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GABRIEL O PENSADOR EN BAIRES
Piensa, luego rappea

Por Pablo Plotkin

t.gif (862 bytes) En Brasil es una superestrella de rap que lleva vendidas un millón y medio de copias de sus tres discos editados. Lejos de la popularidad que goza en su tierra, a Gabriel O Pensador le bastó su chapa de músico de culto que tiene en Buenos Aires para colmar la pista de Maluco Beleza, un reducto bahiano de la calle Sarmiento que fue testigo del primer show del rapper brasileño en la Argentina. Todo empieza sin Gabriel en escena, con los músicos tocando una base funky, suave y bailable, que el público celebra como primera insinuación. Enseguida el Pensador toma el escenario por asalto y lo recorre con movimientos de liebre, enfundado en una camisa psicodélica y un gorro azul que le llega hasta los ojos. Basta que dé los tres primeros pasos sobre las tablas para que los reflectores lo iluminen y el hip-hop se apodere del lugar con el sonido de "Loraburra", una especie de "Rubia tarada" en versión portuguesa. En la pista, la gente rebota en todas direcciones mientras el cantante choca las palmas de algunos de los espectadores con una sonrisa que no se le borrará durante todo el show. Pero que se le ensanchará notablemente cuando cante estrofas como "Entonces vi algunos tipos con una actividad diferente: ellos jugaban al fútbol con la cabeza del presidente". La frase corresponde a "Estoy feliz, maté al presidente", el tema que lanzó a la fama al muchachito de Río de Janeiro, dedicado al intachable Fernando Collor de Melho.

Si bien está claro que Gabriel, de 24 años, es la figura central arriba del escenario, sus conciertos están ideados en función de la banda. Hay una guitarra funk, un bajo que casi nunca pasa al frente y un baterista que ametralla furiosamente los tambores durante todo el show. A un costado, un tecladista se encarga de las bases electrónicas e introduce fragmentos sampleados de temas como "Redemption song", de Bob Marley o "Y dale alegría a mi corazón", de Fito Páez. Mientras que un quinto músico en escena cumple la doble función de disc jockey y percusionista, dos coristas -–Abdula y Ana Lima-- flanquean al Pensador con voces de ángeles y demonios, de a ratos cantantes de soul, de a ratos raperos.

Casi todo fue un repaso del reciente Quebra Cabeca, el único disco de Gabriel editado en la Argentina. Los brasileños radicados acá (había muchos entre el público) dieron gracias al cielo por el moderado éxito que tuvo el video clip de "2345media78", lo que auspició la visita del ídolo carioca a Buenos Aires. Antes de los bises, Gabriel descargó uno de sus himnos sacrílegos sobre un público que coreaba sin parar el estribillo rabioso y se arremolinaba al pie del escenario. El "fila da puta" sonó una y otra vez en la madrugada del viernes cuando su autor, ahora con la camiseta azul de la selección brasileña, dedicó el rap "a todos los hijos de puta que comandan nuestras vidas y nuestros países". A pesar de todo, Gabriel O Pensador no puede dejar de sonreír.

 

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