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El Congreso paraguayo se puso ayer en pie de guerra contra el presidente Raúl Cubas. Mientras la Cámara de Senadores consagraba ayer al ex mandatario Juan Carlos Wasmosy como senador vitalicio, a quien Cubas pretendía enjuiciar por cargos de corrupción (ver recuadro), la Cámara de Diputados paraguaya inició los trámites para abrir un antejuicio contra Cubas por la liberación del ex general golpista Lino Oviedo, aunque no cuentan con la mayoría necesaria para que el juicio se realice. El presidente, que ya había prometido en su campaña electoral esta medida, sigue cumpliendo con su palabra: destituyó ayer al comandante de la Armada, vicealmirante Manuel Royg Benítez, que había sido el fiscal acusador en el juicio contra Oviedo. Cubas se comprometió en la campaña a reinsertar a 250 oficiales y suboficiales despedidos por el ex mandatario. El papel del Congreso como garante de lo realizado por Wasmosy ya se había prefigurado dos meses después del triunfo de Cubas. El ex presidente había logrado sacar de la carrera presidencial a Oviedo a través de un Tribunal Militar Extraordinario (la Justicia civil ya lo había absuelto) que lo condenó por el golpe fallido del ex militar en 1996 y de la ratificación del dictamen por parte de la Corte Suprema de Justicia. Pero lo que Wasmosy no se pudo asegurar es la muerte política definitiva del ex militar: Cubas, que tomó el lugar vacante en la fórmula presidencial triunfante, reivindicó a Oviedo al punto de consagrar como slogan "Cubas al gobierno, Oviedo al poder". En ese momento, los legisladores apoyaron lo que fue la última medida del gobierno de Wasmosy: un proyecto de ley para limitar la facultad presidencial del indulto a los condenados que ya hayan cumplido la mitad de la pena. Oviedo todavía no llevaba cumplido ni seis meses de los diez años que debía purgar. Asegurándose el apoyo de la oposición a su partido, el Colorado, el ex presidente consiguió la sanción de esta ley, que lo dejaba a Cubas sin la posibilidad de liberar a su aliado político. Pero en el nuevo Congreso que asumió junto a Cubas el sábado pasado la relación de fuerzas se alteró parcialmente. A pesar de contar con el apoyo de los partidos opositores, los sectores colorados aliados de Wasmosy y del actual vicepresidente Luis María Argaña no alcanzan a reunir la mayoría necesaria para iniciar el juicio político, aunque sólo le faltan dos votos. Para lograrlos, los legisladores opositores a Cubas presentaron el pedido de antejuicio a una comisión evaluadora, que tardará unos días en expedirse, y utilizarán este tiempo para convencer a algunos legisladores de que la medida de Cubas es ilegal. Anteayer, el Congreso ya realizó una declaración de censura contra el presidente que podrá ser usada como argumento para algunos legisladores indecisos. El Congreso también inició otro camino para impugnar la decisión del actual presidente: pidió a la Corte Suprema que declare la inconstitucionalidad del decreto. El máximo tribunal paraguayo había dicho anteayer que Cubas cometió ciertas irregularidades en la aplicación de la "conmutación de penas", ya que hizo el pedido de informe previo, tal como lo prescribe la ley, pero omitió el motivo por el cual lo solicitaba. Si el pedido prospera, Oviedo deberá volver a la cárcel. Sin embargo, hay un problema que corresponde a la base de apoyo de la oposición y de Oviedo. Si Cubas obtuvo el 54 por ciento de los votos apelando a la liberación de Oviedo, el hecho de "haber afectado el estado de derecho" --como dijo el presidente del Congreso, Luis González-- tiene más sentido entre los políticos que entre los votantes. Esto es lo que el mismo Cubas esgrime como argumento. Luego de repetir varias veces que hizo las consultas necesarias con varios juristas para asegurarse de no cometer ningún error, el presidente dijo que la gente lo votó por Oviedo y que "en la democracia, el verdadero juez es el pueblo". En el interior del país, las radios se dedicaron más a difundir las palabras de Oviedo (ver aparte) que a analizar la situación legal. Y el otro problema, no menos grave, es la intención de Cubas de revertir la limpieza de partidarios de Oviedo que Wasmosy había hecho en las fuerzas armadas. El presidente comenzó ayer por Royg Benítez y quizás continúe despidiendo a más oficiales aliados de Wasmosy, con lo cual avivará la interna en el Ejército. Y allí las disputas ya no se arreglarán con palabras sino a los tiros.
OVIEDO HABLO Y ROMPIO EL SILENCIO QUE PROMETIO
Yo soy político y él (Raúl Cubas) es el administrador de la República. El se dedica a administrar el país y yo me dedico a respaldar políticamente a su gobierno", dijo el general Lino Oviedo en una entrevista publicada ayer por el semanario uruguayo Búsqueda. Oviedo violó de esta manera su propia promesa de permanecer callado por 100 días. El militar negó que vaya a ser el presidente en las sombras, detrás de Cubas, pero se autodenominó "el mejor interlocutor válido" entre el actual mandatario y el pueblo paraguayo. Estas son sus expresiones más llamativas: * En la entrevista, Oviedo acusó al ex presidente Juan Carlos Wasmosy de "corrupto" y de dejar a Paraguay en una "quiebra total". Defendió la necesidad de "un plan de austeridad" centrado en la reforma del Estado paraguayo, que es "inepto y costoso". * Negó haber intentado en 1996 un golpe de Estado, aunque se reconoce autor de otros tres "golpes", todos ellos "democráticos": la caída de Alfredo Stroessner en 1989, la victoria en las elecciones internas del Partido Colorado en 1997 y las elecciones de mayo de este año. * Según Oviedo, su intento golpista ocurrido en abril de 1996 fue para evitar que Wasmosy cerrara el Parlamento. "Fue a costa de mi carrera, para salvar la democracia", dijo. * Se declaró "categóricamente" partidario de reducir el costo operativo de las Fuerzas Armadas, lo que incluye "efectivos, armamento y equipamiento", pues "existe un sinnúmero de gastos innecesarios y corrupción". * Interrogado sobre si las Fuerzas Armadas resistirán los cambios, contestó que "con los cambios que yo pueda hacer estarán felices". Pero inmediatamente agregó: "Con los cambios que pueda hacer Cubas van a estar mucho más felices". Y luego completó: "No creo que en este momento Cubas tenga otra persona en quien más pueda confiar el tema de las Fuerzas Armadas". * Oviedo también afirmó que él es "el mejor interlocutor válido" entre el pueblo paraguayo y Cubas. "Cubas es el presidente, el compañero. Somos hermanos siameses y seguiremos juntos hasta morir". * El general también se manifestó a favor del Mercosur, pero no del Area de Libre Comercio para las Américas. "Como sudamericano prefiero seguir con lo que ya está iniciado. Se tiene mayor capacidad de negociación con el bloque del norte cuando el bloque del Mercosur está consolidado. Más vale algo conocido que algo bueno por conocer".
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