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GUILLERMO ARMENTANO DEBERA DECLARAR POR QUE MINTIO SOBRE EL RELOJ DE JUNIOR
Un custodio que contradijo a Menem

Cuando Carlitos aún agonizaba en el helicóptero caído, le robaron su reloj y un maletín con 30.000 dólares. El reloj lo recuperó Menem y dijo que se lo dio Armentano. El policía había dicho no saber nada. El papel de la custodia.

Desde que reapareció el Rolex de su hijo Carlitos, Carlos Menem lo lleva siempre en su muñeca.
Los rapiñadores extrajeron el valioso reloj que llevaba Junior cuando aún estaba agonizante.

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t.gif (67 bytes)  En los minutos siguientes a la caída del helicóptero en el que viajaba el hijo del Presidente, cuando todavía la ambulancia no había llegado para auxiliarlo, robaron su reloj Rolex, el maletín en el que llevaba 33 mil dólares, decenas de billetes que habían quedado esparcidos alrededor de la máquina, un teléfono celular, cascos, un buzo antiflama y hasta fragmentos de la aeronave. "El campo se había llenado de gente --aseguró un testigo que participo de la rapiña-- y la mayoría tomaba para sí efectos, pertenencias y papeles que había en el lugar." En ese momento, Carlos Menem junior aún no estaba muerto, agonizaba, pero aún así sacaron cosas de su cuerpo sangrante.

Tres policías bonaerenses están implicados en el robo del maletín. Un grupo de camioneros confesó haberse llevado más de mil dólares. Y una oscura historia rodea el robo y la recuperación del reloj. El presidente Memen puso el grito en el cielo y reclamó que el reloj apareciera. El primer mandatario declaró judicialmente que entonces el Rolex apareció --nadie sabe cuándo-- en manos del jefe de la custodia presidencial, comisario mayor Guillermo Armentano, quien personalmente se lo entregó a Menem. El oficial después negó el episodio ante la Justicia. El Presidente dice que Armentano miente. Un juez acaba de procesar al policía por presunto encubrimiento, falso testimonio y mal desempeño de sus funciones. No es lo único que se le cuestiona. De los tres móviles que custodiaban a Junior el día en que se cayó el helicóptero, ninguno llegó al lugar y no se hizo ni sumario interno ni informe alguno sobre semejante irregularidad.

El robo del reloj

El 15 de marzo de 1995, Mario Galessio, de 24 años, conducía una moto por la ruta 9 junto a Jorge Dos Santos cuando vio el helicóptero caído. Al acercarse al lugar --declaró Galessio a la Justicia--, el cuidador de un campo cercano, Epifanio Siri, le salió al cruce. "Entren, que hay un montón de cosas, agarren algo, yo ya encontré esto", le habría dicho Siri mientras mostraba un Rolex. Galesio le dijo al juez que entonces le compró el reloj por 50 pesos, una historia muy difícil de creer. Del lugar se llevo también, "como recuerdo", un buzo antiflama de Silvio Oltra. Días después, dos efectivos de la Policía Federal lo ubicaron en su casa de Zárate y le secuestraron el buzo y el reloj. El joven no fue detenido, su identidad fue reservada, y todo el episodio se mantuvo en secreto, sin dar intervención a la Justicia.

Eduardo Alomar, juez en lo Criminal y Correccional de San Nicolás que investiga los robos de las pertenencias de Junior y Silvio Oltra, se enteró de la recuperación del reloj leyendo El Expreso, el desaparecido diario de Gerardo Sofovich, amigo personal de Menem. Uno de los primeros testigos en declarar en la causa, un policía de San Nicolás, reveló que el responsable del operativo destinado a quitarle el Rolex a Galessio había sido el jefe de la custodia presidencial, Guillermo Armentano. Pero el comisario lo desmintió de manera tajante: "Ni siquiera hablé del tema con el Presidente --juró el policía--, no sé cómo llegó a sus manos el tan mentado reloj".

Pero una declaración judicial efectuada por Menem lo dejó al descubierto: "El reloj --dijo con todas las letras-- me fue entregado en forma personal por el jefe de la custodia presidencial, comisario Guillermo Héctor Armentano".

Encontrar a Galessio había llevado a la Justicia más de dos años y medio, y su relato dejo más de una duda. Si bien hay dos testimonios de que tuvo el Rolex en su poder, nada queda claro. Su compañero de moto, Dos Santos, no vio que le comprara al cuidador del campo, tal como había afirmado Galessio. Siri tampoco pudo apoyar su versión: es uno más de los testigos muertos en circunstancias dudosas. Un Fiat 147 lo atropelló en 1995, a 500 metros de donde cayó la aeronave.

El encubrimiento

Citado a indagatoria para el próximo 24, Armentano no podrá seguir negando lo que Menem ya afirmó. Para Franco Caviglia, abogado de Zulema Yoma, la declaración tendrá un plus de interés. "Porque además del robo del reloj encubrió otros temas --afirma--. Y es una pieza clave para aclarar otros temas: Armentano tuvo una actitud de encubrimiento absoluto". Caviglia sostiene que la custodia de ese día "fue un desastre, nadie estaba donde tenía que estar".

Zulema está segura de que la muerte de su hijo fue "el tercer atentado", luego de los ataques contra la embajada de Israel y la sede de la Amia, en 1992 y 1994. En ninguno de los tres casos los custodios estaban donde debían estar. Algunos dicen que es una simple casualidad.

El día de la muerte de Menem (h), hubo por lo menos tres autos destinados a su seguridad. El primero, un Renault 18, se adelantó a llegar a Rosario, para controlar el autódromo al que se dirigía junto a Oltra. Los otros dos, una camioneta Nissan Pathfinder y un móvil blanco, debían acompañar por tierra el trayecto del helicóptero. Pero ninguno de los vehículos estuvo en la zona cuando éste se precipitó a tierra.

Supuestamente, la Pathfinder pinchó una goma y debió detenerse a cambiarla; los tripulantes del segundo auto dicen que se retrasaron para buscar unos cascos. La cuestión es que los custodios llegaron al lugar con 20 minutos de retraso, pero esta situación nunca fue investigada a fondo. En diciembre del año pasado la Justicia interrogó al responsable del equipo, Barcelona. "¿Elevó algún informe sobre lo sucedido?", le preguntaron en sede judicial. "No", respondió Barcelona. "¿Le abrieron algún sumario?". "No", volvió a responder. "¿Alguien le solicitó que explicara por escrito qué hizo la custodia?" La tercera pregunta tuvo la misma respuesta que las anteriores. Para el comisario Armentano, jefe directo de Barcelona y responsable de la custodia de Junior, el tema no mereció ni siquiera un pequeño esfuerzo para averiguar por qué los guardaespaldas estaban ausentes. La historia del caso AMIA y la embajada de Israel se repite: en el primer caso, un policía se ausentó minutos antes y el que debía reemplazarlo se quedó en el cuartel. En la AMIA, uno se fue al baño de un bar de enfrente y el otro supuestamente estaba metido debajo del asiento del patrullero tratando de arreglar una radio. Se trata de la conocida mala suerte argentina.

El oficial Barcelona, responsable del equipo, sufrió graves problemas mentales tras la muerte de Junior. El hombre terminó internado en un establecimiento psiquiátrico y ya no integra la custodia presidencial. Armentano obviamente quedó entrampado por la declaración de Menem, y el próximo 24 deberá explicar por qué mintió. Eso sí, sigue siendo el mandamás de la custodia y suena como próximo jefe de la Policía Federal.

Ante Página/12 el juez Alomar sostuvo que quedan muchos puntos por aclarar. "El sumario no se cerró para nada. No descarto que en los robos hayan participado otras personas", concluyó.

 

CLAVES

* No bien cayó el helicóptero de Carlos Menem junior, le robaron el reloj, cuando aún estaba agonizando, y un maletín con 30.000 dólares.

* Hay tres oficiales de la Bonaerense imputados por el robo del maletín. Se los ve con el attaché en una filmación.

* El reloj desapareció durante casi un mes. Sorpresivamente apareció en la muñeca del Presidente. El jefe de la custodia presidencial, comisario mayor Guillermo Armentano, declaró judicialmente que él no vio ni supo nada del reloj. Carlos Menem declaró judicialmente que Armentano fue quien le entregó el reloj.

* Armentano ordena un operativo, aparentemente se lleva el reloj sin dar cuenta a la Justicia. Ahora está imputado por falso testimonio, encubrimiento e incumplimiento de los deberes de funcionario público.

* Ninguno de los tres móviles de la seguridad de Junior estuvo en el lugar donde el aparato se precipitó a tierra en ese momento.

* Nunca se hizo un sumario interno y Zulema Yoma sospecha que hubo un entregador en la custodia.

 


 

TRES POLICIAS BONAERENSES IMPUTADOS EN EL CASO
¿Quiénes robaron el maletín?

t.gif (862 bytes) Tres policías bonaerenses están imputados por el robo de un maletín con unos 33.000 dólares que llevaba encima Carlos Menem Junior cuando murió. En medio de tanta pista falsa y testigos afectados de amnesia, un video se convirtió en la clave para desentrañar la rapiña del attaché. El juez Eduardo Alomar ya procesó por la desaparición del attaché a los tres hombres de la Bonaerense, con destino en la comisaría de Ramallo, y no descarta nuevas detenciones. Los acusados fueron los primeros encargados de custodiar los restos del helicóptero e hicieron un inventario de los objetos encontrados. Obviamente omitieron el maletín que enseguida desapareció. Los imputados son el comisario retirado Norberto Navarro y los ex oficiales Ernesto Soria y Edgardo Ibáñez, señalados por "sustraer, con el propósito de apoderarse, dinero y efectos personales cuyo cuidado les había sido confiado en razón de sus cargos".

El video, grabado por una de las primeras personas que llegaron al maizal donde se estrellaron Oltra y Menem, fue el único medio incuestionable para determinar si el maletín en cuestión realmente estaba en el helicóptero. Tanto los custodios como Zulema Yoma lo identificaron claramente desde las primeras tomas, asomando por debajo de las piernas del hijo del Presidente. Se trata de un attaché gris, de material rígido, con una calcomanía en forma de casco y la inscripción Carlos Saúl Menem (h) en uno de sus lados.

César Pineda, un amigo de Junior que estuvo con él minutos antes de que subiera al helicóptero, confirmó que en su interior había "tres fajos de dólares, de la altura de dos atados de cigarrillos". Pineda también reconoció el maletín en el video. El dinero -–según se explicó en la causa-— estaba destinado al alquiler del auto con el que Junior iba a correr la carrera en Santa Fe.

Promediando la cinta, se puede ver el mismo portafolios en distintas posiciones, y la presencia de los policías de Ramallo. Cerca de las dos de la tarde los oficiales recibieron la orden de trasladar los objetos recogidos a la Unidad Regional de San Nicolás. Los investigadores sospechan que fue entonces cuando sacaron del lugar el maletín, que se "perdió" en el camino. Navarro, Soria e Ibáñez serán indagados el próximo jueves 20. Hasta el momento ninguno de los tres admitió siquiera haber visto el attaché, a pesar de que en la filmación uno de ellos, el oficial Soria, lo tiene debajo de su pie. En la misma cinta se ve en la figura del también procesado oficial Ibáñez un bulto extraño sobre el lado derecho de su abdomen, como si ocultase algo dentro de la camisa. Hasta ahora, Ibáñez tampoco pudo recordar de qué se trataba.

En el último grupo de procesados hay tres camioneros, Néstor Girard, Miguel Torres y Samuel Abeldaño. Todos llegaron inmediatamente después de la caída del helicóptero y ya confesaron el hurto de entre dos y tres mil pesos, en billetes que estaban esparcidos alrededor del helicóptero. En ese momento, Junior todavía agonizaba.

 


 

EL COLOMBIANO TRUCHO QUE CONOCIA EL TERRENO
Detalles demasiado precisos

t.gif (862 bytes) Erich Chuzón Zárate, el colombiano trucho que ante las cámaras de Telefé confesó que había disparado contra el helicóptero del hijo del Presidente, tuvo acceso al expediente judicial. Antes de grabar la nota, recorrió la zona donde cayó la aeronave. Esta es la convicción básica del fiscal federal González Valle, que desde el miércoles investiga cómo Chuzón pudo llegar a manejar detalles precisos de la causa.

Mientras se esperan los resultados de una pericia psiquiátrica, un simple examen médico alcanzó para dar por tierra con el punto central del primer relato de Chuzón. El hombre contó frente a las cámaras que había bajado al helicóptero al dispararle desde una moto en movimiento. Pero un especialista constató que Chuzón tiene la visión disminuida por unas cataratas avanzadas. En esas condiciones -–señaló el médico--, el peruano no pudo ni apuntar ni disparar contra el aparato. También expertos balísticos explicaron que es más que difícil utilizar un arma del estilo FAL desde una moto. En primer lugar por las dificultades para apuntar, ya que no se trata de proyectiles que tienen el efecto de abrirse y cubrir grandes áreas, sino que requieren de precisión. Por otra parte, el disparo produce una fuerza del arma que hace imprescindible estar muy bien afirmado.

El fiscal González Valle solicitó también informes a Colombia y Perú, para chequear la veracidad de algunos datos manifestados en la segunda fábula brindada por el falso narcotraficante, en la que aseguró que había sido sobornado por el productor general de Telefé Noticias para recitar un libreto que incriminara a Kohan, Corach y Yabrán.

Más allá de estas diligencias, el juez Carlos Villafuerte Ruzo ordenó una serie de medidas para determinar de qué forma Chuzón pudo haber tenido acceso al expediente, quién le dio letra y cuál fue el objetivo. El magistrado mantiene absoluta reserva sobre esa investigación.

El narcotraficante falso, que resultó ser albañil y peón de circo, se suma a una larga lista de testigos que contaron historias inverosímiles. Entre las más increíbles quedó la de Jorge Brasseur, un chofer de larga distancia que aseguró haber visto a una tercera pasajera en el helicóptero caído. Brasseur relató que, mientras viajaba por la ruta con su pasaje completo, detuvo el vehículo frente a la aeronave en el momento en que ésta se precipitó a tierra. Así pudo alcanzar a ver las piernas de una mujer entre a los restos de la máquina. Pero ninguno de los pasajeros advirtió que el micro hubiese parado, Brasseur nunca habló del tema con el otro chofer que en ese momento dormía, y el tacómetro de su vehículo no registró ninguna detención.

 


 

El policía que creció bajo el ala de Ramón

Era un policía devaluado hasta que los radicales lo mandaron a cuidar al candidato Menem. Sus vinculaciones con una agencia de seguridad y con Ramón Hernández, secretario del Presidente.

Comisario Guillermo Armentano: una carrera vertiginosa y fecunda.
Dicen que tiene la empresa de seguridad que custodia a María Julia.

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t.gif (862 bytes) Su nombre suena como gran candidato a ser el próximo jefe de la Policía Federal y las reiteradas denuncias en su contra parecen no afectar su formidable avance y su no menos portentosa fortuna. En el entorno presidencial dicen que como jefe de la custodia y empresario de agencia de seguridad -–legalmente, ambas actividades son incompatibles--, Guillermo Héctor Armentano ha crecido al amparo de Ramón Hernández, el secretario privado de Carlos Menem.

Dentro de la Policía Federal, Armentano era en 1988 un típico oficial "planchado", es decir que por la gran cantidad de días de arresto, por "desobediencia", "falta de respeto", "desconsideración con el superior", estaba marginado dentro de la fuerza. Por entonces, para sacárselo de encima, la conducción de la Federal, ligada al radicalismo, lo destinó a custodiar al seguro perdedor de la interna justicialista, Carlos Saúl Menem, que en aquella época competía con Antonio Cafiero por la candidatura presidencial. El cargo exacto era delegado de Policía Federal con sede en la provincia de La Rioja. Lo cierto es que Menem ganó y Armentano sobrevivió a un accidente del avión de campaña en el que murieron otros dos colaboradores del riojano. Ambos hechos lo convirtieron en un hombre de confianza del Presidente y de su secretario privado.

Armentano no perdió tiempo. El 28 de diciembre de 1990 fundó Guns S.A., empresa de seguridad en la que su esposa Alicia Andrea Lepera de Armentano ostentaba el 33 por ciento. Ahora, la porción trepó a la mitad, ya que se retiró uno de los socios, René Jorge Toriggia. Lo insólito es que Armentano y Guns fueron acusados de proveer de seguridad al Ministerio del Interior e incluso a la Secretaría de Seguridad, o sea que los organismos del Estado que, por excelencia, deben brindar custodia, contrataban servicios privados, casualmente a una empresa vinculada al guardaespaldas presidencial. Además, sin que se hiciera licitación, sino a través de una adjudicación directa. Un escándalo similar estalló cuando trascendió que Guns monopolizaba los servicios de seguridad de la Jefatura de Gabinete y aún hoy tiene como cliente a la Secretaría de Recursos Naturales, a cargo de María Julia Alsogaray. Otro cliente cantado fue ATC en la época de Gerardo Sofovich.

Como se ve, el jefe de la custodia presidencial parece incombustible y en la sede de la Policía Federal son muchos los que apuestan a que será el sucesor de Baltasar García, el actual jefe. Por esa razón, es un hombre temido, "un pesado", y nadie le preguntó por qué ninguno de los móviles de la custodia de Junior estaba en el lugar de la caída del helicóptero, por qué llegaron media hora más tarde. Tampoco hubo una investigación sobre el caso del reloj. Hasta ahora sostuvo que él no vio ni supo nada del Rolex, pero el Presidente declaró judicialmente todo lo contrario. Nadie en el edificio de la jefatura se atrevió hasta ahora a abrirle un sumario. Seguramente en unos días intentará convencer al juez y, como mínimo, reconocerá que mintió. Hay que ver qué decide después el magistrado de las imputaciones de encubrimiento, falso testimonio e incumplimiento de los deberes de funcionario público.

 

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