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Israel se suma (pero no del todo) a un tratado antinuclear mundial

Después de las pruebas nucleares indias y paquistaníes, EE.UU. dio impulso a un nuevo tratado contra los ensayos atómicos y pidió a Israel que participe de las deliberaciones. Israel aceptó, con reservas.

Reactor: Israel mantiene un reactor nuclear en Dimona, en el norte del desierto de Néguev, donde se sospecha que fabrica el material de las armas nucleares.

Netanyahu dio una bienvenida parcial al pedido de Clinton.
Sus socios la defienden como su "decisión más importante".

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t.gif (67 bytes)  Tras la firma del Tratado sobre Prohibición de Ensayos Nucleares, que cuenta con notables ausencias (Israel, India y Pakistán sobre todo), la producción de los materiales de fisión atómica con fines militares es el siguiente objetivo. Estados Unidos y sus aliados europeos lograron ayer martes un importante paso al conseguir un acuerdo en principio que limite el uso de plutonio y uranio enriquecido para la fabricación de armas nucleares. Los 61 países presentes en la Conferencia de Desarme están de acuerdo. Incluso India e Israel, aunque este último con ciertas condiciones.

Este acuerdo no supone ni mucho menos la prohibición automática. Es tan sólo un acuerdo para empezar a negociar sobre ella. El presidente de la Conferencia sobre Desarme de Naciones Unidas, el ucranio Mykola Maimeskoul, explicó ayer en Ginebra que los 61 países miembros alcanzaron el consenso para crear una comisión. No es un resultado espectacular, pero con esta iniciativa, avalada por India e Israel, los más reacios, se quiebra la parálisis en la que se encontraba sumida la conferencia desde hace un año.

Los países occidentales, encabezados por Estados Unidos, habían pedido, hace dos años, la apertura de estas negociaciones una vez que se aprobó el Tratado sobre Prohibición de Ensayos Nucleares. En el interior de la Conferencia sobre Desarme se crearon dos corrientes. La occidental y la de los llamados países no alineados, quienes no querían limitar la prohibición a los materiales de fisión para fines militares, sino que pugnaban por un desarme total global. Era la tesis de India, entre otros.

La creación de la comisión especial fue propuesta en enero por Sudáfrica. Entonces no contó con el apoyo de todos los participantes, pero el duelo de ensayos nucleares sostenido entre India y Pakistán en enero ha modificado muchas posiciones. El consenso ahora es total.

India hizo saber que el futuro tratado deberá autorizar el mantenimiento de los depósitos existentes y limitarse a prohibir la producción de uranio enriquecido y de plutonio para uso militar en el futuro. Por otro lado, el presidente Bill Clinton intervino personalmente ante el gobierno israelí para convencerlo de aceptar la creación de este comité especial y, aunque Jerusalén aceptó, aclaró que la luz verde para estas negociaciones no significa automáticamente que va a aprobar el futuro tratado.

El gobierno de Israel ha aceptado participar en la comisión internacional que en Ginebra está discutiendo desde ayer el control de la producción de uranio y plutonio. La decisión de participar en este debate no significa un cambio de postura por parte del gobierno hebreo con respecto a los temas nucleares, que continuarán sumidos, por razones estratégicas, en el más absoluto de los secretos, según aseguró ayer un portavoz del gobierno israelí. El primer ministro Benjamin Netanyahu, presionado por la secretaria de Estado norteamericana Madeleine Albright, dio ayer instrucciones a su delegación diplomática en Ginebra para que participaran en la comisión internacional que, reunida en esta ciudad, trata de establecer un control sobre la producción de uranio y plutonio. La decisión del gobierno de Israel en participar en este debate supone "la decisión estratégica más importante adoptada por Netanyahu" desde que en junio de 1998 llegó al gobierno, aseguraba ayer un portavoz del Ejecutivo.

Parte de la información sobre el potencial nuclear israelí pudo saberse gracias a las filtraciones del ex agente secreto Mordejai Vanunu. El testimonio de Vanunu, hoy encarcelado y aislado en una prisión de Israel, es la única prueba que confirma con certeza un secreto a voces según el cual Israel estaría en posesión de un importante arsenal atómico. A pesar de esta certeza el país no ha firmado ninguno de los tratados relacionados con la no proliferación de armas atómicas, en base a principios estratégicos y en un intento de utilizar este tema como "arma disuasoria" con los países vecinos y en tanto no firme con ellos una paz duradera.

Israel mantiene un reactor nuclear en Dimona, en el norte del desierto de Néguev, donde se sospecha que fabrica el material necesario para la construcción de armas nucleares. De acuerdo al diario Yediot Ahronot, Israel estaría dispuesta ahora a firmar el tratado que está siendo discutido en Ginebra, pero no admitiría que los miembros de la coalición de la ONU inspeccionaran las instalaciones nucleares en el país. Precisamente, el reactor de Dimona jamás ha sido objeto de una visita de inspectores internacionales.

Cualquier tratado que surja de las negociaciones de Ginebra sería visto como el segundo acuerdo necesario luego del Tratado Amplio de Prohibición de Pruebas. Pero este nuevo tratado vendría acompañado con toda seguridad por un régimen de verificaciones, algo que crearía preocupación sobre la intromisión y el espionaje industrial.

 

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