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--Abu, ¿están regalando juguetes por el Día del Niño? Mirá, esa Barbie es como la mía. Tirando de la pollera, la nieta exigía explicaciones. Un chico que apareció entre la gente se coló en el diálogo y consiguió sacar a la abuela del apuro. Era apenas un poco más alto que la nena preguntona. "Estamos haciendo una campaña contra los juguetes de PVC blandos que contienen compuestos químicos peligrosos. Son aditivos que se desprenden cuando los chicos chupan o muerden esos juguetes y provocan daños sobre el riñón, el hígado y el sistema reproductor". Emilio se presenta como voluntario de Greenpeace. Aunque tiene 13 años, parece un catedrático experimentado en el tema. Es el más pequeño entre la decena de voluntarios que, desparramados en las puertas de las galerías Pacífico, salieron ayer a escrachar a una treintena de empresas que comercializan esos juguetes para chicos menores de tres años. Levantaron un stand móvil donde exhibieron los juguetes y entregaron un listado de los que están en el mercado. En la Argentina sólo dos empresas los retiraron de la venta. A 48 horas del Día del Niño la campaña apunta a orientar a los padres en la compra de juguetes supuestamente peligrosos, algunos de ellos comercializados por marcas líderes en el mercado mundial como Chicco, Fisher Price, Shelcore o Mattel, la creadora de la muñeca Barbie. Los volantes informativos que reparten llevan el lema "Jugá seguro, no comprés PVC" y detallan la gran cantidad de ositos, patitos, dinosaurios para baño y mordillos que, según Greenpeace, no deberían ser utilizados por los chicos porque desprenden unos compuestos --conocidos como ftalatos-- que resultan tóxicos cuando son chupados o mordidos por los más pequeños. La juguetería ambulante de Greenpeace estacionará hoy en las puertas del Alto Palermo Shopping y rumbeará mañana hacia Cabildo y Juramento. "No es muy sencillo identificar a simple vista estos juguetes. Debemos exigir que las empresas informen qué materiales utilizan para fabricar sus productos --opinó ayer en la calle Florida la coordinadora de la campaña de Tóxicos, Verónica Odriozola--. De este modo, se exige a la gente que se convierta en experta de plásticos a la hora de comprar juguetes". Unos metros más allá, una decena de voluntarios de la organización ambientalista advertían a los caminantes que hacían un alto y observaban el stand repleto de juguetes. "Mirá, también está Chicco, la marca de las mamaderas", comentaba bajito la señora que llevaba una bolsa gigante de una reconocida juguetería. Su amiga, también joven como ella y con un avanzado embarazo, manoteaba el listado que dejaban los voluntarios y advertía: "Por las dudas, a mi bebé no le voy a dar leche en esa mamadera. Gracias por avisarme". Si bien todavía no hay suficiente información sobre los efectos que los juguetes y mordillos de PVC blando provocan en los chicos, los especialistas de Greenpeace dan cuenta de experimentos realizados con animales de laboratorio que demuestran que estos compuestos son tóxicos y provocan daños sobre el riñón, el hígado y el sistema reproductor, así como alteraciones en el desarrollo y el metabolismo, y un aumento de la incidencia en ciertos tipos de cáncer. José María Fumagalli, director ejecutivo de la Cámara de la Industria Química y Petroquímica, reconoce que están estudiando el tema junto con el Ministerio de Salud, pero afirma que hasta el momento no se ha podido verificar el desprendimiento de los compuestos tóxicos en esos juguetes: "Las razones de Greenpeace no pasan de ser una hipótesis de trabajo, que estamos estudiando pero que aún no se han podido demostrar científicamente", dijo a Página/12. Aun sin esa confirmación, Greenpeace asegura que algunos países de la Comunidad Europea, como Holanda y Dinamarca, ya prohibieron los juguetes de PVC blando. Sin embargo, Fumagalli sostiene que sólo han "recomendado" retirarlos del mercado. En Argentina, donde Greenpeace inició la campaña en septiembre pasado, dos empresas líderes como Babelito y Artbaby (que comercializa la marca Teddy) decidieron sacar del mercado en forma preventiva los mordillos y chifles.
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