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POR PRIMERA VEZ SE USO UNA
ENTREGA VIGILADA
Mercadal --la "mula" que llevaba la droga-- subió el lunes a un avión que lo depositó en el aeropuerto Fiumicino de Roma el martes a las 7.20. Allí lo dejaron pasar adrede todos los controles pese a que su aspecto era llamativo: un hombre de 53 años, con un elegante traje verde y corbata al tono, que caminaba extrañamente encorvado. La razón era que llevaba en unos bolsillos cosidos a la parte delantera de la camisa unos dos kilos de droga compactada. Otros dos kilos iban en una suerte de calzoncillo que, a manera de chiripá, le rodeaba el vientre y la entrepierna. En Roma Mercadal tomó un taxi que lo trasladó hasta una casa en las afueras de la ciudad. Y allí terminó el recorrido: fue detenido junto a Leandro Bianchini, su mujer y su hermano. Casi enseguida en Buenos Aires el juez Alberto Suárez Araujo ordenaba allanamientos en Mercedes, Banfield y en la Capital Federal, en los que se detuvo a nueve personas, incluyendo a Crocci, quien ya había cumplido una pena por narcotráfico. Según determinó la investigación, la cocaína provenía de Perú y Bolivia, donde se compraba por unos cinco mil dólares el kilo; luego se la revendía en Italia a 35.000. El juez Suárez Araujo se comunicó durante la investigación con la fiscalía antimafia de Roma y pautó la entrega vigilada. Esta fue la primera vez que se utilizó ese mecanismo previsto por la ley que reprime el narcotráfico, y también significó un estreno para el convenio suscripto entre Argentina e Italia en materia de combate a las drogas.
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