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Por Mariana Carbajal "¿Por qué me iba a bajar del colectivo? Si es lo mismo ser negro, católico, chino o judío", afirmó ayer a Página/12, todavía con indignación, el adolescente de 15 años que fue discriminado por su condición de judío por un chofer de la línea 64. El conductor, que insultó, golpeó y le tiró la kipá al chico para evitar que subiera al colectivo en el barrio de Once, fue denunciado ayer ante la Justicia federal por el Instituto Nacional Contra la Discriminación (INADI) y separado preventivamente de su trabajo por la empresa de transporte. El secretario de Transporte, Armando Canosa, ordenó realizar un sumario administrativo y adelantó que el chofer será sancionado con el retiro definitivo de la licencia si se corrobora la agresión. Canosa dispuso, además, que fuera sometido el jueves a una nueva evaluación psicofísica en la Comisión Nacional de Regulación del Transporte. El incidente ocurrió el miércoles a las 19.10. Elías --su apellido se mantiene en reserva para proteger su intimidad-- quiso subir al interno 20 de la línea 64 en la calle Perón, a metros de la avenida Pueyrredón, en pleno barrio de Once. El colectivo tenía la puerta cerrada porque estaba a cien metros de la parada. "Le golpeé la puerta pero no me abrió y dijo que la parada estaba más adelante", relató Elías. El chico corrió a la par del micro y logró alcanzarlo en la parada. "Cuando quise subir me dijo: 'Los judíos de mierda acá no suben'. Yo subí igual. Me tiró una trompada, que esquivé y después me pegó en la cara y me tiró la kipá. Los otros pasajeros intervinieron y empezaron a separarnos", contó a este diario el adolescente. Uno de los pasajeros, Arnaldo Cuclini, ratificó el relato de Elías. "El chico le dijo 'yo de aquí no me bajo' y el colectivero se levantó, lo golpeó y le dijo 'judío hijo de puta, bajáte'. En ese momento puse mi maletín para atajar la trompada que le tiró y la gente que subía detrás del chico paró al colectivero y lo empujó para que se siente", describió Cuclini y corroboró que el conductor le quitó la kipá. Durante dos paradas más, "el colectivero siguió diciendo 'hay que matar a todos los judíos'. Fue muy indignante", agregó. Cuclini realizó la denuncia del hecho ante el INADI y su titular, Víctor Ramos, presentó la denuncia ayer ante el juzgado federal a cargo de Jorge Urso por el delito de lesiones agravado por violación a la Ley Antidiscriminatoria. La pena asciende hasta tres años y tres meses de prisión. El chofer fue identificado como Rafael Abalos, de 30 años. Vive en el barrio de La Boca, es casado, tiene un hijo y su esposa está embarazada. Hace cinco años que trabaja para la línea 64 --de la empresa Vuelta de Rocha--, que une La Boca y Belgrano y atraviesa el barrio de Once, por la zona donde viven numerosos miembros de la comunidad judía más ortodoxos. "Es la primera vez que tiene un problema", señaló por la tarde a Página/12 el presidente de la compañía de transporte, José García, luego de reunirse con el secretario de Transporte. "Nuestra empresa hace casi cuarenta años que recorre Once, el barrio judío más grande la ciudad, y nunca tuvimos ningún incidente. Repudiamos este hecho desgraciado", destacó García y aclaró que les pidió disculpas al chico y a su padre por la actitud del chofer. Elías vive con su familia en Once. Toma la línea 64 todas las semanas para ir al dentista en Barrio Norte. Hacía allí se dirigía el miércoles, cuando sufrió la agresión. "Quiero aclarar que no tengo nada contra la empresa de transporte ni contra los otros choferes pero tengo miedo de volver a cruzarme con el que me pegó", dijo el chico. Las chances de que vuelvan a encontrarse parecen, por el momento, remotas. Ayer Abalos fue suspendido en su trabajo. En la reunión con el secretario de Transporte, Canosa le informó que el chofer deberá realizarse el jueves un nuevo examen psicofísico en la Comisión Nacional de Regulación del Transporte. Este test, al que se someten anualmente los conductores, determina si son aptos para estar al frente del volante. "Creo que no le van a revalidar la licencia", especuló García. Paralelamente, el organismo realizará un sumario administrativo para investigar el hecho. "De corroborarse (la agresión y la discrminación), la sanción es el retiro definitivo de la licencia para el conductor y para la empresa una multa, que son bastante altas", informó Canosa. Elías tiene 6 hermanos más entre 4 y 22 años, y dos de ellos están estudiando en Israel para ser rabinos. Elías iba a seguir el mismo camino pero cambió de parecer. "Fui a probar y no me gustó", contó ayer, antes de partir rumbo al templo, a media cuadra de su casa.
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