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EL NUEVO PRESIDENTE COLOMBIANO ASUMIO ENTRE EXPECTATIVAS Y CRISIS
Fría posesión del mando de Pastrana

Andrés Pastrana asumió ayer en Colombia prometiendo pan, paz y restauración de las relaciones internacionales.

El nuevo presidente de Colombia saluda a sus compatriotas tras la ceremonia de inauguración.
"Este no es mi día, sino el de todos los colombianos", dijo para estrenar su presidencia.

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PAGINA/12 EN COLOMBIA

Por Carlos Noriega   desde Bogotá

t.gif (67 bytes) Al asumir la presidencia de Colombia, Andrés Pastrana anunció ayer la creación de un Fondo para la Paz, que captará recursos de tres fuentes distintas: el propio gobierno, aportes de la comunidad internacional y los bonos de paz que serán de obligatoria suscripción "para los colombianos prósperos" y cuya creación el gobierno solicitará al Congreso, aprobación que se da por descontada. El dinero de este fondo se destinará, según dijo Pastrana en su primer discurso como presidente, "en inversiones estratégicas para la paz".

El tema de la paz dominó el discurso de toma de mando de Pastrana, que asumió a pocas horas de la más grande ofensiva guerrillera de los últimos años, que dejó más de 200 muertos. La difícil situación económica que pasa el país, las relaciones internacionales deterioradas en los últimos cuatro años, la necesidad de una reforma política para dar mayor participación a los distintos sectores colombianos, la corrupción y el narcotráfico, fueron los otros temas del primer discurso presidencial de Pastrana, que duró 30 minutos y en el que se marcaron las grandes líneas de su gobierno, pero en el que, excepto la propuesta del Fondo para la Paz y el anuncio de un ajuste fiscal, no hubo anuncios específicos de las acciones concretas que tomará su recién estrenado gobierno.

Pastrana asumió la presidencia, cargo que deberá ejercer hasta el año 2002, en una ceremonia rodeada de una gran formalidad y sin ningún calor popular. La ceremonia se realizó en la Plaza Bolívar, la principal del país, donde están ubicados el Congreso, el Palacio Judicial, la alcaldía y la catedral. La Casa de Nariño, sede del gobierno, se encuentra a pocos metros, exactamente a espaldas del Congreso. Pastrana habló desde un estrado levantado en la puerta de ingreso al Congreso. Desde el día anterior la Plaza Bolívar fue cerrada unos 250 metros a la redonda y grupos de soldados y policías ubicados en todas las esquinas y a media calle custodiaban la zona del centro histórico de Bogotá armados con fusiles de largo alcance. Unicamente los 3.500 invitados oficiales y cerca de 500 periodistas colombianos y extranjeros pudieron trasponer la barrera de seguridad para ingresar a la ceremonia de juramentación del nuevo presidente colombiano, no sin antes pasar por la revisión de los efectivos de seguridad.

A pesar del rígido protocolo, la ceremonia se inició media hora después de lo previsto. Pastrana se convirtió en el último presidente colombiano del siglo exactamente a las 3.30 de la tarde (17.30 hora argentina). El presidente del Congreso, el conservador Fabio Valencia, fue el encargado de tomarle el juramento al nuevo mandatario colombiano, quien luego de jurar el cargo se colocó en el pecho la misma banda presidencial que hace 28 años se pusiera su padre, Misael Pastrana Borrero.

Acompañado de su esposa, sus tres hijos y su madre, Andrés Pastrana llegó caminando sobre una alfombra roja al estrado colocado en la Plaza Bolívar. Antes ingresó a la Iglesia San Ignacio, donde se encuentra la tumba de su padre, muerto hace un año. Un coro de niños los recibió cantando "Es aquí un lugar donde el sol brilla cada vez más". Apenas juró el nuevo presidente colombiano, bombardas de humo azul, rojo y amarillo, los colores de la bandera colombiana, fueron lanzadas sobre la Plaza Bolívar. En la solapa del terno oscuro que lucía, Pastrana, al igual que el resto de autoridades e invitados, llevaba un lazo verde, símbolo de la paz en Colombia. En los últimos días se había hablado de que habría sorpresas en la ceremonia. Se rumoreaba con insistencia que la popular cantante Shakira sería la encargada de cantar el Himno Nacional, pero al final no estuvo Shakira, sino una marcial banda militar. Antes de regresar caminando a la Casa de Nariño, donde vivirá en los próximos cuatro años, para despedir a Ernesto Samper y su familia, Pastrana recibió el saludo de las fuerzas armadas. Hubo cordialidad protocolar en este encuentro de dos enconados rivales políticos.

"Este no es mi día, sino el de todos los colombianos", fue la frase con la que Pastrana inauguró su presidencia. "No sólo estamos hoy inaugurando un nuevo presidente sino inaugurando la nueva era de una Colombia orientada hacia el camino correcto", señaló Pastrana al comprometerse a gobernar para cambiar la actual crítica realidad de este país. "El cambio no se realiza en una semana, en un mes o en año. Quizá ni siquiera se haya complementado al término de esta administración. Estamos en el amanecer de una nueva era, todavía no en su esplendor. Pero el cambio comienza hoy."

Al referirse a la situación económica señaló que recibía un país "con sus indicadores económicos gravemente deteriorados y con sus finanzas públicas destrozadas". Con los índices de desempleo más altos en la historia de este país -–15,8 por ciento-— el nuevo presidente aseguró que "el esfuerzo económico estará dirigido a la urgente generación de empleo". Pero no hubo anuncios concretos en el terreno económico, excepto la puesta en marcha de ajuste fiscal, que se estima será severo. Y el tema de la paz siguió presente en el discurso presidencial incluso cuando habló de la crisis económica y el deterioro de los niveles de vida: "Es claro: tampoco la paz es posible sin justicia social". "Colombia es una sociedad desgarrada por las distancias sociales -–agregó-—; urge por lo tanto mejorar la redistribución de la riqueza material, cohesionar la sociedad y conducirla hacia la paz." Habló de la "opción preferencial por los pobres" en una parte del discurso que parecía extraído de los textos de la Teología de la Liberación e inusual en los mensajes de los dirigentes del Partido Conservador al que pertenece Pastrana.

"Debemos aprovechar el fin de siglo para hacer un corte de cuentas de los profundos daños que le ha causado a nuestra sociedad el fenómeno del narcotráfico", señaló Pastrana, para luego comprometerse a luchar decididamente contra la corrupción, que ha marcado la historia reciente de Colombia. No se refirió directamente al tema de la extradición de los grandes narcotraficantes colombianos -–como los hermanos Rodríguez-— pero hizo una alusión indirecta que inmediatamente comenzó a ser motivo de especulaciones sobre la actitud del nuevo gobierno en este asunto. "Somos abanderados de la santidad de los tratados", aseguró el presidente. Estos tratados internacionales consagran la extradición.

 

LA CARRERA POLITICA DEL MANDATARIO
Bajo la sombra del padre

Por C.N.

t.gif (862 bytes) Exactamente 10 días después de asumir la presidencia de Colombia, Andrés Pastrana Arango, casado y con dos hijos, cumplirá 44 años y después de 24 años regresa a vivir a la Casa de Nariño, sede del gobierno de Colombia, donde pasó parte de su adolescencia y juventud cuando su padre, Misael Pastrana Borrero, fue presidente de Colombia entre 1970 y 1974. Igual que su padre, Andrés Pastrana es dirigente del Partido Conservador, aunque en estas elecciones se presentó encabezando un frente llamado Alianza para el Gran Cambio, que unió a conservadores, liberales críticos del gobierno de Ernesto Samper e independientes.

Desde que nació estuvo rodeado de un ambiente familiar en el que la política ocupaba un lugar privilegiado, lo que lo llevó a dedicarse de lleno a la vida pública desde muy joven, carrera en la cual la presidencia de la república era la anhelada coronación de esa trayectoria. Ver a su hijo Andrés asumir el cargo de presidente que él ya había ejercido era el gran sueño de Misael Pastrana. Sueño que no pudo convertirse en realidad, ya que el ex presidente y padre del actual mandatario colombiano murió hace un año. Esta relación familiar ha llevado a los críticos del nuevo presidente de Colombia a señalar que éste ha hecho su carrera política hasta llegar a la presidencia a la sombra de la figura de su padre.

En 1994 fue candidato a la presidencia de la república por el partido Conservador, elección que perdió en segunda vuelta ante Ernesto Samper. Tras su derrota hizo públicos los "narcocasetes" que revelaban la financiación con dinero del narcotráfico de la campaña samperista y que les fueron entregados pocos días antes de la segunda vuelta electoral. Ese hecho le hizo perder muchos puntos de popularidad al ser percibida esa actitud como un acto revanchista contra quien lo había derrotado. Pero a medida que las investigaciones avanzaron y se conocieron nuevas y contundentes pruebas de la "narcofinanciación" de la campaña de Samper, la figura de Pastrana se revaluó, hasta ser percibido por la opinión pública colombiana como la persona ideal para marcar el cambio con el período de la "narcocorrupción" que marcó la era de Samper.

 

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