Pagando el derecho de piso
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Mientras los socorristas internacionales seguían buscando en vano a sobrevivientes entre los restos de la doble explosión de Nairobi y Dar es Salaam, la policía tanzana ya había arrestado a sus primeros falsos sospechosos. En Kenia, un empleado de la embajada estadounidense reveló a la prensa que el coche bomba entró por la puerta de atrás después de matar a los guardas con granadas de mano. Y en Washington la secretaria de Estado norteamericana Madelaine Albright dio a conocer la recompensa que Estados Unidos ofrece al que delate a los responsables de los atentados: dos millones de dólares. La secretaria de Estado norteamericana para Asuntos Africanos Susan Rice dijo "no conocer la identidad" de los tres grupos de sospechosos, unas 12 personas en total, que habría capturado la inteligencia tanzana, aunque reconoció que había sido informada de los arrestos. Otras fuentes diplomáticas se mostraron escépticas respecto de estos resultados. Y fuentes del FBI dijeron que el régimen de Dar es Salaam probablemente esté deteniendo a cualquiera que parezca más o menos sospechoso. La CIA y el FBI son la punta de lanza en la investigación norteamericana, aunque el Departamento de Estado reveló ayer que "diferentes instituciones estatales" están colaborando. Las pesquisas se extienden más allá de Africa hasta los cinco continentes. El FBI está filtrando en su base de datos a 200.000 individuos sospechosos seleccionados, y a 3000 grupos terroristas organizados. Los patólogos del FBI están realizando autopsias a los cadáveres de 10 personas de las que murieron en Dar es Salaam. Según informó ayer el Washington Post, el autor del atentado en la embajada de Nairobi ingresó por la puerta de atrás de la sede diplomática. El diario cita como fuente a un empleado de la embajada que pidió no ser identificado. Según esta versión, en la entrada principal se impidió el paso de un vehículo --que transportaba la bomba-- y se le indicó que ingresara por la puerta trasera, utilizada generalmente para entrega de mercaderías. Una vez allí, el terrorista supuestamente se abrió camino en el puesto de control arrojando una granada de mano, que mató a varios soldados de la custodia, y a continuación hizo explotar la bomba. El guardia que prestaba este testimonio pudo escapar en el último segundo. Un funcionario a las órdenes de Ocheng Okwach, ministro del Medio Ambiente de Kenia, comunicó al Sunday Nation haber visto una pick-up amarilla, conducida por dos hombres con ametralladoras, que entró en la embajada antes de la explosión. La radio israelí, por su parte, reveló un informe de los expertos de su país de acuerdo con el cual el explosivo utilizado en el atentado habría sido Semtex, fabricado en la República Checa, y más efectivo y violento que el TNT. Mientras tanto, parece confirmarse que el atentado contra la embajada estadounidense en Tanzania fue obra de un terrorista suicida, según las informaciones que publicó ayer la prensa de ese país. Hasta dos millones de dólares es la cifra de la recompensa que pagará Estados Unidos
a cambio de información, según anunció Madelaine Albright. La secretaria de Estado
norteamericana, quien viajó ayer a la base aérea de Ramstein en Alemania, dijo que
preparaba con el presidente Bill Clinton una solicitud presupuestaria para reforzar la
seguridad en las misiones diplomáticas de su país. Vestida de negro, prometió que
Estados Unidos "no se dejará intimidar". |