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SIGUE EL DERRUMBE DE LAS BOLSAS. BUENOS AIRES PERDIO 4,4% Y ACUMULA 16,8% EN EL MES
El último que no olvide apagar la luz


La debacle no perdonó ningún mercado. Desde Tokio hasta París, pasando por Nueva York y San Pablo, la crisis se extiende por todo el mundo. Argentina ya empezó a sufrir: ayer pagó tasas más altas para conseguir dinero.

Las acciones argentinas contabilizan una pérdida de casi 30 por ciento en el año. El índice MerVal está en niveles de noviembre de 1995.
Japón no se recupera y los financistas miran con desconfianza lo que puede hacer China. El miedo es que devalúe su moneda, el yuan.
En ese contexto de incertidumbre, los denominados mercados emergentes ya no despiertan interés entre los inversores internacionales.

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Por Claudio Zlotnik

t.gif (67 bytes) La escena parecía extraída de una película filmada en la city cualquier tarde de mediados del '89 o principios del '90. Pero ocurrió ayer a la tarde. Pequeños y medianos inversores recorriendo las agencias bursátiles del microcentro ordenando la liquidación de sus acciones. Las ventas hormiga, como las denominan en el mercado, se efectúan en el peor momento y aceleran la debacle. "Hace rato que no veía algo así. La gente está asustada. No quiere perder más dinero", comentó a Página/12 un operador de una de esas casas de Bolsa. El miedo estaba justificado. A las 15.30, hora y media antes de la chicharra final, las acciones líderes caían en promedio 7,3 por ciento. Recién al final de la rueda recortaron las pérdidas, y el índice MerVal terminó con una baja del 4,4 por ciento, ubicándose en niveles de noviembre de 1995. Había finalizado otra jornada negra de los mercados. La crisis asiática sigue castigando.

En lo que va del mes, los papeles empresarios acumulan una pérdida de 16,8 por ciento. Y del 28,8 desde que empezó el año. Como viene ocurriendo en los últimos días, el recinto de 25 de Mayo y Sarmiento fue el que peor comportamiento tuvo en toda la región. Buenos Aires es el mercado que más absorbe la incertidumbre que irradian las economías de Japón, China y Rusia, que están en el ojo de la tormenta. La caída del MerVal sólo fue superada por Moscú, que cedió el 9,1 por ciento, y Malasia (-5,3). De los 46 papeles negociados, sólo dos se salvaron: YPF, que subió 0,2 por ciento, y Disco (+5,3). En el peor momento de la sesión, varias de las acciones líderes llegaron a ceder el 10 por ciento.

La recuperación final fue adjudicada por analistas consultados por este diario a que, a valores tan bajos, algunos papeles se volvieron tentadores. La volatilidad del mercado quedó plasmada en el volumen de negocios que alcanzó los 62,4 millones de pesos, el triple que lo contabilizado el día anterior. "Tengan frialdad y piensen", les pidió el presidente de la Bolsa, Eugenio de Bary, a los inversores.

Los financistas de la city no tienen frialdad y durante la rueda sus pulsaciones están aceleradas. Primero venden y luego piensan. Están atrapados por lo que sucede en Oriente. Y si desde el otro extremo del mundo llegan malas noticias. Ayer, el derrape accionario de la plaza local quedó sentenciado cuando en Tokio dieron a conocer un informe oficial reconociendo que la economía japonesa atraviesa por un período de "depresión". La novedad golpeó directamente sobre el yen. La moneda nipona cotizó ayer a 147,5 unidades por dólar, su nivel más bajo en los últimos ocho años. Esto, sumado a la inmovilidad del gobierno japonés por reactivar su economía, no tranquiliza a los corredores. Wall Street bajó ayer 1,3 por ciento y San Pablo 4,1.

La debilidad del yen presiona a su vez a China y Hong Kong a devaluar, un fantasma que desvela a los financistas locales. Si cae el yuan --la moneda china-- y arrastra al dólar de HK, la convertibilidad estaría en jaque. Pocos dudan de que, en ese caso, se gatillaría una corrida contra el peso. La ex colonia británica tiene atada su moneda, el dólar de HK, en un régimen similar a la convertibilidad. Y los inversores no tardarían en ligar la suerte de un programa al otro. El gobierno chino, por su parte, volvió a negar ayer la posibilidad de una devaluación del yuan, pero no ofrece datos de la cantidad de dólares que debió vender en el mercado para sostener a la moneda, en medio de las presiones cambiarias.

La inestabilidad en los países asiáticos y en Rusia sumerge a los denominados países emergentes bajo un manto de sospechas, incluida la Argentina. El temor de los inversores se fundamenta en que estos mercados puedan caer uno tras otro, y por eso desvían sus fondos hacia lugares más seguros. En jornadas como la de ayer, en donde ninguna bolsa quedó en pie, los capitales son absorbidos por los bonos del Tesoro de los Estados Unidos. Pero pese al derrumbe generalizado, ayer los bonos argentinos terminaron levemente hacia arriba, a diferencia de lo que había ocurrido el viernes y anteayer. Los títulos Brady, por ejemplo, subieron entre 0,3 y 0,4 por ciento. Y el bono global Argentina 2027, que fue duramente castigado anteayer, mejoró su cotización en un 1,5 por ciento.

Esta performance de los bonos llevó cierto alivio a la city en medio del derrumbe accionario. Los rendimientos de los títulos de deuda determinan el "riesgo-país". Si caen los precios de los bonos y se agranda la brecha que tienen con sus similares estadounidenses, automáticamente se encarecen tanto el crédito que el Gobierno debe tomar del mercado para financiarse como los préstamos para las empresas. Y las mayores tasas de interés complican la marcha de la economía. Ayer hubo un adelanto con las mayores tasas que Hacienda pagó por colocar Letras del Tesoro (ver página 4). En ese panorama, algunos operadores mantienen el optimismo y apuestan a que hoy los papeles recuperen parte del terreno perdido.

 

Cuatro economistas explican el impacto de la crisis

* Carlos Melconian, economista de M&S Consultores.
"Todavía no afecta"

"Hasta ahora la crisis no afectó a la economía, pero habrá que seguir de cerca la evolución de los bonos. Me preocuparía si empiezan a caer los títulos. Había un divorcio entre los movimientos de las acciones y el de los bonos, pero en las últimas ruedas los títulos también fueron castigados. No es justo por ahora hablar de un mayor riesgo país porque los bonos cayeron en los últimos dos días. Sería como calificar a Buenos Aires como una ciudad lluviosa por un fin de semana con tormentas. El riesgo país se mide en un período más largo, en promedio anual, por ejemplo. No pronostico un panorama sombrío de la economía. ¿O nos olvidamos que hace cinco meses estábamos discutiendo si la economía estaba recalentada?"

* Miguel Peirano, economista de la Unión Industrial Argentina.
"Ya se nota en la economía"

"Esta crisis no se revertirá en el corto plazo y disminuirá el ingreso de capitales en América latina. Tampoco se restringe a los mercados financieros sino que ya se empezó a notar en la economía real. Habrá una menor actividad en el segundo semestre, que afectará a la producción y a la rentabilidad de las empresas: sobre todo al sector textil, de los calzados, al del papel y a los commodities. El Gobierno debería tomar medidas para revertir el desequilibrio externo que produce esta crisis. Se podrían agilizar los planteos ante la Organización Mundial del Comercio para resguardar a la industria. Es un error confiar sólo en la solidez del sistema financiero. Se deben tomar medidas urgentes para respaldar a la producción nacional."

* Miguel Bein, economista.
"Ya se paga más tasa"

"Cada dos o tres meses hay remezones que hacen temblar a los mercados mundiales. Esta vez fue el efecto Japón. Una de las principales economías entró en recesión y esto afecta a las grandes empresas del mundo. La desaceleración de la economía mundial no justificaba el precio que tenían las acciones en Wall Street. Era lógica su corrección. Y esa ola bajista se trasladó a los países emergentes. Esa desaceleración y la caída de los bonos serán los que finalmente impactarán en la economía. No tanto los vaivenes de las acciones, más permeables a la especulación. No sabemos cuánto tiempo durará la crisis pero cuanto más dure mayor repercusión tendrá en la economía. Es lo que vimos ayer con la colocación de Letes: el Gobierno pagó una tasa más alta."

* Pedro Lacoste, economista-asesor de fondos de inversión internacionales.
"No se sabe si tocó fondo"

"La crisis tiene dos efectos directos: encarece el crédito para el sector público y para las compañías, y mantiene deprimidos los precios de los commodities ante una retracción de la demanda mundial. Las fluctuaciones de la Bolsa no importan tanto en la medida que la gente no es poseedora de acciones. Pero la incertidumbre que genera asusta a los consumidores. Todavía no se sabe si la crisis tocó fondo. Y se desconoce porque es inédita: es la primera vez que el mundo enfrenta una crisis globalizada. Y porque está abierta en varios frentes, lo que la hace inmanejable. China, Rusia, Japón, Corea y Brasil están en el ojo de la tormenta. Hasta los Estados Unidos, que hasta aquí funcionó como una locomotora empezó a quedarse."

 


 

LOS GURUES APUESTAN CONTRA EL DOLAR
El peso empezará a caer

Por Julio Nudler

t.gif (862 bytes) Créase o no, hay algunas buenas noticias para la Argentina. Los gurúes están pronosticando una depreciación del dólar frente al marco alemán, y por ende frente a las otras diez monedas europeas que van a refundirse en el euro. Las bajas tasas de interés completan la mitad optimista de la historia, a condición de que no suba el riesgo país, con las consiguientes sobretasas. El peso, atado al dólar, empezaría así por fin a caer en relación a las divisas europeas, aliviando en cierta medida la sobrevaluación y su traducción en un creciente déficit comercial. No ocurriría nada similar respecto de las monedas asiáticas, pero el intercambio con esa zona del mundo es mucho menor.

La misma crisis global que provoca el sistemático derrumbe de la Bolsa explica estos pronósticos sobre los tipos de cambio. Tras las fuertes devaluaciones asiáticas y la recesión que encoge a esas economías, incluida la japonesa, el déficit comercial estadounidense no deja de expandirse, lo que siembra desconfianza respecto de la paridad del dólar. Además, cuando el índice bursátil Dow se desploma, el aire empieza a cargarse con presagios de recesión, y los especuladores dejan de confiar en que la Reserva Federal defienda al dólar.

La Bolsa argentina guarda una relación mucho más débil con la economía local porque apenas si funciona como fuente de fondos para las empresas o como destino del ahorro. Su caída no está expresando problemas específicos de esta economía, sino la reacción de los capitales globalizados ante la crisis. Hoy los guía el miedo, por lo que buscan ante todo la manera de preservar el capital, en lugar de obsesionarse por maximizar la renta. Esto los lleva a concentrarse en los bonos de las mayores potencias industriales de Occidente, preferentemente Estados Unidos y Alemania.

Desde ese refugio se preparan para ver cómo seguirá deslizándose el yen, ante la desconfianza en el gobierno japonés, y la para muchos inevitable consecuencia: la devaluación china y la ruptura de la convertibilidad en Hong Kong. Por este lado, la asociación con el peso argentino es inmediata, tanto como el paralelo que se establece entre Rusia y Brasil. Por si le faltaran problemas, a Moscú la golpea (como a México) el bajón en el precio del petróleo, que lidera la caída generalizada en el valor de las materias primas. Como éstas representan dos tercios de las exportaciones argentinas, la situación se cierra como una pinza sobre la economía nacional.

La convertibilidad, que es tan amigable en épocas de ingreso de capitales, no ayuda cuando éstos escapan. Emite una señal de confianza hacia los inversores, pero no es captada porque hoy sus antenas apuntan a Nueva York y Francfort.


OPINAN LOS ESPECIALISTAS

"Tendencia del modelo"

Claudio Lozano, director del Instituto de Estudios sobre el Estado y Participación (IDEP)
"El empeoramiento de la distribución del ingreso muestra una de las tendencias estructurales de la economía argentina. Desde 1991, con tasas de crecimiento positivas y estabilidad de precios, esa situación no sólo no mejora sino que se profundiza. Esto es así porque se da ligado al aumento de la tasa de desocupación --como mínimo se ubica en el doble de comienzos de este proceso-- y la precarización del empleo. Esta distribución regresiva es un dato orgánico del nuevo régimen de acumulación que se gesta con la hiperinflación. Esta fue fundante de un nuevo orden económico que la estabilidad vino a consolidar. La distribución es uno de los patrones que definen el rumbo de la regresividad en Argentina desde 1976. A ella debe añadirse la deuda externa, la desindustrialización y la privatización de las principales funciones del sector público."

 


 

Claves

--En 1991, el ingreso promedio del 10 por ciento más rico de la población era 15 veces el de la franja más pobre. En mayo pasado se batió el record histórico: la diferencia llegó a 24 veces.

--El 50 por ciento de las familias de Capital y Gran Buenos Aires (casi 5 millones de personas) viven con menos de 900 pesos mensuales, cuando una canasta de consumo elemental cuesta 1035 pesos.

--Entre octubre de 1994 y mayo de 1998, el ingreso del 10 por ciento más pobre de la población cayó 18,3 por ciento, mientras que el ingreso de los ricos aumentó casi un 6 por ciento.

--El 10 por ciento más rico de la población se apropia del 36,7 por ciento del total del ingreso mientras que el 10 por ciento de menores recursos se queda apenas con el 1,5 por ciento.

 

"Un Estado ausente"
Arnaldo Bocco, economista de la Alianza

"La tendencia general que va tomando la economía es que los ricos son cada vez más ricos y los pobres cada vez más pobres. Mientras la economía siga en piloto automático, esta situación no va a cambiar. La distribución del ingreso se hizo cada vez más inequitativa a partir del efecto Tequila. Al no haber políticas de empleo, la clase media y los sectores más humildes sufren una caída en las remuneraciones o directamente la desocupación. En este sistema de economía de mercado, con un Estado ausente, los sectores más desprotegidos van perdiendo participación en el ingreso. Una reducción del desempleo de 4 puntos mejoraría el panorama. Pero también es necesario encarar un programa de políticas sociales, para mejorar la distribución de la riqueza a través del salario indirecto. Hay que realizar una fuerte inversión en educación y salud".


"Degradación salarial"
Mercedes Marcó del Pont, economista de la Fundación de Investigaciones para el Desarrollo Económico (FIDE).

"La situación social durante la convertibilidad no sólo se caracteriza por un fuerte proceso de concentración en los tramos más altos de ingresos. Además, hoy los sectores más bajos están peor que en los períodos de hiperinflación. La convertibilidad surgió para romper una crisis terminal pero al mismo tiempo realimentó el proceso de degradación social. Desde 1994 aumentó la tasa de desocupación y el número de personas y hogares por debajo de la línea de pobreza. Además, desde comienzo de 1997 el desempleo disminuye a fuerza de crear puestos de baja calidad y bajos salarios. Esto se vincula con la política oficial que promueve empleos precarios con ingresos de menos de 200 pesos al mes. Y, sin duda, también influyen los trabajos que se concretan a través de las modalidades promovidas. La combinación de estos dos sistemas para bajar la desocupación está cristalizando la situación de degradación de los salarios y la condiciones laborales."

 


 

Preguntas y respuestas sobre una crisis inédita

La debacle iniciada en el sudeste de Asia en 1997 extendió al mundo la desconfianza por invertir en los mercados emergentes.

El derrumbe asiático parece no tener fin. Si Japón no se recupera, la crisis va para largo.
Ahora los financistas están pendientes de China: si devalúa o defiende su moneda, el yuan.

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Por Alfredo Greco y Bavio

Diez preguntas para orientarse en la crisis

1. ¿Por qué se desencadenó la crisis en Asia?

--A partir de los primeros años de la década del 90, las economías de Malasia, Singapur, Indonesia, Corea del Sur, Taiwan y Tailandia empezaron a crecer a un ritmo mayor que el de la economía mundial, que entonces resultó finalmente incapaz de absorber los productos de los "tigres asiáticos" recién nacidos.

2. ¿Cuándo se acabó el boom?

--En julio de 1997, Tailandia devaluó su moneda, el baht, y provocó una corrida de devaluaciones en el resto del Sudeste asiático. Japón parecía a salvo en un comienzo y prometía ser el motor que salvaría a la región, pero su economía tenía fallas estructurales que había ocultado, y que se debían al colapso de sus mercados bursátiles e inmobiliarios ya en 1990.

3. ¿Por qué huyeron de Asia los inversores?

--Hoy todos los sistemas bancarios sudasiáticos necesitan reformas urgentes. Los préstamos concedidos durante el boom estaban respaldados por bienes cuyo valor colapsó, o, peor, fueron concedidos a empresas con influencias políticas, pero que carecían de medios para producir, vender y devolver el dinero recibido. Los inversores tuvieron buenos motivos para desprenderse de las acciones de estas empresas, y empezaron a dudar seriamente antes de apostar por otras economías emergentes, como Rusia o Latinoamérica.

4. ¿Por qué los países del Sudeste asiático devaluaron tan fuerte sus monedas?

--La devaluación favorece las exportaciones, y en particular a los sectores de una economía que la realiza. Aunque a moneda constante el valor de lo exportado no aumenta, las divisas extranjeras recibidas "valen más" al traducirse en la moneda local.

5. ¿Es una crisis económica o política?

--Es una crisis económica duplicada por una crisis política. No sólo en Indonesia, el país donde el estallido de violencia de este año puso fin a la dictadura de 30 años de Suharto. La misma crisis afecta a Japón, la segunda economía del planeta, y una de sus democracias más abúlicas. Desde que Clinton asumió en 1992, los japoneses tuvieron ocho primeros ministros. En todo el Sudeste asiático, el capitalismo triunfó en un contexto de respeto por la autoridad (sin cuestionar su legitimidad), corrupción administrativa, malversación de los caudales públicos, y clientelismo político. En el momento del boom se llamó a esto "valores asiáticos".

6. ¿Por qué China quedó, por ahora, apartada de la crisis?

--El pasaje de la economía socialista planificada a la de mercado y libreempresa fue gradual. La represión política fue favorable al desarrollo económico, porque consiguió absorber las manifestaciones de descontento por el cambio de modelo (pérdida de seguridades sociales, de vivienda y de empleo). El yuan, la moneda nacional, no es convertible fuera de China. Para el Banco Central, es fácil ajustar su valor en el mercado interno, donde sólo se negocian las divisas que pagan los intercambios comerciales.

7. ¿Qué se hizo para frenar la crisis?

--La solución de la crisis parecía depender de Japón, por la ayuda que puede prestar, pero sobre todo porque de la recuperación de la confianza de los consumidores japoneses dependería la recuperación del comercio en el interior de la región. Los japoneses lanzaron un vasto plan de saneamiento del sector bancario para intentar frenar la caída libre del yen. El punto más demorado fue el aumento del gasto público y la masiva inyección de capitales para los bancos.

8. ¿Qué éxito tuvieron las medidas?

--Las autoridades japonesas se jactaron de haber armado un plan "agresivo" para limpiar a los bancos afectados de deudas irrecuperables, pero la indetenible pérdida de terreno del yen demostró que las dudas siguen a pesar de la calculada agresividad de las medidas gubernamentales.

9. ¿Qué hacer ahora?

--La opinión parece unánime: hay que contener al yuan. China tiene suficientes divisas como para defender a su moneda, y su sistema financiero está vigilado de cerca como para hacer difícil la especulación. 10. ¿Y si China devalúa?

--En los mercados financieros se cree posible que China devalúe, a pesar de que el gobierno jura que no lo hará. Las exportaciones chinas se ven perjudicadas por la debilidad de las monedas asiáticas, particularmente del won surcoreano. Los líderes chinos temen que el crecimiento de su economía disminuya de ritmo, y dentro de este año pueden llegar a decidir devaluar, a costa de los restantes países asiáticos. Pero esto disminuiría el volumen del comercio regional.

 

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