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Doble atentado a Estados Unidos
Las dos bombas que estallaron el viernes
en Kenia y Tanzania contra las embajadas norteamericanas en los dos países dejaron 143
muertos y miles de heridos. La simultaneidad indica que las dos naciones africanas fueron
sólo el campo de batalla de una guerra entre Estados Unidos y enemigos exteriores,
mientras que el método de los atentados parece una réplica del que en Buenos Aires
destruyó la embajada de Israel y la AMIA. |
LA REPUBBLICA
La
explosión destruyó todas las huellas y a todos los posibles testigos. Quedan sólo las
voces. La oficial, de la cancillería de Kenia, se limita a hablar de un autobomba. Otras,
como las de la investigación que comparten el gobierno keniata con los norteamericanos,
afirman que cuando la pick-up llegó a la barrera de la embajada, hubo un tiroteo, y que
murieron sea el guarda, sea el terrorista kamikaze. Una pequeña variante a esta
reconstrucción dice que los hombres que acercan en el móvil son tres, pero que sólo uno
desafía a los guardas y avanza hacia la muerte. Después vienen el estruendo y la
carnicería. Pero nadie tiene dudas de una cosa: la culpa es del terrorismo islámico, el
único enemigo jurado de Estados Unidos y de su civilización.
WASHINGTON POST
Fue en dos países
tradicionalmente tranquilos, Kenia y Tanzania, donde dos bombas hicieron estallar en
pedazos a dos embajadas norteamericanas. El terrorismo es global. Los terroristas eligen
sus víctimas a discreción y pueden dar un golpe en cualquier parte. Kenia y Tanzania
están fuera de los escenarios habituales de la violencia internacional, y las dos
naciones fueron sólo un testigo ocasional de ataques gemelos dirigidos en primera
instancia contra Estados Unidos. Será necesario revisar, una vez más, la seguridad de
las embajadas norteamericanas en el exterior. Nuestras representaciones diplomáticas
enfrentan un dilema: están diseñadas para demostrar la apertura y accesibilidad que
caracterizan a Estados Unidos, pero son estas cualidades las que precisamente las vuelven
tentadoras para los terroristas.
DAYLY NATION (NAIROBI)
A pesar
del shock que experimentamos en Kenia por la bomba, hubo un respiro de alivio colectivo
cuando se supo que también en Tanzania una embajada norteamericana había estallado. En
un comienzo hasta se había llegado a pensar que los culpables eran los maestros en
huelga, cuyo sindicato es vecino a la embajada. Pero la explosión de Daar es Saalam
demostró que las explosiones no eran artesanías locales sino la obra de terroristas
internacionales. Nosotros fuimos las víctimas inocentes en el campo de una batalla
librada entre Estados Unidos y sus enemigos. En las guerras étnicas que sacuden a nuestra
nación, murieron muchas más familias que en este atentado. (Pete Ondeng)
Clinton debe dar la cara
Después de la declaración
de Monica Lewinsky, en la que la ex becaria de la Casa Blanca reconoció haber tenido
varias relaciones sexuales con Bill Clinton, el presidente de Estados Unidos deberá decir
la verdad y sólo la verdad ante el Grand Jury. Pero después de las bombas en Africa,
hasta el jefe de la oposición republicana Newt Gringrich dijo que ya "no hay
escándalo Lewinsky". |
NEWSWEEK*
El
presidente debe decir toda la verdad al Gran Jurado. Esto podría implicar que se
contradiga respecto de las declaraciones que ya hizo; pero si es necesario, vale la pena
correr el riesgo legal y político (...) Hasta un Congreso reticente a iniciar un proceso
de destitución seguirá adelante si Starr puede armar un caso creíble en el cual el
presidente le mintió al Gran Jurado. Después de completar su testimonio, Clinton debe
hablar ante el país describiendo su relación con Lewinsky. Si los hechos lo ameritan,
debe disculparse (...) Los norteamericanos piensan que él no perdería el cargo aunque
haya mentido sobre una relación sexual. A menos que ocurra algo inesperado, el Congreso
probablemente se resista a continuar con el caso frente a un mea culpa presidencial.
* De una columna de George Stephanopoulos, ex asesor presidencial.
TIME
El 17 de
agosto próximo, el mea culpa de Clinton se llevará gran parte del drama y la energía
del caso. Podría afectar a la opinión pública, que a su vez podría afectar a la
opinión de los diputados, que a su vez podrá afectar a las posibilidades de un proceso
por destitución y a los propios cálculos de Starr. Si hay un presidente que tiene las
habilidades comunicacionales para salir de esta escena de alto voltaje, ése es Clinton.
Pero esto supone que él y su esposa pueden hacer a un lado su repugnancia hacia Ken Starr
lo suficiente como para pedir por su misericordia. Y es asumir que hay alguna chance para
Starr.
THE NEW YORK TIMES
Nuestro
punto de vista es que la historia va a retratar a Clinton como el arquitecto de su
situación de una manera que ilustra cómo la realidad interna de un presidente modela su
destino (...) En su última operación para enfrentar las críticas, la Casa Blanca ha
dicho que la mera acción de llamar al presidente para que diga la verdad significa que
Clinton ha sido injustamente prejuzgado. Por supuesto, esto quiere decir algo diferente.
Comentaristas y millones de ciudadanos escépticos basan su opinión en los seis años de
observación y en su sinceridad. Este es un presidente que ha sido conducido a la crisis
por sus propias huidas.
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La dictadura congoleña
En la República Democrática
del Congo (ex Zaire), el gigante de Africa Central, la situación del presidente
Laurent-Desiré Kabila es precaria y su régimen puede caer bajo la presión de tropas que
avanzan desde el este por tropas lideradas por la minoría étnica tutsi, los ruandeses y
los angoleños. Los enormes recursos mineros y forestales de la más grande y más rica
nación centroafricana caerían en manos de los vencedores, después de que Washington no
supiera cómo defender a Kabila, a quien ayudó cuando asumió el poder hace 15 meses. |
LIBÉRATION
A los
congoleños les parece que viven una (mala) remake de lo que ocurrió en octubre de 1996,
cuando el actual presidente Kabila derrocó al dictador de 32 años en el poder, Mobutu
Sese Seko. Los líderes de la rebelión son los mismos tutsis que entonces ayudaron a
Kabila a llegar a la presidencia. Pero hoy el odio tribal fue el que finalmente triunfó,
y Kabila ha lanzado una verdadera "caza de brujas" a los tutsis en la capital
Kinshasa. En Bruselas, la Unión Europea calificó lo que ocurre como "crónica de
una catástrofe anunciada". En un informe a los ministros europeos del 8 de junio, se
decía ya que la situación de Kabila era peligrosa y que sus aliados, particularmente los
Estados Unidos, habían llegado a la conclusión de que no era confiable.
LE MONDE
La prensa
norteamericana vio en el presidente congolés Kabila a uno de esos nuevos dirigentes
africanos que iba a aplicar en su país la receta del éxito tal como se la imagina en
Washington: un régimen quizás un poco autoritario pero no del todo corrupto, y al
servicio de la liberalización económica del país. Se anunciaba ya la llegada en masa de
las empresas norteamericanas para invertir en el Congo y desarrollar las gigantescas
riquezas del país. Los que en París se permitían algunas dudas eran calificados en
Washington de nostálgicos del antiguo régimen dictatorial de Mobutu. A decir verdad,
pocos dirigentes africanos han tenido, al comienzo, tantas cartas en la mano como Kabila.
Pero pocos han decepcionado tanto y tan rápido. (Editorial)
NEW YORK TIMES
El
autoritarismo y la ineptitud del presidente Kabila le costó a los millones de congoleños
perder la mejor oportunidad en una generación para la democracia y la renovación
económica. La situación que acosa a Kabila es el resultado de sus propios errores. Los
tutsis y ruandeses que apoyaron a Kabila para que llegara al poder estuvieron más
interesados en eliminar a sus enemigos tribales que en establecer un sistema político
democrático. Para ayudar a sus amigos, Kabila obstruyó los esfuerzos de las Naciones
Unidas para investigar las masacres tribales. Y para lograr sus propósitos engañó a
diplomáticos norteamericanos y traicionó su compromiso con Estados Unidos de que
permitiría una investigación justa.(Editorial)
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Las armas de Saddam
The New York Times
El líder
iraquí Saddam Hussein se ha equivocado siempre al calcular la buena disposición de
Washington para defender sus intereses en la región del Golfo. Un error de cálculo que
comenzó ya con la invasión a Kuwait en 1990. Y ahora vuelve a confundirse al romper la
cooperación iraquí con las inspecciones de armas de las Naciones Unidas, creyendo que
Estados Unidos está demasiado distraído con el caso de Monica Lewinsky como para
responder al desafío. Si Irak no revierte si posición, Mr. Clinton va a tener que volver
a empezar una nueva concentración de fuerzas en la región del Golfo. La historia
enseñó que Saddam sólo responde a la amenaza del uso de la fuerza. Y ahora está
invitando de nuevo a que se adopte esa opción. (Editorial)
El recambio en Colombia
El Tiempo (Bogotá)
Para los
colombianos es una jornada nueva. No se debe insistir tanto en el "cambio". Este
vocablo crea demasiadas ilusiones, muchas de las cuales se van perdiendo con el paso del
tiempo. El vulgo espera con ansiedad los días, las semanas y los meses del nuevo
gobierno. Sería tonto olvidar que habrá desilusiones y muchas incomprensiones. Así lo
va a interpretar el presidente Pastrana cuando los golpes del destino y las ocurrencias
diarias lo lleven por ese camino triste de no alcanzar todo lo que uno se propone. Y puede
darse por servido si la mitad de sus deseos culminan con éxito. Pero él solo no puede
conseguir un triunfo de su mandato. Los colombianos debemos cooperar, y preguntarnos si
estamos preparados para resistir tiempos difíciles, cuando la economía que viene por mal
camino pueda enderezarse, y cuando la paz, anhelo máximo del presidente, conmueva los
corazones. |
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