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Por Patricia Chaina "Aunque nací en los lugares colombinos, no soy de los que vienen a hacer la América por dinero", dice Jesús Quintero. El periodista español, conocido en la Argentina especialmente por "El perro verde" --1989, en ATC--, y entre los más fanáticos, por las cintas de "El loco de la colina", que emitió Radio Nacional, está de regreso. Desde el 3 de agosto conduce "El lobo estepario" --de lunes a viernes a las 23 por Radio Millenium, FM 106.3--. Mientras tanto, mantiene conversaciones con los canales para exhibir sus entrevistas en las cárceles, "Cuerda de presos". "Me va gustando ir quedándome solo. Cuando uno ha entrevistado a la marginalidad, y ha terminado ese ciclo en una cárcel, entrevistar estrellas te parece demasiado aburrido, sin dudas. Hay excepciones. Pero me gusta reflexionar, hablarle a cada oyente. No ver ni al control", cuenta en la entrevista con Página/12. "Además, estaba en crisis con los medios de mi país. No comprendo cómo los medios se ponen al servicio del mercado. Venir a la Argentina casi empezando de nuevo me mueve más que ser una estrella haciendo programas usuales en España", explica. --Aquí no es muy distinto al mercantilismo de los medios españoles ... --Pero hay flores sueltas. El argentino puede recuperar el placer por escuchar y por hablar, es inquieto por la cultura. Europa está cansada, vieja y aburrida. Esto por lo menos es una posibilidad, eso me gusta. --¿Por qué eligió la radio como medio para su regreso? --Creo en la palabra como medio de comunicación. Radio hicieron Orson Welles, Woody Allen y otros que creen, como yo, que es más hermosa que la TV. La radio también cae en tics, pero uno es más uno ante el micrófono. Ahora hago la noche, y más que un programa me gustaría que fuera un movimiento de los irreconciliables con este mundo que vive en la demencia, de los que buscamos que vuelva la palabra y la belleza, el arte y el compromiso, y si es posible la revolución, que ya sé que no es posible. --¿Qué público cree que escuchará el programa? --El público de la noche es desconcertante. Hay sádicos, perversos, poetas abohardillados, malamados, estudiantes preparando exámenes, enfermos, ancianos. Están los que no pueden dormir por sus conciencias, y los que convierten a la madrugada en una estepa. Además, las palabras dichas en la noche quedan. Y espero que aparezca la generación de "El lobo estepario", que mucha gente, mientras lo escucha, haga hijos. --¿Qué lo diferenciará de sus propuestas anteriores? --Una vez le preguntaron a Bergman: "¿Usted hace siempre la misma película?". "Claro --dijo--, porque ésa es mi película." A esta altura, no busco originalidad. Me gustan menos las formas y más el contenido. Lo nuevo depende de la demanda espiritual de los que escuchan. Retoma cosas de "El loco ...". Pero yo era más joven y soñador. "El lobo" es un escéptico. La consecuencia del fracaso de mi generación. Y lleva la impronta del personaje de Hesse, que combina elevados pensamientos con sus más bajas pasiones. --Al principio usted hizo radio comercial, hasta que comenzó con las entrevistas recorriendo España, ¿por qué cambió? --Estaba en Radio Nacional, en los últimos estertores del franquismo. Una vez, por una noticia, me levanté y dije: "No leo más mentiras". Me costó sanciones. Y estaba cansado del locutorio frío y del rol de presentador ingenioso, engañabobos. Convertí una combi en estudio. La llené de libros, sartenes, mapas, y me fui por la España abandonada. Esa radio del viajero romántico me interesó, y ahí empezó a gestarse el "El loco de la colina". --¿Qué proyección hace de los medios dominados por el mercado? --Cuando hice "El perro verde", en España se estaba haciendo buena tele. Pilar Miró era directora general y había buenos debates, ciencia ficción, cine, teatro. Hoy el único Dios es el dinero. Las horas pico son de series, concursos y presentadores bufones. La TV del futuro va por ahí. Es un fenómeno mundial. Si todo se hace para vender, es difícil lograr creatividad. Tiene que haber una persona o un programa que conecte, produzca un fenómeno social, y arrastre. Mientras, se va a seguir utilizando morbo, variedad, sexo, muerte. Y se dejan de decir otras cosas. --¿Qué opina de la gestión que está llevando adelante el juez Garzón por los desaparecidos españoles? --Me cuesta opinar. Me frena el respeto, porque conozco el tema, soy amigo de las Madres de Plaza de Mayo, y sé que remover esto despierta muchos odios. He notado que aquí no se quiere hablar de eso, o lo quieren hablar sólo determinadas personas. --¿Cuál es su opinión de Bernardo Neustadt, que está en Millenium por la mañana y no es precisamente un amigo de las Madres? --El es el día y yo la noche. No entro en calificaciones. Respeto el trabajo, sino en vez de radio romántica haría radio barricada. Yo vengo de una tierra donde durante siglos convivieron judíos, árabes y cristianos. Hoy hay conflictos con los catalanes o los vascos, pero hubieron siglos de paz. Eso me marca. Y aún no conozco al señor Neustadt. Esa es mi actitud. Por lo demás, espero incluso algún día entrevistar al señor Neustadt.
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