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A partir de hoy, el tango vence la melancolía

Un festival en La Trastienda permitirá, todos los jueves, recorrer las nuevas expresiones de un género que sigue vivo.

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El Arranque y su cantor inauguran "Aguante el tango!"

Por Julio Nudler

t.gif (67 bytes)  Hoy se larga ¡Aguante el Tango!, un ciclo de recitales que trasplanta a La Trastienda la idea con que hizo punta la Biblioteca Nacional, reuniendo bajo un mismo toldo a esa heterogénea movida que es la del llamado "tango joven". Fuera de la edad de los protagonistas y de su amor por la música de Buenos Aires, no es fácil encontrar denominadores comunes de actitud, estilo y calidad entre quienes se presentan bajo ese rótulo compartido. Además de joven, a veces también intentan un tango nuevo, pero casi todos están todavía en otra: redescubrir las fabulosas fuentes del género, caminando décadas atrás hasta toparse con quienes en esos tiempos, aparte de ser jóvenes, inventaron un arte mayúsculo. Tal vez de este nuevo torneo, que arranca hoy a las 21 y seguirá todos los jueves, surja alguna decantación.

La apertura estará a cargo del septeto El Arranque, que viene de dos experiencias que marcan su crecimiento. Una es la grabación de su primer compacto, que incluye dos obras muy bien elegidas de Agustín Bardi: "El taura" y "Lorenzo", que están muy lejos de ser lugares comunes en los repertorios. Otra especialidad son las versiones puramente instrumentales de tangos con letra, que es una fascinante manera de desnudar su belleza. En este caso, los elegidos son "El abrojito", de Luis Bernstein (histórico éxito de Alberto Morán con Osvaldo Pugliese), y "Zorro gris", de Rafael Tuegols, que Gardel grabó en sistema acústico (utilizado hasta 1926).

La misma actitud exploratoria guía la elección cuando al septeto se suma la voz de Marcelo Barberis, para cantar temas como "Malvón", de Oscar Arona y Francisco García Jiménez, o "Callejón", de Roberto Grela y Héctor Marcó. Lamentablemente quedó afuera "Mi taza de café", de Alfredo Malerba y Homero Manzi, porque no les alcanzó el tiempo. Y aquí la mencionada segunda experiencia: El Arranque viajó a Alemania, para actuar en Berlín, Stuttgart, Dresden y Eischleben, y a Italia para un festival de tango en Bologna. Se internaron así, a lo largo de un mes, en ese circuito de salones de baile, salas de música y centros culturales donde Europa danza y escucha tango. La aparición de este septeto porteño con cantor los deslumbraba, porque los ponía ante una experiencia completamente nueva.

Mientras tanto, también en Buenos Aires empieza a agitarse el ambiente. Aunque el tango de hoy no encontró su Soledad, nadie que arrase con todos los obstáculos, los medios van abriéndole tímidamente un espacio, más en la prensa, menos en radio y casi nada en televisión. El nuevo ciclo en La Trastienda, que ofrece un mejor escenario que el de la Biblioteca Nacional y un mayor trabajo de difusión, puede contribuir a instalar algunos nombres. Además de El Arranque, entre los conjuntos que crean mayor expectativa está Los Cosos de al Lao, conducidos desde el bandoneón por Gustavo Paglia e influidos tanto por Osvaldo Pugliese como por Astor Piazzolla.

Algo parecido podría decirse del Cuarteto Almagro, dirigido por el guitarrista y cantor Alfredo Rubin. Pero hay también aproximaciones muy diferentes, como la de El Tranvía, un trío que rompe esquemas y contradice con su estilo vanguardista el nostálgico nombre, y la de Flores Negras, cuarteto vocal femenino de gran calidad. Por diferentes razones, propuestas valiosas como La Camorra o 34 Puñaladas! no figuran, en principio, en este ciclo. En todo caso, mientras desaparecen las glorias históricas del tango --a la muerte de Virgilio Expósito, Reynaldo Nichele y Héctor Stamponi se sumó la más reciente de Alberto Mancione y Federico Scorticati--, la nueva camada de tanguistas supera con su envión la melancolía.

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