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Rusia alzó ayer la voz al referirse a los acontecimientos en Afganistán, donde los talibanes que son hegemónicos en la mayor parte del país reconquistaron en los últimos días la ciudad norteña de Mazar-i-Sharif y donde los combates se están acercando a la frontera de la ex URSS, delimitada ahora en teoría por los estados independientes de Turkmenistán, Uzbekistán y Tayikistán pero en la práctica fuertemente dependiente de los restos del Ejército Rojo para su seguridad. En una conferencia de prensa, el vicecanciller Boris Pastujov llamó a la comunidad internacional a detener la "limpieza étnica" consumada por los musulmanes sunitas, el movimiento talibán en Mazar-i-Sharif, y acusó a Pakistán de entregar ayuda a los talibanes. Mazar-i-Sharif era el bastión de la alianza opositora musulmana respaldada por Irán en el norte de Afganistán hasta que fue conquistada por la milicia talibán el sábado pasado. Desde entonces los talibanes conquistaron las ciudades de Pul-i-Jumri y Harhin, en la provincia de Baghlan, así como la localidad de Hairatan, en la frontera entre Afganistán y Uzbekistán. Ayer, los cazabombarderos talibanes atacaron en repetidas oportunidades la ciudad de Bamyan, al noroeste de la capital Kabul. En Asia Central la preocupación aumenta en las ex repúblicas soviéticas, sobre todo en Tayikistán y Uzbekistán, donde los ministros responsables de las fuerzas de seguridad fueron convocados a reuniones urgentes, y en cuyas fronteras reinaba el estado de alerta máxima. La Comunidad de Estados Independientes (CEI), surgida del derrumbe de la Unión Soviética, comparte en las tres repúblicas de la zona más de 2000 kilómetros de fronteras con Afganistán. Unos 10.000 hombres de la División 201 de las fuerzas de la CEI están desplegados allí, sobre todo en Tayikistán (casi 1500 kilómetros de fronteras), así como 25.000 guardias fronterizos que llevan el uniforme ruso. Ayer, Rusia estimó que la situación militar y política en Afganistán es "crítica" y dijo que tiene intenciones de reforzar la seguridad en la frontera tayiko-afgana. Además, Rusia acusó directamente a los talibanes de ser el brazo armado de Pakistán. "El asalto de los talibanes es una operación bien planificada, facilitada por la ayuda directa de Pakistán, cuyas unidades militares y de aviación participaron de los combates --dijo Pastujov--. La intervención directa de las fuerzas paquistaníes es el factor principal de las victorias de los talibanes, y puede desestabilizar la situación en toda la región." El vicecanciller también dijo que Rusia teme que Afganistán se transforme en "foco del terrorismo internacional" y que considera que el Asia Central ex soviética es su foco trasero. Según el politólogo Andrei Piontkovsky, el avance de los talibanes es "realmente una amenaza" para la CEI. Yevgeny Kovaliov, experto del independiente Centro de Estudios Estratégicos, estimó que "es absolutamente necesario vigilar los ríos Piandj y Vakch", afluentes del Amu-Daria, que delimitan el territorio con Afganistán. "La creación de un cordón mucho más sólido es indispensable para el caso de que los talibanes intenten entrar al territorio", añadió. Esta hipótesis es la menos probable, pero "los actos de los talibanes son imprevisibles", subraya por su parte la Cancillería. Moscú, que preside la CEI, también está ligado a esos países por acuerdos que garantizan su defensa, de modo que va a tener que afrontar graves problemas. El primero es el riesgo de ver a Tayikistán nuevamente afectado por la convulsión política. Tayikistán estuvo sumido en 1991 en una sangrienta guerra civil en la que los islamistas basados en Afganistán se oponían al régimen neocomunista de Emomali Rajmonov. En junio de 1997 se acordó un proceso de reconciliación, pero éste todavía es frágil. Los tres países temen además una llegada masiva de refugiados, principalmente a Dushambé, ya que una importante minoría tayik vive en Afganistán y el país es uno de los más pobres de la ex URSS. Pero el riesgo más importante es una propaganda fundamentalista que desestabilice Asia Central y numerosas regiones musulmanas de Rusia, como el ya inestable Cáucaso del Norte.
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