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Por Paulo Pécora desde Gramado Pizza, birra, faso, la ópera prima de Israel Caetano y Bruno Stagnaro, confirmó en la tercera jornada del Festival de Cine Latino y Brasileño de Gramado las virtudes que la hicieron popular en la Argentina, y se ubicó entre las películas favoritas para ganar el certamen. Su simpleza formal y narrativa, el ritmo, un guión sin fisuras y las excelentes actuaciones de Héctor Anglada y Jorge Sesán despertaron la admiración del público brasileño y de la mayoría de los cineastas y periodistas que colmaron las instalaciones del Palácio dos Festivais. Si se tiene en cuenta el caluroso aplauso que le brindó el público al término de su proyección y las sinceras felicitaciones que Caetano, Anglada y Sesán recibieron de otros artistas presentes en la sala, puede afirmarse que el film argentino quedó entre las tres películas que hasta el momento se muestran como firmes candidatas a recibir un Premio Kikito. Las otras favoritas son la argentina Plaza de almas, de Fernando Díaz, que el sábado pasado abrió la jornada inaugural de la edición 26ª de este festival, y la brasileña Um sonho no caroco do abacate (Un sueño en el carozo de la palta), un relato sobre la discriminación y el racismo dirigido por Lucas Amberg. En tanto Tropicanita o Kleines Tropikana, del cubano Daniel Díaz Torres, fue la otra película que compitió anoche en la sección oficial del festival, pero a pesar de las situaciones divertidas y hasta delirantes que la recorren de principio a fin, no llegó a despertar demasiado entusiasmo entre la gente. Se trata de una parodia a los clásicos relatos del "film noir" o cine policial negro, pero trasladado a la Cuba actual, en la que un policía con vocación de novelista se introduce en una alocada y disparatada investigación para aclarar la muerte de un joven de origen alemán. La película, que cuenta con la destacada actuación de Vladimir Cruz en el papel del pesquisa, posee además un complejo e intrincado guión escrito por el mismo Díaz Torres, en el cual las causas de la muerte del alemán son narradas --desde distintos puntos de vista-- por una decena de personajes estrafalarios. Modistos homosexuales, usurpadores de tumbas, un enano deforme, una ascensorista desequilibrada y una bruja mentirosa y farsante son algunos de los seres que le dan letra al policía Lorenzo Columbi, para crear una serie de intrigas que al parecer sólo tienen espacio en su imaginación. Antes de la proyección de cada uno de los largos en competición, fueron exhibidos los cortometrajes brasileños Quintana dos oito aos oitenta, de A. C. Textor; Imagens distorcidas, de Calixto Hakim; y el divertidísimo y muy bien realizado Um dia e logo depois um outro, de Nando Olival y Renato Rossi. Este último, que se desarrolla en una gomería donde la llegada de una hermosa mujer revoluciona la rutina de los dos hombres que trabajan allí, es una clara demostración de esa mezcla entre calidad, originalidad y desparpajo que caracteriza a gran parte de las historias llevadas a la pantalla por los nuevos realizadores brasileños. Por la tarde, en la muestra fuera de competencia "Premieres 98" se proyectaron Los miserables, un film de Bille August --el mismo de Pelle el conquistador-- basado en la novela clásica de Víctor Hugo, y Como era gostoso o meu francs (1972), del famoso y reconocido director brasileño Nelson Pereira Dos Santos. Este veterano cineasta, quien cumplirá 70 años próximamente y es algo así como la leyenda viva del Cinema Novo brasileño, será homenajeado esta noche en una ceremonia en la que se le entregará un premio a su trayectoria.
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