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Rosario ya no tiene okupas El grupo de okupas rosarinos, versión argentina de los squatters europeos, fueron desalojados ayer por la policía del galpón ferroviario que habitaban. Los alrededor de 50 jóvenes acataron en forma pacífica la orden judicial de abandonar el lugar que venían ocupando desde hace dos años. Los okupas de Rosario lograron que trascendieran las actividades culturales que llevaban a cabo un mes atrás, tras el suicidio en Italia de María Soledad Rosas, una joven porteña que se unió a los squatters en la ciudad de Turín. El desalojo en Rosario comenzó a las 7.30 y duró apenas 40 minutos. El viejo galpón que habitaban los okupas pertenecía al antiguo Ferrocarril Mitre y está situado a pocos metros de la desaparecida estación Rosario Central, justo frente al río Paraná, en una zona privilegiada y de las más caras de la ciudad. La demanda para lograr el desalojo fue iniciada por el Ente Nacional de Bienes Ferroviarios (Enabief). Pero la Municipalidad de Rosario también tenía un particular interés en lograr sacar a los jóvenes, ya que tiene proyectado concretar allí la Casa del Tango. Los okupas efectuaban actividades culturales como exposiciones de pintura, obras de teatro y malabarismo, especialmente durante los fines de semana, cuando se sumaban a los ocupantes unos 200 a 300 jóvenes más. Una de las okupas que debió abandonar el lugar aseguró que, aunque no hubo violencia, el desalojo fue "terrorífico" ya que ahora no tienen adónde desarrollar sus actividades.
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