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LIBERARON A TRES SKINHEADS CONDENADOS POR VIOLENCIA RACIAL
Los neonazis, de festejo en festejo

La Cámara de Casación dejó en libertad a tres skinheads condenados en abril a tres años de prisión de cumplimiento efectivo.

Orlando Romero Da Silva y Andrés Paszkowsky, dos de los condenados por discriminadores.
Junto con Luciano Griguol, también sentenciado, golpearon a un joven al que creyeron judío.

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Por Raúl Kollmann

t.gif (67 bytes) Los tres skinheads nazis condenados en abril a tres años de prisión de cumplimiento efectivo fueron sorpresivamente dejados en libertad.

Una sala de la Cámara de Casación resolvió aceptar el recurso de queja presentado por los condenados y en contradicción con la propia jurisprudencia de esa misma sala, que usualmente no deja en libertad a los imputados durante la apelación, concedió la excarcelación a los skinheads. Fuentes de Tribunales le otorgan un papel protagónico en la decisión a Horacio Bisordi, integrante de la Cámara de Casación, y recordado porque estuvo a cargo de la cuestionada investigación del atentado contra la Embajada de Israel durante los dos primeros años.

Andrés Paszkowsky, Luciano Griguol y Orlando Romero Da Silva fueron condenados el 17 de abril por darle una paliza a Claudio Salgueiro, un joven al que creyeron judío. En julio de 1995, en el barrio de Belgrano, el trío arrastró a Salgueiro por la calle y junto con otros 20 skinheads le propinaron una feroz golpiza por la que estuvo internado cuatro días en el Hospital Pirovano. Los vándalos creyeron que Salgueiro era judío sólo porque usaba lentes pequeños.

Tras el juicio oral, la Cámara Federal condenó a los skinheads a tres años por lesiones graves y violación a la Ley Antidiscriminatoria. Ante el tribunal se fue cayendo la mayoría de las coartadas de Paszkowsky, Griguol y Da Silva, que argumentaron que no estaban en el lugar. Hubo un testigo --un kiosquero-- cuya declaración y reconocimientos resultaron determinantes. Cuando se leyó la sentencia, familiares de los skinheads reaccionaron a los gritos: "Judíos de mierda", "Lo de la AMIA fue poco, habría que ponerles otra bomba", "A los jueces hay que colgarlos a todos", gritaron.

Los abogados de los imputados presentaron un recurso de queja ante la Cámara de Casación, que aceptó tratar la cuestión y estudiará el recurso en los próximos meses. Sin embargo, contradiciendo su actuación en casos anteriores, la Cámara dejó en libertad ayer a los skinheads mientras se desarrollan los tiempos de la apelación. Casualmente, quien tomó cartas en el asunto no es otro que Horacio Bisordi, quien fuera secretario penal de la Corte Suprema durante la primera etapa de la investigación del atentado contra la Embajada de Israel. Bisordi registra antecedentes como secretario de un juzgado federal durante la dictadura, que indefectiblemente rechazaba los hábeas corpus presentados por los familiares de desaparecidos. Bisordi fue, además, uno de los impulsores de la hipótesis de que la bomba en la Embajada fue colocada dentro de la sede diplomática y que el atentado no se hizo por medio de un coche-bomba. De esa manera, la responsabilidad del ataque pasaba más bien a ser de los israelíes. En general, los letrados de las víctimas sintieron que Bisordi actuaba con nítida antipatía respecto de los judíos.

 

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