SE ESTRENÓ CRISIS PARTE V
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Por Claudio Zlotnik El miedo dominó ayer a los mercados. Y el temor a un crac bursátil atrapó a los financistas. La certidumbre por parte de los operadores de que la crisis asiática terminará perjudicando a los balances de las compañías estadounidenses provocó un efecto devastador en la región. Buenos Aires derrapó 4,1 por ciento y San Pablo perdió 5,3. Y Wall Street vivió la tercera baja en puntos más importante de su historia: el índice Dow Jones retrocedió casi 300 puntos, para quedar en 8487. Como no podía ser de otra manera ante ese fuerte ajuste bajista de los papeles, los analistas de los principales bancos de inversión son pesimistas. Anoche, la apertura de Tokio no era alentadora: el índice Nikkei bajaba 121 puntos. De las últimas siete ruedas el índice de acciones líderes MerVal retrocedió en seis, acumulando una pérdida de casi el 14 por ciento. Y del 6,3 por ciento en las dos primeras ruedas de la semana. Ayer terminaron con signo negativo las 44 acciones que cotizaron. El volumen de negocios fue de 36,4 millones de pesos, el doble de lo contabilizado el lunes. Los operadores más activos en la punta vendedora fueron los Fondos Comunes de Inversión, reflejo del miedo que atrapó a los pequeños inversores. "En los mercados internacionales seguirá reinando la incertidumbre. No se vislumbra una recuperación en las economías de Asia y la situación de Rusia continúa siendo incierta", escribió el consultor de la city Miguel Angel Broda en su último informe semanal. Atrás quedaron las tranquilas jornadas de principios de julio, cuando los papeles avanzaban a ritmo sostenido y algunos financistas atrevidos apostaban a olvidar la crisis. Pero como ocurrió en más de una oportunidad desde hace trece meses cuando estalló la economía de Tailandia --que precipitó una carrera de devaluaciones competitivas en Asia--, tras algunas entusiastas sesiones les siguen otras tantas con fuertes signos negativos. No faltan mechas listas para encenderse. "El problema es que nadie vislumbra la salida de la crisis asiática. Por eso habría que esperar nuevos ajustes. Así como Wall Street perdió el 9 por ciento en las últimas dos semanas, no descarto una caída aún más profunda que, por supuesto, se hará sentir en la plaza local", comentó ante Página/12 Eduardo Zuccotti, el analista de la casa bursátil Mercado Abierto. La certeza de que los problemas en las economías asiáticas van a afectar las ganancias de las compañías estadounidenses en los próximos meses, ya sea por menores demandas de productos norteamericanos desde esa región o bien por las mayores ventas de mercaderías asiáticas a mercados abastecidos por Estados Unidos, despertó una ola de ventas en Wall Street. Y la caída de 299,4 puntos sólo encuentra antecedentes en octubre del '97. La onda se extendió a Buenos Aires atravesando a todos los países latinoamericanos: San Pablo cedió 5,3 por ciento, México 2,5 y Chile 1,2. El caso Lewinsky, cuya resolución podría dejar mal parado a Bill Clinton, también preocupa a los inversores, que siguen paso a paso la trama judicial. En este contexto, ni siquiera la aseveración del gobierno japonés de que sostendrá su moneda si fuera necesario (ver aparte), para evitar una profundización de la devaluación del yen frente al dólar, logró levantar el ánimo en los mercados. Tras el anuncio del ministro de Finanzas nipón, Kiichi Miyazawa, quien además volvió a prometer un recorte de impuestos con el fin de reactivar la economía, el yen recuperó parte de lo perdido anteayer y cerró a 144 unidades por dólar. "Japón es quien despierta más dudas. Si el yen continúa devaluándose pondrá en riesgo al tipo de cambio en China. Y una devaluación del yuan sería lo más parecido a una pesadilla. Los mercados están presionando nuevamente a favor de una intervención norteamericana para detener la caída en picada del yen. Sería como darle más oxígeno a Japón. Pero la gran pregunta es si sería posible concretar otra ayuda", señaló ante este diario Maximiliano Ruprecht, de Caspian Securities. En este clima, los financistas locales estarán obligados a madrugar para seguir en vivo y en directo el cierre de las bolsas de Oriente. Y a cruzar los dedos.
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