Principal RADAR NO Turismo Libros Futuro CASH Sátira


La devaluación ya está en la agenda de la UIA

Claudio Sebastiani, titular de la central empresaria, advirtió que si no hay protección a la industria, la crisis llevará a discutir la paridad cambiaria. Y afirmó que podría aumentar el desempleo.

El titular de la Unión Industrial Argentina no ahorró críticas a la conducción económica.
"No entiende lo que pasa, analiza la realidad exclusivamente desde el plano financiero", sostuvo.

na16fo01.jpg (8716 bytes)


Por Raúl Dellatorre

t.gif (67 bytes) La Unión Industrial Argentina reclamó urgentes medidas de apoyo a las exportaciones y la producción nacional, para revertir las repercusiones que se esperan de la crisis asiática. El titular, Claudio Sebastiani, advirtió ayer que "no queremos ir a una devaluación, pero si no se toman las medidas correctas, en muy breve tiempo vamos a estar hablando de este tipo de cambio". El llamado de atención sonó fuerte en un día en el que la tensión económica subió varios puntos por los temblores en los mercados bursátiles de Venezuela, Argentina y Brasil. Anticipó, además, que "la desocupación puede volver al 18 por ciento" como consecuencia de la competencia de productos de países que ya devaluaron sus monedas.

En conferencia de prensa, y sin esperar preguntas, Sebastiani incluyó en la agenda de discusión con el gobierno, para un futuro cercano, la modificación del "uno a uno" en la paridad cambiaria con el dólar, y trazó un cuadro de situación para la economía argentina diametralmente opuesto al que se describe desde el Palacio de Hacienda. "Parece que en Economía no entienden el problema, están muy sesgados a analizar la realidad exclusivamente desde el plano financiero, y la única preocupación es dar señales a los mercados de que la estabilidad no se verá afectada y que el sistema bancario está fuerte", disparó.

"También la economía real requiere que se tomen medidas", reclamó, tras lo cual trazó un cuadro dramático del futuro de la industria. "La desocupación puede volver al 18 por ciento", señaló, haciendo referencia al ingreso de mercaderías importadas sin control de origen ni de valor. "Lo menos que podemos decir es que la nuestra es una aduana fácil", dijo evitando calificar en términos más duros a las deficiencias en los controles.

Sebastiani deploró tanto la gestión del organismo de control del comercio exterior como a las tareas que le corresponden a la Secretaría de Industria y Comercio. "Se dejaron de publicar los despachos de importación, que permitían tener información y hacer un seguimiento sobre la mercadería ingresada, y dicen que es porque no hay partidas para pagarlo; tampoco hay respuestas a los reclamos de salvaguarda (mecanismo de defensa contra importaciones irregulares) y no hemos logrado que se resuelva un sólo caso a favor", recordó el titular de la central empresaria. En cambio, recordó, "cuando hubo que crear una red de seguridad para el sistema financiero, lo resolvieron de inmediato".

Al describir la situación ante la crisis asiática, Sebastiani ofreció un cuadro que refleja el nivel de las devaluaciones en siete países de esa región y cómo aumentaron, en el año corriente, las importaciones provenientes de dicho orígen. Los productos provenientes de Japón subieron, en el primer cuatrimestre de este año, un 87 por ciento con respecto al mismo período del año pasado. El conjunto de ocho países asiáticos de mayor intercambio con Argentina --que incluye a China, que no devaluó aún-- vendió a este último país en dicho período un 38 por ciento más que el año pasado, según cifras de la UIA. En términos reales --deflacionados--, la devaluación en aquellos siete países varió en los últimos doce meses entre el 8 (Singapur) y el 58 por ciento (Indonesia).

Lo peor, sin embargo, aún está por ocurrir. "Todavía no sufrimos el impacto pleno de los flujos de excedentes de producción en el mundo, provocados por la caída de la demanda en el sudeste asiático", agregó Ignacio Mendiguren, vicepresidente de la Unión, quien también participó de la reunión con la prensa. "El tiempo de gestación de una operación en el comercio internacional es de siete a ocho meses, la ola de productos de otros orígenes todavía está por llegar, y la industria argentina está en un estado de total indefensión", apuntó.

 

Economistas sin brújula

"La visión sobre la economía real no es el fuerte de los economistas en la Argentina. La mayoría juzgan más en base a la solidez del mercado financiero que por lo que pasa con la producción. Esta misma visión es la que tiene el Ministerio de Economía", se quejó ayer Claudio Sebastiani. El jefe de la central empresaria aludió así a la incomprensión de los analistas a los reclamos del sector manufacturero. "Siempre transmiten la sensación de que la crisis asiática no nos afectará, que todo va mejorando, cuando en realidad la situación es cada vez más turbia", apuntó. Página/12 le preguntó si José Luis Machinea, economista de la Alianza y ex titular del Instituto de Desarrollo Industrial de la UIA, estaba incluido en la caracterización que hizo para la mayoría de los analistas. "José Luis, no se si por contagio de haber estado cinco años con nosotros, es diferente. Siempre en sus declaraciones hace algunas advertencias sobre la importancia de apoyar al sector exportador", respondió. Sebastiani no disimuló, pese a su carácter de diputado nacional por el justicialismo, mayores simpatías por la posición del referente aliancista que por Roque Fernández.


Más lejos del gobierno

La Unión Industrial Argentina no quiere desmarcarse del plan de convertibilidad, pero empieza a observar que su instrumentación no le da respuestas. La alusión a discutir sobre una devaluación en el futuro inmediato, que ayer su titular, Claudio Sebastiani, es casi una declaración de guerra al equipo económico, y un aviso de ruptura de las buenas relaciones con el gobierno nacional. "La reforma laboral no sirve para nada, y la impositiva directamente juega en contra de la producción", dijo ayer sin retórica el titular de la central empresaria, golpeando en dos proyectos más caros a los sentimientos oficiales. Como para irritar más aún al gobierno de Carlos Menem, lo comparó con el de Fernando Henrique Cardoso. "En Brasil hay más conciencia de la necesidad de defender a la industria. ¿Por qué allá no suben las importaciones con la crisis, como acá? Porque ellos toman medidas para defenderse, imponen condiciones a la entrada de mercaderías que actúan como una barrera arancelaria. Acá, en cambio, nos quieren convencer que las reformas laboral y tributaria son una respuesta a la crisis, cuando no tienen nada que ver", remarcó. El menú de medidas reclamadas ayer por la UIA merecerán, seguramente, el rechazo del equipo económico. Algunas, por convicción filosófica: financiamiento a tasa subsidiada de exportaciones, desgravación de los reintegros a la exportación, establecer rangos de valor a las importaciones, dar incentivos fiscales a los gastos en proyectos de exportación. Otras, por incapacidad propia: reducción de cargas sociales financiada con baja de la evasión o "hacer funcionar la Aduana". La visión que ofreció ayer la UIA sobre las consecuencias de la crisis asiática es la contracara de la imagen que proyecta el gobierno. La central empresaria teme por una invasión de excedentes producidos en economías en crisis a precios de oferta, mientras desde la Secretaría de Industria se sigue machacando que la producción manufacturera sigue creciendo sin descanso. "Mientras el resto del mundo se defiende, acá eliminamos los controles en la Aduana", se quejaron ayer los industriales.


"No habrá quien nos salve"

"Del Tequila nos sacó Brasil, pero en esta crisis, con caídas de precios internacionales y sin boom de crecimiento en el país vecino, si no hacemos algo desde acá no habrá quien nos salve." La descripción fue hecha ayer por Claudio Sebastiani, al comparar cómo logro capear Argentina la crisis provocada por la devaluación mexicana de diciembre de 1994 y las condiciones en que afrontará la actual crisis asiática. La mirada es la opuesta a la que hace el gobierno sobre la situación actual de la industria. El secretario del área, Alieto Guadagni, presentó un informe una semana atrás titulado "las exportaciones reaccionan positivamente a la crisis internacional". Allí se destaca el crecimiento de casi un 6 por ciento en la producción industrial en los primeros siete meses del año (con respecto a 1997); el aumento del consumo de energía por parte del sector; la concreción de 52 inauguraciones y ampliaciones de planta, con inversiones por 1600 millones de pesos, entre enero y julio; y el aumento del stock de crédito al sector privado del 11 por ciento desde el inicio de la crisis. No sólo en el diagnóstico hay distancia entre Guadagni y la UIA. Los dirigentes de la central empresaria dijeron ayer que, en los últimos meses, no hay quien los escuche en el equipo económico. Antes, aunque no se ponían de acuerdo, por lo menos los recibía Carlos Rodríguez, el renunciado viceministro.

 

PRINCIPAL