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"LA BELLA Y LA
BESTIA" Y "EL REY LEON"
Las cifras de la puesta en escena de la obra, que sería la primera de una serie que continuaría con El rey león --hoy en cartel en el teatro de la Disney, en la calle 42 y Broadway, de la ciudad de Nueva York-- y que además se extendería a otros títulos ya no con licencia de la multinacional del entretenimiento familiar, impresionan. Serán dos horas y media de espectáculo en vivo ("sin playback", aclararon los productores), con 38 actores en escena, 19 músicos y 130 técnicos y asistentes, con calidad e igualdad con el original Broadway garantizados. En ese sentido, la experiencia mexicana, responsabilidad de la misma empresa, ha resultado un éxito, manteniéndose desde hace un año en cartel en un teatro del DF mexicano. El casting del elenco argentino fue realizado a más de 2200 aspirantes y supervisado personalmente por los enviados de Disney central, el director Keith Batten, el director musical Michael Kosarin y el coreógrafo Dan Mojica. Los protagonistas elegidos para los papeles principales son Marisol Otero (la bella) y Juan Rodo (la bestia), con dispar experiencia. Mientras que para Otero será la primera gran experiencia en este tipo de espectáculos. Rodó, en cambio, fue protagonista del musical Drácula que dirigió Pepe Cibrián desde 1991 y además ha cantado (es tenor) en diversas puestas del Teatro Colón.
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El
desembarco en Buenos Aires de las comedias musicales de la Disney Company en Broadway, con
producción a cargo de la empresa M.A.T. Theatrical & Entertainment --unión de la
mexicana CIE Internacional y la argentina DG Producciones-- tiene fecha y lugar, tras
largas negociaciones. El musical La Bella y la Bestia, con un elenco íntegramente
argentino, se estrenará el 26 de noviembre en el renovado escenario del Teatro Opera. En
realidad, el Opera será reinaugurado con un show de la cantante islandesa Björk, pero
las reformas, iniciadas una vez que este grupo empresarial compró el teatro, tenían que
ver directamente con las exigencias de calidad y estructura que requiere una puesta en
escena de estas características que demandó, según los organizadores, un costo
aproximado de trece millones de dólares. Se agrandó la caja del escenario al doble de lo
que medía (de 40 metros de boca se fue a 80), hubo reforma general del sector detrás de
escena y, como consecuencia, la capacidad se redujo de la original de 2400 asientos a
1800. La idea de los productores es que la obra figure en cartel, con funciones diarias,
con un plazo de mínima (Semana Santa del '99) y de máxima (noviembre del '99) y en busca
de ello, se adelantó que el precio mínimo de las entradas será de 15 pesos ("en
Broadway las entradas cuestan de 50 dólares en adelante y en Japón esa cifra trepa a
100", aclaró Grinbank).