No sólo del cable y de los espectáculos de la calle Corrientes viven los chicos en este Día del Niño: a pedido del público, "Caloi en su tinta" volverá a proyectar hoy en forma gratuita tres cortos de animación inglesa en pantalla gigante. Desde mediados del mes pasado familias con chicos, jóvenes que iban o venían de Buenos Aires No Duerme o fanáticos de la animación llenaron la sala de proyección de la Asociación de Amigos del Museo Nacional de Bellas Artes (Figueroa Alcorta 2280) hasta dejar gente afuera. Allí, todos los días a las 17, se proyectaron Manipulación y Mundo chato, del animador británico Daniel Greaves, como prólogo a Una afeitada al ras, la última película de los personajes de plastilina Wallace y Gromit, obra del realizador dos veces premiado con el Oscar Nick Park.

El público argentino ya había conocido a los dos personajes en funciones gratuitas en la explanada de la Biblioteca Nacional y en plazas de toda la ciudad, en las que se proyectó Un gran día afuera y Los pantalones equivocados, los cortos de Park ganadores del Oscar. El show, que también visitó varias ciudades del interior, era presentado por "varios" Caloi que discutían entre sí en la pantalla y presentaban los cortos. La productora de Park, Aardman Animation, abrió un nuevo capítulo de la animación en plastilina al dar a los cortos un tratamiento cinematográfico inédito. En Una afeitada..., este gentleman inventor y su sagaz perro viven una aventura con ecos de Indiana Jones, El tercer hombre y hasta Terminator. En el corto, Wallace y Gromit se enfrentan a una aventura tan delirante como las anteriores: en esta ocasión deben desbaratar los planes de dos criminales que están secuestrando a las ovejas de todo el país para extraerles la lana. Las cosas empeorarán cuando uno de los ladrones enloquezca y quiera también enlatar su carne. Para complicar aún más el panorama, el perro Gromit será víctima de una trampa y encarcelado por un crimen que no cometió. Por su parte, Wallace conocerá el amor por primera vez.

Carlos Loiseau (Caloi) prefiere definir su ciclo como "cine de animación de autor". Con casi nueve años de vida y una larga lista de premios internacionales, "Caloi en su tinta" se ha convertido en un oasis en el mundo de los dibujos animados, que hoy es el más polarizado entre los productos de majors como Disney y una producción copiosa pero atomizada de pequeños realizadores. Un largo peregrinar por los festivales de animación de todo el mundo y la persecución de joyas del género hizo que los productores del programa, que enviaban faxes sin obtener respuesta, hoy reciban tantos trabajos que sólo pueden exhibir un 20 por ciento del total. Tras la exhibición de hoy, empezarán a planear cómo hacer llegar el resto del material al público. María Verónica Ramírez, directora del programa, contó a Página/12 que "gracias a la red de contactos y amistades, ya tenemos material para programar un nuevo ciclo, que será más largo y se realizará en verano". Los creadores del ciclo también juegan con la idea de traer a los realizadores para que presenten sus trabajos y dicten talleres abiertos.

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