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Por Romina Calderaro y José Natanson desde La Rioja "Voy a actuar de la siguiente forma: la defensa de mi honorabilidad y mi familia, el apoyo irrestricto a la Unión Cívica Radical, el apoyo sin condicionamientos a la candidatura del doctor De la Rúa", anunció ayer Jorge Gómez, flamante ex escribano del gobierno porteño y acusado por coimas, horas después de dejar la cárcel. En una carta abierta en forma de cinta grabada agregó el acusado: "Desde la fundación de la Unión Cívica Radical, los Gómez hemos participado y abrazado su causa". "Lo de abrazar es cierto", comentó anoche a este diario un dirigente radical que pidió reserva de su nombre. "El mensaje parece el abrazo del oso", dijo. A tal punto lo parecía que, para desasirse, Fernando de la Rúa aseguró desde La Rioja que "se promueve la investigación de cualquier hecho irregular". En su carta-abrazo, Gómez agradeció "la atención inmerecida que me están prestando, habida cuenta de que soy un trabajador del radicalismo", y recordó la prosapia partidaria. "Hemos tenido un sinnúmero de sinsabores y muchas alegrías. Mi abuelo fue cesanteado por su militancia radical. Mi padre (Alejandro, vicepresidente de Arturo Frondizi) renunció a altas canonjías en defensa de los principios de nuestro partido. El que habla, por su trabajo político que inició a los 15 años. Mis hijos, que militan en el partido desde su más tierna edad." Según Gómez, esa historia "determina la defensa de mi honor, de mi partido, que es la defensa de mi Nación". En La Rioja, en cambio, la historia de Gómez tuvo un sabor amargo para un De la Rúa en plena campaña por la candidatura presidencial de la Alianza. Cuando el jefe de gobierno porteño llegó a la capital riojana todavía se hacían sentir el calor primaveral y el de los simpatizantes, sobre todo mujeres de más de 60 con la misión impostergable de besar al recién llegado. "Grande, De la Rúa", decían cuando se le acercaban. "Lo toco ahora, porque cuando sea presidente ...", se escuchó una frase trunca. De la Rúa sonreía. Y después de saludar al párroco de la iglesia fue hacia el hotel Plaza donde ofreció la primera conferencia de prensa. Que, por supuesto, no versó sobre la gira riojana sino sobre el escándalo porteño. Cuando los periodistas lo interrogaron por el caso Gómez, dijo De la Rúa: --Elegimos a nuestros funcionarios por el reconocimiento público, la actuación y la trayectoria. El escribano Gómez tiene una larga actuación partidaria y por eso manifiesto la sorpresa de que una persona como él se vea involucrado en una denuncia. Pero sin medir las consecuencias en mi gobierno se promueve la investigación de cualquier hecho irregular. --No cree que es difícil pensar que se trataba de un caso aislado de corrupción y no que estaba operando una red? --preguntó la enviada de Página/12. --Es difícil saber cómo es el alcance de lo que puede existir acá. No sé qué responderá el juez pero el sistema de control que tenemos hace muy difícil que pueda alterarse el curso normal de un expediente. De la Rúa fue consultado por el abrazo de Gómez. --Es una apreciación que corre por cuenta de él --dijo. Luego anunció que no piensa reincorporarlo a su cargo y quiso dejar por un momento la angustia política del caso para concentrarse en las primarias de la Alianza. La vicepresidencia, dijo, es el lugar donde desea ver a Graciela Fernández Meijide. Es decir, ni en la presidencia ni en la gobernación de Buenos Aires. En la fórmula. "¿Sabés cómo le dicen a Menem?", preguntó una mujer. "Día femenino. Porque cuando viene molesta y cuando no está preocupa." Todos rieron, distendidos. Era otra ocasión para olvidar el infierno porteño, pero resultó fugaz: durante todo el día la comitiva fue alimentada por noticias desde Buenos Aires. Una de ellas, atribuida a funcionarios judiciales, señaló que el juez Héctor Yrimia, a cargo de la causa, habría recibido elementos que le permitirían avanzar en la investigación sobre una red de funcionarios del Gobierno de la Ciudad que estarían relacionados con el caso Gómez. El cargo de Gómez no lo habilitaba para realizar los trámites por los que fue acusado por una coima de 90 mil dólares reclamada al empresario Emanuel Fumarola, por lo que una hipótesis válida en el juzgado es la existencia de una red completa. Unos intercedían, otros actuaban. El ombudsman Antonio Cartañá explicó a Página/12 que la Defensoría del Pueblo "estaba sobre el caso Gómez desde hace tiempo". Si bien no quiso dar mayores precisiones, sostuvo que su organismo está investigando una denuncia muy parecida a la de Fumarola. "El modus operandi fue el mismo: el pedido de habilitación para una fábrica recorrió los mismos caminos administrativos hasta que, en un momento, aparentemente sin causas justificables, se frenó. Sospechamos que hubo alguien que pidió una coima para destrabar el trámite, pero todavía no estamos seguros", explicó Cartañá. Julio Virgolini, abogado defensor del ex escribano, aseguró que "se trata de un expediente que no tiene nada que ver con el caso, por lo que seguramente se va a abrir una causa por separado".
"Mi padre se sintió un poco traicionado" Jorge Gómez es hijo del ex escribano del gobierno porteño acusado de coimero y acusa a los que "lo traicionaron" en un proceso lleno de "elementos oscuros" y "prisiones rápidas". Por J. N. Jorge Gómez es el hijo del ex escribano general del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, quien se encuentra procesado por la acusación de haber pedido una coima de 90 mil dólares a cambio de la habilitación para una fábrica. En diálogo con Página/12, sostuvo que su padre es "totalmente inocente" y calificó de "circo romano" a la causa por exacciones ilegales que se tramita en el juzgado de Héctor Yrimia. Gómez hijo, radical como el resto de su familia, aseguró que en el expediente "hay una serie de elementos oscuros" y añadió que el ex funcionario "se sintió un poco traicionado" por la decisión del gobierno porteño, que lo separó del cargo un día después de que se conociera la denuncia. --¿Lo sorprendió la detención de su padre? --Por supuesto. Vino de golpe y todo empezó a pasar muy rápido. Para entender cómo impactó este tema en mi familia hay que comprender que yo soy la cuarta generación de radicales. Mi familia milita en el partido prácticamente desde que se creó, hace más de cien años. Mi abuelo, Alejandro, fue vicepresidente de Arturo Frondizi. Asumió en 1958 y renunció tiempo después denunciando la política de entrega de ese gobierno. Se fue por cuestionamientos éticos a la administración y a las políticas de Frondizi. Lo que quiero dejar en claro es que no sólo somos una familia de radicales, sino que también somos una familia con ejemplos históricos de ética y de lucha. Si bien no tuve ningún cargo, yo militaba cuando era estudiante. Ahora acompaño a mi padre, que tiene un comité en la circunscripción sexta, en el barrio de Caballito. Mi primo, que se llama Alejandro, igual que mi abuelo, fue presidente del Centro de Estudiantes de la Facultad de Derecho. Con estos antecedentes, yo creo que mi padre sería incapaz de hacer algo así, yo estoy convencido de que es inocente. --¿Cree que la causa fue armada? --Yo lo único que sé es que es una situación muy poco clara. Yo no entiendo profundamente de estos temas, porque si bien soy abogado, no me especializo en derecho penal. Pero me parece que hay muchas cosas que no están claras, muchas cuestiones llamativas. --¿Por ejemplo? --No hubo careos entre mi padre y Emanuel Fumarola, el empresario que realizó la denuncia. También me sorprende la velocidad con la que se tramitó todo esto. Todo se hizo muy rápido. Por ejemplo, detuvieron a mi padre antes de que pudiera declarar. El pudo dar su versión recién una vez que estuvo preso. Hay otra cuestión que constituyó un equívoco y que me parece que hay que aclarar. Tengo entendido que en el juzgado tomaron como prueba una agenda de mi padre en la que figuraba el nombre de Fumarola. Pero no es el empresario sino otro, Nicolás Fumarola. Es una persona que milita desde hace años en la circunscripción sexta, un hombre muy amigo de mi padre y que no tiene nada que ver. El fiscal cree que todo esto es una farsa. El tendrá sus argumentos jurídicos, pero yo, obviamente, comparto esta opinión. --¿Sus sospechas apuntan a alguien en particular? --No quiero hacer conjeturas. Lo único que digo es que esto es un gran circo romano. Una picadora de carne. --¿Usted cree que su padre fue víctima de una operación política? --No tengo idea. Yo lo único que quiero es que se aclare la parte judicial de todo esto, para que mi familia pueda estar tranquila. Pero me parece importante señalar los elementos oscuros que hay en la causa. Además, creo que es importante aclarar que la Escribanía General es un cargo de muy poca influencia política, con escasa capacidad para decidir nada. Es un área eminentemente técnica. Ahí sólo se hacen escrituras y otro tipo de actas, pero no tiene ninguna capacidad de decisión política. --Se sospecha que su padre cometió tráfico de influencias, que se ofreció para destrabar algunos trámites. --Me parece una locura. Por lo que leí en los diarios, para que salga esta habilitación tuvo que pasar por varias dependencias, por un montón de lugares administrativos distintos. No veo cómo un funcionario que no tiene nada que ver con ese tipo de áreas puede serle útil a alguien. --Pero usted mismo dijo que el nombre de su padre es de un enorme prestigio dentro de la UCR. --Pensar que pudo utilizar su apellido para cometer un ilícito me resulta lisa y llanamente una locura. Este no es el primer cargo que tiene mi padre. Fue secretario de gobierno de la intendencia de (Julio César) Saguier. Fue viceministro del Interior en la gestión de Enrique Nosiglia. Y nunca se sospechó de nada, nunca hubo la más mínima acusación. Esto es muy fácil de chequear. Entonces, ¿por qué ahora, en un puesto menor, de poca influencia política, va a cometer este tipo de delitos? ¿Por qué no lo hizo antes, cuando estaba en posiciones mucho más importantes? --¿Qué opina de la reacción de los dirigentes de la UCR? --Yo creo que mi padre se sintió un poco traicionado, porque en ningún momento le preguntaron su opinión. La reacción de los medios también fue un poco despiadada. Sin que existieran elementos concretos, sin pruebas y sin investigar todo, se le echaron encima. Lo que pasa es que ante todo es un radical. Lo que pasa es que él, en algún sentido, es muy verticalista. Está dispuesto a aceptar las decisiones del partido. A pesar de todos los inconvenientes, de todo lo que pasó, mi padre va a seguir militando en el radicalismo. No va a dejar de apoyar la candidatura de De la Rúa por nada.
Por Santiago Rodríguez "De conducta intachable toda su vida", dice todavía hoy el secretario de Gobierno porteño, Enrique Mathov, al hablar de Jorge Gómez, y sostiene que "jamás sospechó" que el ex escribano general de la Ciudad de Buenos Aires estuviera involucrado en un pedido de coima. No fue ésa su única sorpresa: ahora lo cuestionan hasta en su propio partido por la forma en que manejó el caso. Pero Mathov defiende su proceder y sugiere "mala intención" en quienes lo critican. Sobre la posibilidad de que Gómez integre una red de corruptos, prefiere no abrir juicios, aunque advierte que "pueden existir otros casos" de corrupción. Y hasta arriesga un número: veinte. --¿Por qué cree que habiendo trasladado de inmediato a la Justicia la denuncia contra Gómez ahora se lo cuestiona por su proceder? --No tengo la menor idea. Puede ser porque no conozcan los trámites procesales o los deberes de los funcionarios públicos o el criterio que podemos tener los abogados. --Pero no sólo desde la oposición, sino también dentro del radicalismo, se lo cuestiona por la forma en que manejó el tema... --A mí nadie me lo dijo... --Pero en la Legislatura... --Nadie me lo dijo. Lo que vi fue que un diputado, (el delarruista Felipe) Figuerero, preguntaba por qué había cesado el escribano antes de que terminara la causa procesal. --Le dijo también que no fuera a ser que después hubiera que pedirle disculpas... --Le podrán pedir disculpas si es inocente, pero si el jefe de Gobierno le perdió confianza... --La oposición sostiene que no es lógico que usted haya llamado a la policía a su despacho para tomar una denuncia por coima sin siquiera preguntar las circunstancias del hecho y del funcionario que la pidió... --Cualquier funcionario de inmediato tiene que poner el hecho en conocimiento de la Justicia. Si una persona me dice 'me están coimeando' y me empieza a contar detalles y yo lo pongo a disposición de un juez que después investiga y, por una razón u otra, no puede concluir esa investigación, podría alguien sospechar que yo cometí alguna infidencia. --¿Si tenía la presunción de que la denuncia era seria, por qué no la acompañó? --¡Cómo voy a hacer una denuncia que no conozco! Lo que tengo que tomar es la precaución, como lo hice, de preguntarle al juez si esto podía tener implicancias o perjuicios para el gobierno. --¿Y el hecho de que Gómez haya seguido un mes en su cargo no las tuvo? --No, si se trata de un funcionario que no tomaba decisiones. --Dentro mismo de la UCR hay quien dice que así De la Rúa pagó un doble costo: el hecho de tener un funcionario sospechado de corrupción y haberlo mantenido en su cargo... --No entienden de qué se trata o hay mala intención, pero eso lo quiero descartar porque no van a ser mal intencionados con De la Rúa. --¿Qué sentimiento le produce la posibilidad de que Gómez sea sobreseído por falta de mérito? --De alivio, porque es amigo mío de quince años, dirigente importante del partido, conozco a la familia. Ojalá no tenga nada que ver. --¿O sea que usted no sospechaba una cosa así de Gómez? --¡Cómo voy a sospechar! ¿De quién, de Jorge Gómez? En absoluto, señor. De conducta intachable toda su vida. --¿Supone que Gómez puede integrar una red de corrupción? --No abro juicios sobre el tema hasta que conozca la causa judicial para ver si hay algunos otros. --¿Imagina, al menos, que pueda haber más casos de este tipo? --Por supuesto, en 120 mil agentes que tenemos... Si tuvimos en dos años 65 cesanteados, pueden existir otros 20, ¿no?
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