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La Bolsa de Buenos Aires pierde 53% en los últimos doce meses
Esta crisis es la peor de todas

Ayer las acciones bajaron 7,8 por ciento, ampliando la pérdida a 15,6 en la semana. En los últimos treinta días los inversores bursátiles perdieron más de 15 mil millones de pesos. Y los bonos bajaron hasta 12 por ciento.
Esta crisis ya es peor que la del tequila. El viceministro Pablo Guidotti dijo que Sebastiani, titular de la UIA, "está loco" porque habla de devaluación.

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El índice de acciones líderes MerVal cerró a 407,2 puntos, el nivel más bajo desde mayo de 1995. Los bonos bajaron hasta el 12 por ciento.
Subió la tasa de interés y a las empresas se les cerró el acceso al financiamiento externo. Por ahora, en el BCRA están tranquilos.


Por Alfredo Zaiat

t.gif (67 bytes) La presente crisis ya es peor que la del tequila. En los últimos doce meses, desde que Tailandia encendió la mecha a fines de julio del año pasado, la Bolsa de Buenos Aires acumula una pérdida de 53 por ciento. En el peor momento de la crisis mexicana, los papeles empresarios contabilizan un quebranto de 46,1 por ciento. En esos traumáticos meses de caos financiero la economía se sumergió luego en una profunda recesión. ¿Ese es el camino que estaría adelantando el actual derrape bursátil? Los economistas consultados por Página/12 coinciden en que ese sería el descenlace de esta crisis global, salvo que un milagro frene la desesperada huida que están emprendiendo los inversores internacionales de los denominados mercados emergentes. Ayer se vivió uno de esos días en que el pánico gana a los financistas: el índice de acciones líderes MerVal se derrumbó 7,8 por ciento, cerrando a 407,2 puntos, el nivel más bajo desde mayo de 1995. Las bolsas de Buenos Aires y la de Caracas fueron las peores de todas (ver aparte).

La corrida contra los activos de riesgo se aceleró en esta semana, pero este nuevo capítulo de una crisis que ya lleva un año comenzó el 20 de julio pasado. Desde ese día la pérdida de riqueza por el derrumbe de las acciones alcanza la friolera de 15.138 millones de pesos. El valor de mercado de las empresas que cotizan en el recinto era entonces de 56.920 millones de pesos. Ayer, era de apenas 41.782. Sólo en un día, con el desplome de ayer, los bolsillos de los inversores bursátiles enflaquecieron 2432 millones de pesos. Esa pérdida de capital produce los que los economistas denominan efecto pobreza, puesto que esos inversores que vieron reducir su patrimonio por la caída de las acciones se sienten menos ricos. Y, por lo tanto, disminuyen o posponen consumos, difundiendo su pesimismo al resto de la economía. De ahí hay un paso para que comience la desaceleración de la economía y, si la crisis se prolonga, se precipite una recesión.

A esos más de 15 mil millones de dólares de pérdidas hay que sumarle el quebranto por la tenencia de títulos públicos. Hubo caídas de hasta el 12,6 por ciento, baja que registró el Bocon Proveedor en pesos, mientras que los bonos Brady cerraron con fuertes saldos negativos: el Discount bajó 10,2 por ciento; el FRB, 8,5; y el Par, 7,7. El derrape de los títulos públicos, más que el de las acciones, es el que preocupa a los financistas. El retroceso de las paridades eleva el retorno que ofrecen los bonos, que es lo mismo que un aumento de la tasa de interés que reclamarán inversores por suscribir nuevos papeles: es lo que se conoce como riesgo país. Ante un incremento de ese indicador, el Gobierno tendrá que pagar más tasa para conseguir dólares para cancelar vencimientos de deuda o para cubrir desequilibrios de las cuentas públicas. Esa mayor tasa también se trasladará a los créditos hipotecarios y personales, y a los que tomen las empresas.

En el sistema financiero ya se verifica un alza del costo del dinero (la tasa interbancaria trepó al 9 por ciento anual), a la vez que varios bancos empezaron a subir la tasa que ofrecen a los depositantes para retener sus colocaciones. De acuerdo a un relevamiento realizado por el Banco Central en esta turbulenta semana que se vivió en el recinto bursátil, las entidades financieras aumentaron sus depósitos en dólares y mantuvieron los nominados en pesos, aplicando un leve retoque hacia arriba de la tasa de interés. Pedro Pou, presidente del Central, comentó con sus más estrechos colaboradores que ha empezado a registrarse un desplazamiento del crédito hacia las grandes empresas, puesto que estas han visto cerrado su acceso al financiamiento externo. Mencionó a una cadena de supermercados que tuvo que suspender la colocación de una Obligación Negociable (títulos de deuda privada) en el mercado internacional, consiguiendo los 100 millones de dólares de esa emisión a través de una crédito puente dado por un grupo de bancos. Otras compañías, como Acindar y CEI, directamente suspendieron la ampliación de sus capitales prevista en el recinto bursátil. Ante ese panorama, las grandes empresas empezarán a tener una mayor presencia en el sistema local demandando fondos que no pueden conseguir afuera.

Pou señaló, además, que a diferencia de lo que está sucediendo en Brasil, Argentina no está perdiendo reservas. Sin contabilizar las dos últimas jornadas más movidas de la semana, las reservas de libre disponibilidad sumaban 23.157 millones de dólares, 531 millones más que a principios de mes. De todos modos, Pou sabe que en esta crisis global ningún país está inmune a las corridas, y el peso está en la mira de los especuladores a la espera de que China finalmente sucumba y devalúe su moneda, arrastrando con ese ajuste la convertibilidad de Hong Kong. Ese será el momento que Pou tendrá que entregar dólares de esas reservas que por ahora siguen creciendo.

 


 

EL DERRUMBE DE LOS MERCADOS NO PERDONO A NINGUNO
El pánico cotizó en alza

t.gif (862 bytes) Pánico. Eso es lo que ayer se vivió en la rueda bursátil. Ya no importaba el precio al que se vendía una acción sino entregarla lo antes posible. El fenómeno se repitió en la mayoría de los recintos. No había diferencia si se trataba de un mercado de los denominados emergentes o de uno desarrollado. Las acciones perdían valor minuto a minuto. Algunas sesiones debieron suspenderse momentáneamente para detener el derrumbe. La desconfianza generalizada encontró un único resguardo para los inversores internacionales: los bonos del Tesoro estadounidense a treinta años, que terminó a una tasa del 5,44 por ciento anual.

En el peor momento de la rueda, el índice de acciones líderes MerVal llegó a caer 9,7 por ciento. Y los bonos entre el 12 y el 14. En San Pablo, las operaciones se suspendieron media hora cuando los papeles empresarios retrocedían en promedio el 10 por ciento. Sólo la posterior intervención del Banco Nacional de Desarrollo brasileño en el mercado de bonos y acciones llevó algo de calma. Al final, el índice Bovespa perdió sólo el 2,8 por ciento. En México también hizo falta que la banca central inyectara 200 millones de dólares para frenar el histórico derrape de las acciones y detener la devaluación del peso mexicano, que se acercaba a la peligrosa barrera de las 10 unidades por dólar. Así y todo, el peso perdió ayer el 4,8 por ciento de su valor y cerró en 9,8 unidades por dólar.

En la city porteña, en tanto, continuó la presión sobre los contratos a un año en la compra de dólares. La moneda norteamericana se pactó a 1,11 peso, contra 1,07 de anteayer. El miércoles, cuando no se había desatado el caracazo, el dólar futuro cotizaba a 1,01 peso.

El anuncio del gobierno venezolano de que permitirá fluctuar el precio del dólar en una banda cambiaria más amplia no atenuó el temor de los financistas de una inminente devaluación del bolívar. Ese miedo, precisamente, fue el gatillador de la corrida bursátil de los últimos dos días. Como sordos, los corredores desatendieron la enésima promesa de China de que no va a devaluar el yuan y las explicaciones del banco central brasileño sobre la "saludable" situación de su economía. La corrida llegó también a Wall Street, que terminó con una caída del 0,9 por ciento tras perder casi el 3, y en Europa, en donde se sumó la desconfianza que genera la actualidad de Rusia, con una estrepitosa caída de 5,9 por ciento de la Bolsa de Francfurt.

Precisamente, cuando el lunes los inversores escuchen el plan de reestructuración de la deuda interna por parte del gobierno ruso tendrán motivos para poner freno a la corrida. O para profundizarla. Ayer, el primer ministro Sergei Kiriyenko opinó que "la crisis recién empieza".

 


 

Guidotti dice que Sebastiani "está loco" por hablar de devaluación

Por David Cufré

t.gif (862 bytes) "Está loco", tronó el viceministro de Economía, Pablo Guidotti, en su impulsivaPablo Guidotti, viceministro de Economía. "La crisis es transitoria." respuesta al presidente de la Unión Industrial, Claudio Sebastiani, quien había advertido que si el equipo económico no hacia nada "en poco tiempo habrá que hablar de devaluación". El segundo de Roque Fernández descargó en ese momento la tensión que había ido juntando durante todo el día, desde que por la mañana empezó a observar el derrumbe bursátil. En la conferencia de prensa que ofreció para explicar, casi como un malabarista, que en realidad no hay de qué preocuparse, Guidotti abandonó la actitud defensiva sólo cuando se refirió al "imprudente" titular de la central fabril.

"Las declaraciones de Sebastiani son altamente imprudentes, porque demuestran que hace lobby para obtener ventajas cuando se agrava la volatilidad en los mercados", enfatizó el viceministro. No se detuvo allí. Lo acusó de "obstaculizar" en el Congreso la sanción de la reforma tributaria, "cuando bien sabe que no puede ser que el 60 por ciento de las empresas no paguen el impuesto a las Ganancias". Y concluyó, ya a los gritos, que "está loco" y que "tiene un conflicto de intereses entre su condición de diputado, que debe legislar en favor de la gente, y su carácter de representante de la industria".

En los despachos del Palacio de Hacienda los teléfonos sonaron sin parar. Operadores de la city, consultores y empresarios llamaron desde temprano para conocer la impresión de los funcionarios sobre el agravamiento de la crisis y vislumbrar si se estaba gestando algún plan de emergencia. Roque Fernández, por su parte, se comunicó con el subsecretario del Tesoro de los Estados Unidos, Larry Summers, para pasar el parte de los acontecimientos en la plaza financiera local y despejar temores sobre la aplicación de medidas que pudieran implicar un cambio de rumbo en "el modelo", como impulsar medidas proteccionistas.

"En esta situación de caída global en los mercados, no hay medidas más recomendables que las que ya tomamos, y seguir insistiendo con la sanción de la reforma tributaria", subrayó Guidotti, quien aprovechó para criticar contra el Fondo de Incentivo Salarial Docente, que ya obtuvo dictamen en las comisiones de Diputados y está listo para ser tratado en el recinto. "Compromete la situación fiscal", afirmó.

El funcionario convocó a los periodistas a su despacho cuando la rueda bursátil ya había arrojado una caída en los papeles líderes del 7,8 por ciento y los títulos de deuda habían derrapado hasta 12 puntos. Con medias palabras, Guidotti reconoció la gravedad del momento, pero evaluó que se trata de "un pico de tensión transitorio", manejable incluso si Venezuela se ve forzada a devaluar. "La situación de Argentina es de las más sólidas en el continente", dijo que destacó Summers en su comunicación con Roque. "Preguntó qué estaba pasando con los bonos y con el sistema financiero. El ministro le comentó que la situación es muy tranquila, y que sólo se produjo un leve aumento en la tasa de préstamos interbancarios", amplió Guidotti.

De acuerdo con su interpretación, el recalentamiento de la crisis se produjo a raíz de la aparente indiferencia evidenciada por Estados Unidos y el Fondo Monetario para asumir el control de la situación. "Summers indicó que esa percepción no se compadece con la realidad, sino que Estados Unidos sigue muy de cerca la evolución de los mercados y está haciendo esfuerzos para conseguir que el Congreso apruebe una capitalización adicional al Fondo Monetario", detalló.

--¿Economía tomará medidas si la semana próxima continúa el derrumbe bursátil? --preguntó un periodista.

--Los picos como el de hoy son claramente transitorios y en una semana debería apreciarse una manifiesta recuperación. No hay que preguntarse por qué el pánico podría desaparecer tan rápidamente, sino por qué se produjo si no hay motivos que lo justifiquen.

Para Guidotti, los rumores de devaluación en Venezuela no son una razón valedera para explicar el tembladeral financiero. "No hay motivos para que Venezuela genere ningún tipo de contagio en otros países de la región. Si devalúa no le hará absolutamente nada a las demás naciones de América latina, porque el volumen de comercio con la región es ínfimo", completó.

--¿Qué palabra elegiría para describir este momento de la crisis? --le preguntaron

--Que es transitoria.

 

Marcha atrás

Cuarenta y ocho horas después de anunciar la venta de las acciones del Banco Hipotecario dentro del próximo trimestre, a fin de enviar una señal de confianza a los inversores internacionales, el equipo económico desistió de esa medida. El viceministro Pablo Guidotti señaló ayer que se esperará a que se calmen los mercados para hacer esa colocación. "No tiene sentido desprenderse de un activo en este momento, cuando no tenemos urgencia de obtener recursos, y conseguiríamos un precio muy bajo", explicó el funcionario. La misma actitud se tomará con las acciones remanentes que el Estado conserva en YPF. "En principio no pensamos prendar esos papeles para conseguir un crédito puente", amplió Guidotti.

 


 

EL TITULAR DE LA UIA CONTESTA PERO NO POLEMIZA
"Fue una respuesta de calentura"

t.gif (862 bytes) "La expresión de Pablo Guidotti es una contestación de calentura, porque alguien le habrá dicho que hablamos de devaluación", respondió ayer Claudio Sebastiani a la imputación de "loco" que le hizo el viceministro de Economía. Consultado por Página/12, el presidente de la UIA se excusó de no polemizar con el funcionario. "No es el momento de jugar a las agresiones, sino de asumir responsabilidades; comprendo que el viceministro tendrá motivos para estar nervioso", dijo.

"A mí no me preocupa que caiga la Bolsa, en definitiva es un tema de especulación; me inquietaría que se pierdan depósitos o reservas del Banco Central, y me empieza a preocupar Brasil", expresó el titular de la central empresaria. Señaló además que la crisis financiera empezó a trasladarse a la economía real, por vía de las devaluaciones en el sudeste asiático, lo cual demandará alguna respuesta del gobierno argentino para proteger a la producción nacional. "La situación es complicada y no hay respuestas", refirió.

Sebastiani subrayó que él no pidió una devaluación en la conferencia de prensa que ofreció en la UIA el jueves último, cuando advirtió que "si la situación sigue así, en poco tiempo vamos a estar hablando de este tipo de cambio". Y manifestó su "pleno apoyo al programa de reformas del actual gobierno y a la convertibilidad". Pero puntualizó que "así como se creó una malla de seguridad para el sistema financiero que permitió alcanzar su actual solidez, ahora pedimos lo mismo para la industria".

"No se puede discutir entre los diputados sobre la reforma tributaria, sin que la cuestión derive hacia la crisis internacional", refirió Sebastiani, a quien Guidotti le reclamó ayer su apoyo, como legislador, a la propuesta.

Mientras el Ministerio de Economía sigue negándole una respuesta al gremialismo industrial, éste se reunirá en la semana próxima con representantes de la Alianza opositora, a quienes les elevará un diagnóstico del actual cuadro de situación en busca de puntos de acuerdo.

 


 

PRIMEROS IMPACTOS EN LA INDUSTRIA
Ya se oyen crujidos

Caída de precios en los productos atados a la competencia externa y menores ventas en los productos masivos. Son los primeros síntomas de que la crisis no pasará desapercibida.

La industria automotriz acusa una baja de ventas en agosto.
Por ahora, prefieren no vincularlo a la crisis, pero preocupa.

Diagnóstico: "Las inversiones ya están paradas y, si por la crisis internacional suben las tasas de interés, va a haber un parate en el consumo".

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Por Raúl Dellatorre

t.gif (862 bytes) La venta de automóviles cayó en agosto respecto de julio. Los productos alimenticios de marcas reconocidas están siendo reemplazados en las compras familiares por otros similares de menor calidad, pero más baratos. Los productores de insumos básicos para la industria plástica han bajado los precios, buscando evitar que la competencia externa los barra del mercado. La siderurgia y la petroquímica se quejan de la entrada de productos importados a precios de dumping (por debajo del costo). La crisis asiática es algo más que una amenaza: ya está dando avisos de que hará sentir sus efectos negativos sobre el nivel de actividad de la industria local.

Ayer, el gerente de Relaciones Institucionales de Ford Argentina, Rodolfo Ceretti, reconoció ante Página/12 que la filial Brasil de la multinacional norteamericana está tratando de "diferir, en lo posible", sus planes de inversión. En tanto, señaló que la subsidiaria local optó por manejarse con "prudencia" en las actuales circunstancias.

Todavía no están encendidas las luces de alarma, pero la evolución del mercado es mirada con lupa. El seguimiento día a día señala que las ventas de agosto se debilitaron con respecto de julio, indican en Ford. Pero, además, observan a Brasil, que podría estar proyectando lo que aquí será el futuro inmediato. Junio y julio fueron meses de ventas flojas en el vecino país, y agosto reconfirma el achatamiento.

La industria petroquímica sintió el impacto en forma inmediata. Los productos básicos del sector sufrieron la caída de sus precios internacionales junto al resto de los commodities. Un representante del sector --Juan Groppo Vilar, directivo de la UIA-- señaló a este diario que las empresas están perdiendo rentabilidad, porque no sólo venden al exterior a precios más bajos, sino que además tuvieron que ajustar sus valores en el mercado interno por la competencia externa. Los abundantes excedentes en la plaza internacional llegan generosamente a estas playas.

"Cada día vamos a estar un poquito peor", arriesgó Guillermo Carracedo, un ex broker cerealero y que hoy asesora a empresas de primera línea. "Las inversiones ya están paradas y, si por la crisis internacional suben las tasas de interés, va a haber un parate en el consumo, porque la gente va a cuidarse en sus gastos con tarjeta de crédito". Su pronóstico es que el próximo gobierno recibirá, a fines de 1999, "una economía muy deteriorada".

Analistas y empresarios coinciden en que Argentina, frente a la crisis, cuenta con dos condiciones que diferencian la magnitud del impacto que puede recibir. Uno a favor: tiene un sistema financiero sólido, sin riesgos serios de resquebrajarse ante el temblor. Pero otro en contra: la ausencia de medidas regulatorias y políticas activas deja un enorme margen para la volatilidad de los capitales. Esto último incide directamente en la economía real: una parte sustancial de las empresas están en manos de fondos de inversión del exterior que podrían verse tentados a escapar si la crisis se profundiza.

"Los inversores en fondos son muy miedosos, y si se asustan les van a reclamar a los administradores que realicen ganancias y se retiren; se les va a hacer muy difícil a los gerentes locales de estos grupos mantener la inversión", diagnosticó Carracedo. Otros capitales más audaces, en cambio, pueden llegar en busca de oportunidades. El pronóstico es que muchas empresas cambiarán de manos, pero con un deterioro de la calidad de los propietarios: la tendencia favorecerá la entrada de capitales más especulativos en la industria.

Indice de desconfianza

Las expectativas de compra de autos e inmuebles en la Capital Federal cayeron en agosto un 10 por ciento respecto del mes anterior. El freno también se notó en la decisiones de compra de bienes durables --como los electrodomésticos-- que retrocedieron el 4,4 por ciento. Estas cifras surgen de la encuesta del índice de confianza del consumidor que realiza el Centro de Investigación en Finanzas (CIF) de la Universidad Torcuato Di Tella. El relevamiento mostró, asimismo, que pese a la crisis internacional hubo una mejora en las expectativas de la gente sobre la futura situación económica del país. Página/12 consultó a Guillermo Bozzoli, del CIF, respecto de esos resultados contrapuestos. El economista destacó que la encuesta fue realizada el 14 de agosto por lo que no refleja acabadamente el impacto sobre los consumidores del reciente derrumbe de los mercados financieros. Por otro lado, el informe explica que ese comportamiento dual podría deberse también a ciertos factores internos como la disminución de los "ruidos" políticos.

 


 

RODOLFO CERETTI, DE FORD ARGENTINA
"Caen las ventas"

Los ojos de los empresarios y economistas argentinos están puestos en Brasil, último dique de contención para que la crisis financiera --y cada vez más cerca de extenderse a la economía real-- en los mercados mundiales no impacte en toda su dimensión en el nivel de actividad interno. Rodolfo Ceretti, gerente de Relaciones Institucionales de Ford Argentina, admitió ante Página/12 que el mercado automotor en el territorio vecino viene cayendo, lo cual ya afecta a las exportaciones a ese país. Aunque en menor medida, también hubo un descenso de ventas de automóviles en Argentina durante agosto en relación a julio. En diálogo con este diario, Ceretti trazó el siguiente panorama.

--¿Cómo está afectando la crisis a la industria local?

--Hasta ahora no hemos visto caídas en las ventas relacionadas con la crisis. Pero aclaro, hasta ahora. En Brasil, en cambio, se nota un descenso de ventas desde hace ya 45 días. El mercado está en un 20 ó 30 por ciento por debajo del año pasado. Por eso estamos mirando con lupa lo que sucede en el mercado local. Si hay una crisis internacional, no podemos pensar que Argentina va a quedar exenta de los efectos. En los primeros veinte días de agosto venimos observando una baja con respecto al mes pasado en las ventas internas, pero no aparece ligado a la crisis internacional. Tampoco se puede descartar, para más adelante, una caída mayor.

--¿La desaceleración en Brasil afecta a las exportaciones argentinas?

--No significativamente, todavía. Pero empezamos el año con una hipótesis de crecimiento importante en las ventas externas, y hoy vemos que vamos a estar en niveles parecidos a los del año pasado. También estamos saliendo a nuevos mercados, como Chile, Bolivia, Perú y los países árabes, que son chicos pero nos permiten mantener el nivel de exportaciones a pesar de Brasil.

--¿Las perspectivas menos optimistas los obligó a cambiar la estrategia de inversiones?

--No hubo cambios, pero somos más prudentes, conteniendo costos, reduciendo gastos fijos. En Brasil se está tendiendo, en lo posible, a diferir inversiones. El hecho de que no estemos leyendo todavía un efecto fuerte sobre nuestra demanda, indica que la situación no es alarmante, pero más vale no perder la prudencia.

 


 

GROPPO VILAR, SECTOR PETROQUIMICO
Insumos en oferta

t.gif (862 bytes) La industria petroquímica y de plásticos comenzó a sentir los remezones de la crisis. Una gran empresa del primer sector está a punto de presentar ante la Secretaría de Industria y Comercio una denuncia por prácticas de dumping (venta por debajo del costo de origen) en importaciones. La industria plástica local está sufriendo las consecuencias del ingreso a muy bajo valor de productos provenientes del sudeste asiático. Juan Groppo Vilar, ex titular de Petroquímica Río Tercero (grupo Bunge y Born) y actual tesorero de la Unión Industrial Argentina, respondió a Página/12 sobre sus perspectivas sobre la actual crisis.

--¿Cómo está impactando la crisis en el sector petroquímico?

--La caída global en los precios de los commodities afectó seriamente la comercialización. La industria está obligada a exportar a precios que, por lo bajo, ponen a prueba la competitividad argentina. Los valores de las exportaciones del sudeste asiático bajaron muchísimo, por más que se diga que las devaluaciones no tienen efecto porque se compensan con la suba de precios internos. Esto puede ser cierto en el largo plazo, pero en lo inmediato hay un efecto depresivo sobre los mercados internacionales. Los polipropilenos, los polietilenos, el ácido ftálico, son los productos que están con mayores problemas.

--¿Qué está haciendo la industria para evitar el impacto en el mercado interno?

--El impacto interno se sintió en menor medida porque las empresas han bajado los precios para defenderse de la competencia externa. Pero esto repercute en la rentabilidad, por lo tanto no se puede sostener por mucho tiempo. La industria de plásticos (el eslabón siguiente en la cadena productiva) está haciendo lo mismo. En todo el mundo, los gobiernos toman medidas para defender sus mercados, pero acá no.

--¿Cuál es su expectativa sobre la evolución de esta crisis?

--La industria está muy preocupada. Es la crisis más seria que hayamos vivido en muchos años, superando a la del Tequila, y lo que se va a ver en el futuro será peor. Vemos que la crisis se extiende y los precios de la bolsa son sólo un anticipo de lo que va a suceder. La crisis es muy profunda, el fin no lo veo cerca. Al menos, no lo puedo predecir.

--¿Piensa que está cerca el momento de empezar a hablar de modificar el tipo de cambio?

--La devaluación, como solución, no existe. No creo que sea una salida. La cultura nuestra no lo permite. Hay un gran consenso en mantener la convertibilidad. Los principales puntos en juego, como el sistema financiero, están sólidos. El tema es cómo se sigue a partir de aquí.

 


 

"Ya no hay más bomberos para los emergentes"

El FMI y Alemania dejaron caer a Rusia. Y EE.UU. no quiere salir al rescate de los emergentes. Según el especialista Lacoste, al quedarse sin red los inversores huyeron de esos mercados.

Pedro Lacoste, asesor de fondos de inversión del exterior.
"Existen riesgos de una recesión mundial si se cae el Dow."

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Por Alfredo Zaiat

t.gif (862 bytes) Pedro Lacoste es asesor de bancos y fondos de inversión del exterior que colocan dinero en mercados emergentes, entre ellos el argentino. Es uno de los economistas que más entiende de la dinámica bursátil y los motivos que llevan a los brokers extranjeros a comprar o vender papeles. Página/12 lo consultó ayer cuando las acciones estaban en el peor momento de la rueda, y no dudó en afirmar que la caída puede continuar varios días más y que el mayor riesgo para Argentina ahora pasa por Brasil, "que es la economía más vulnerable de América latina".

--¿Qué está pasando?

--Hubo varios acontecimientos importantes esta semana. Se ha ingresado en otra etapa de la crisis global. En primer lugar, Rusia devaluó el rublo y anunció una moratoria de la deuda. Y, en esta oportunidad no apareció un bombero para apagar el incendio, como el FMI, Alemania o Estados Unidos para acercar plata. Esto cambió el escenario: no apareció ninguna potencia o institución internacional para evitar el derrumbe de una economía.

--¿Y qué importancia tiene ese cambio?

--Lo que pasa es que así se rompe con esa idea que había en el mercado que no importaba lo que hiciera un país debido a que finalmente alguien acudiría a salvar su economía. Dejar caer a Rusia, que había pedido al FMI 20 mil millones de dólares para poder sostener el rublo, actuó como detonante de que los emergentes tienen ahora todavía más riesgo. Que las potencias económicas no quieran o que el FMI no pueda (porque se quedó sin recursos) plantea un riesgo cualitativamente distinto para la inversión en emergentes.

--Esto solo no explica el actual derrumbe.

--Hay un segundo factor: hubo ciertas torpezas que han cometido algunos países. Por ejemplo, Hong Kong salió insólitamente a comprar acciones en su bolsa, con lo cual creó la sensación en el mercado de que está ensuciando su convertibilidad. Al mismo tiempo, Brasil estuvo recomprando agresivamente bonos Brady. Claramente son medidas desacertadas intentar frenar así la caída de los papeles. Es pretender tapar el sol con una mano. Los inversores quieren salir y los gobiernos quieren disimular esa salida.

--¿Qué más?

--La situación en Venezuela. Por un lado, sufre por la caída dramática del precio del petróleo y, por otro, influye un factor político. Respecto a esto último, las encuestas dan ganador en las elecciones presidenciales de diciembre al militar ultranacionalista Hugo Chávez, que habla de moratoria. Esto puede dar un aire ideológico novedoso y peligroso para la región con el riesgo de que aparezcan más Chávez, en un momento en que se está cerrado el acceso al financiamiento externo.

--Ahora los inversores extranjeros huyen de los mercados emergentes.

--Todo lo que es emergentes es riesgo. No hay que mirar el precio de las acciones y bonos, aunque sean de pánico, ya que son la contracara de la exuberancia irracional del Dow Jones. Es un problema de flujo de fondos, no de precios. Los inversores venden sin importar el precio de los activos.

--¿Por qué ayer también bajaron fuerte el Dow y Europa?

--La caída de los emergentes fue tan dramática que las terminó contagiando. Si ese contagio de emergentes a desarrollados se acelera, el cóctel ya sería explosivo. Hasta ahora hay una línea de separación entre emergentes y desarrollados. Si se borra esa línea se caerá en una recesión mundial, ya que la economía americana es la locomotora. Ese sería el peor escenario. Más la devaluación en China y Hong Kong.

--¿Y Argentina?

--La encuentra con una economía en una situación financiera bastante sólida. Con un sector público con sus necesidades de financiamiento cubiertas, pero con vencimientos importantes en el '99. Argentina ingresa en esta crisis global inédita con buenos indicadores económicos pero con políticos divorciados de lo que está pasando. Es increíble que Menem amenace con sacar la reforma laboral por decreto cuando lo que se va a necesitar es mayor flexibilidad.

--Ante esa crisis que usted define como inédita, ¿qué tiene que hacer Roque Fernández?

--Asegurar la solvencia fiscal. Conseguir la generalización del IVA y congelar el gasto. Obviamente, que el costo será una desaceleración de la economía, que puede llevar a una recesión. Y hay que estar atento a lo que pase en Brasil, ya que es el país de América latina más vulnerable.

 

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