"Prebendas e injusticia" |
Por Washington Uranga Desde la Iglesia Católica se siguen sumando voces críticas y de preocupación por las consecuencias del modelo y, en general, por el panorama social, político y económico del país. No son sólo los obispos los que critican. También los laicos y los religiosos se agregaron al coro. Ahora un grupo de sacerdotes católicos "que queremos acompañar los dolores y las luchas de nuestro pueblo, y los diversos movimientos y organizaciones que el mismo pueblo se va dando", dio a conocer un mensaje en el que critica la acción de políticos, empresarios y hasta de "sectores sociales, sindicales y eclesiásticos que parecen más atentos a pequeñas o grandes prebendas, que dedicados a buscar soluciones reales a la desocupación, la injusticia, la impunidad y la muerte". El documento lleva la firma del sacerdote Eduardo de la Serna, en su calidad del coordinador del encuentro sacerdotal, y expresa el punto de vista de una corriente de sacerdotes católicos que trabajan junto a los pobres y los movimientos populares, muchos de los cuales han recogido la tradición del Movimiento de Sacerdotes para el Tercer Mundo que agrupó a esta perspectiva en los años setenta. Aunque el movimiento ya no existe como tal, muchos de aquellos curas siguen en contacto y el espacio se ha renovado en atención a la realidad y al aporte de muchos sacerdotes jóvenes que asumen el mismo compromiso de "opción por los pobres". El documento que se difundió ahora es el resultado de la reflexión de un grupo que estuvo reunido en San Antonio de Arredondo durante la última semana. Los curas denuncian a "un Estado que se desentiende de sus responsabilidades con la salud, la educación, la administración de la justicia, la protección de los jubilados, la generación de empleo, la paz social y pretende usar estructuras, espacios y agentes populares en desvirtuadas, desordenadas y corruptas políticas sociales". Extienden también la denuncia al "triste espectáculo de las disputas por candidaturas de una dirigencia que como aves de rapiña sobrevuela para devorar los despojos del pueblo, enredados en despiadadas internas infectando, dividiendo y entorpeciendo el trabajo desinteresado de las organizaciones populares". Los sacerdotes ponen de manifiesto también su esperanza y confianza en
"las organizaciones populares y sociales", sostienen que hay "un modo
distinto de hacer política" que "hoy más que nunca es necesario" y que se
sustenta en defensa de los valores de "la solidaridad, la ética y los intereses
populares". La declaración de los curas termina renovando "nuestra firme
voluntad de acompañar las luchas de los pobres, y alentamos a todos aquellos que son
víctimas de este modelo que no es exitoso, sino generador de exclusión, de pobreza y
violencia, y a quienes son solidarios con sus dolores, a no bajar los brazos sino a
entrelazarlos en un camino en el que sabemos que Dios está con nosotros". |