El rango de contracción se extiende desde un quizá soportable 3-5 por ciento, esperado para Malasia, a un 15-20 por ciento en Indonesia, lo que bordearía lo insoportable. Los países más grandes, de la zona norte, como Corea del Sur y Japón, también están recibiendo una paliza. De Bangkok a Tokio, primeros ministros y presidentes han pagado el precio político. Mientras tanto, la idea de moda de que los muchos nacionalismos agresivos de Asia han sido suavizados por el racionalismo del comercio ha sido destronada bruscamente, por ejemplo por los tests nucleares indios en mayo y las bombas que les hicieron eco en Pakistán.

London World News

La crisis de Asia se parece a una espiral, donde no queda muy claro cuál es el punto de inicio ni mucho menos su posibilidad máxima de despliegue. Lo que sí resulta dolorosamente evidente es que no se está haciendo nada --o muy poco-- para darle un corte radical a la crisis. Japón estrena un gobierno y un primer ministro muy poco convincentes, en Rusia el FMI se ha limitado a poner parches de poca vida y el resto oscila entre distintos niveles de declinación. Para peor, la reactivación del Sexgate en Estados Unidos augura un gobierno aún más distraído para atender una crisis que hasta ahora sólo le ha representado un boom en Wall Street. La situación, pues, es de peligrosa deriva.

(De un comentario de William Boot.)

Las expectativas de que Benjamin Netanyahu pudiera acceder a la propuesta norteamericana de un 13 por ciento de retirada militar de Cisjordania se vieron nuevamente frustradas luego de otra serie de reuniones bilaterales estériles con la Autoridad Palestina. Además, hay divisiones en el seno del gobierno israelí, impaciencia y fastidio dentro del campo de los palestinos y la administración estadounidense amenaza abandonar la partida. Mientras tanto, Irán probó con éxito un misil que podría alcanzar a Israel.

The Washington Post

La administración Clinton lucha por mantener un difícil statu quo en Medio Oriente, siguiendo una estrategia que parece diseñada menos en función de resolver problemas que de mantenerlos lejos del escritorio de Bill Clinton. (...) EE.UU. empezó esta década asumiendo una posición moral fuerte contra los destructivos nacionalismos y radicalismos árabes. Los estrategas de la administración Bush entraron conscientemente en una guerra civil árabe desatada por la invasión iraquí de Kuwait. Al mismo tiempo, Bush y los suyos complementaron esto con una fuerte presión sobre el gobierno derechista del Likud de la época y con los palestinos para que resolvieran su conflicto. De todo esto, Clinton se ha reducido a un enfoque legalista limitado a las sanciones económicas contra países como Libia e Irak.

(De un comentario de Jim Hoagland.)

The International Herald Tribune

El proceso de paz siguió vivo pero con respiración artificial. Pero con poco, poquísimo oxígeno: apenas el que todavía le da la atención cada vez más descentrada de la administración Clinton, que no se sabe si recupera al enfermo o lo asesina lentamente. Probablemente, ninguna de ambas cosas. Estados Unidos ni ha presionado fuertemente al dispar e inestable elenco de Netanyahu ni se ha puesto firme con las condiciones de seguridad que debe cumplir Arafat. En lugar de eso, se ha limitado a sugerir que, si las partes no se ponen de acuerdo, retirará su papel como mediador. Perfecto, sonríe Netanyahu para sus adentros, ya que casi el único motivo para seguir negociando es retener lo que le queda del apoyo del amigo americano.

Le Monde

Ahora la suerte del gobierno israelí depende más que nunca de los dos componentes de la coalición nacional-religiosa. Y los dos están descontentos, pero por motivos opuestos, de la evolución del proceso de paz. Es poco probable, entonces, que palestinos e israelíes reinicien conversaciones sobre la retirada de Cisjordania. A la derecha política, el Partido Nacional Religioso (PNR) teme concesiones territoriales que transformarían en enclaves aislados una parte de la colonias judías de Cisjordania. Entretanto, Netanyahu trató de aprovechar algunos deslices racistas del ex viceministro de Defensa Ori Orr para hacerse más fuerte entre los votos judíos de origen oriental, que constituyen la base de su poder.

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La principal preocupación del gobierno entrante consiste en refrenar la euforia provocada por el acuerdo firmado el 15 de julio por el guerrillero Ejército de Liberación Nacional (ELN) y representantes de la sociedad civil. Como se esforzó por señalar el presidente electo Andrés Pastrana, esto es apenas el comienzo del proceso de paz. Las únicas concesiones concretas realizadas por el ELN son la promesa de no secuestrar mujeres, niños ni ancianos (la llamada "humanización de la guerra"), y abstenerse de sabotear los oleoductos, siempre y cuando el gobierno acceda por su parte a abrir un foro sobre política petrolera en el que estén representados los sindicatos del sector.

La subasta de privatización de las telecomunicaciones fue un éxito que sorprendió incluso a los más optimistas. Se venció la batalla jurídica, se superó el temor de que los precios fuesen bajos, se confirmó el enorme interés que tienen los capitales extranjeros en aumentar su presencia en la economía brasileña. Para la sociedad, la expectativa se dirige ahora a la mejora de la calidad y al aumento en la cantidad de la oferta de servicios. El desafío mayor es pasar de las actuales 17 millones de líneas telefónicas a 33 millones en tres años. Entretanto, el resultado más importante y más obvio es la confirmación de la presencia de Brasil en el mapa de las decisiones de inversión de las más importantes empresas globales de actualidad.

(Editorial)