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Según otra pericia de Gendarmería hubo atentado contra Menem Junior

El informe confirma las sospechas de Zulema y será presentado hoy en el juzgado de San Nicolás. El juez no está convencido, piensa que se fraguaron pruebas después de la caída del helicóptero.

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Por Laura Vales y Raúl Kollmann

t.gif (67 bytes)  La Gendarmería insiste: Carlos Menem Junior fue víctima de un atentado. Hoy será entregada al juez una nueva pericia de los restos del helicóptero que confirma que en el fuselaje de la máquina se encontraron fragmentos de proyectiles. El trabajo contiene una foto tomada por la Policía Aeronáutica después de la caída del aparato. En esa prueba la Gendarmería señala orificios en el fuselaje y por lo tanto sugiere que los disparos se hicieron cuando el helicóptero estaba en vuelo.

Esta es, básicamente, la lectura que hace el equipo de asesores de Zulema Yoma. "Es la prueba definitiva del atentado" sostiene Franco Caviglia, abogado de la ex primera dama. En el juzgado federal a cargo de Carlos Villafuerte Ruzo quedan, sin embargo, muchas dudas. La impresión que tienen los investigadores del magistrado es que alguien disparó contra los restos del helicóptero muchos días después de su caída y con el objetivo de embarrar la cancha. La idea era hacer aparecer un accidente como atentado. El informe recalentó los ánimos en San Nicolás donde, desde hace unos días, rueda la versión de que dos de los peritos de Gendarmería realizan visitas secretas al bunker de Zulema. Los rumores fueron atribuidos a la interna entre los gendarmes y la Policía Federal, fuerza a la que pertenecen los custodios de Yoma (ver aparte).

La pericia --a la que Página/12 accedió en forma exclusiva-- fue encargada a la Gendarmería por Villafuerte Ruzo, y las preguntas que formuló a los especialistas no dejan dudas de su profunda desconfianza sobre los resultados de los informes anteriores, justamente los que dieron sostén a la hipótesis del atentado. El juez pidió que se determinara si los restos analizados fueron efectivamente los de la máquina de Junior. El informe lo confirma e incluye una ratificación de la Bell Helicopter, la empresa fabricante de la máquina. En otro de sus párrafos principales, los técnicos dejaron en claro que por lo menos uno de los fragmentos de metal analizados contiene plomo y antimonio en proporciones similares a las del encamisado de un proyectil, como así también las estrías características de una vaina servida por una arma de fuego.

Los peritos que trabajan para Zulema Yoma se habían opuesto a la realización de esta pericia desde el principio. "Era innecesaria --dijo a este diario el criminalista Jorge Locles--. El juez la pidió para destruir algunos puntos de la pericia anterior. Pero salió mal, porque los resultados convalidan la evidencia de que el aparato fue baleado".

Prueba: Los técnicos aseguran que al menos un fragmento del helicóptero contiene plomo y antimonio en proporciones similares a las del encamisado de un proyectil.

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Facsímil de la denuncia que será presentada hoy a la que tuvo acceso Página/12

 

Las sospechas

Pero la polémica esta lejos de concluir. La duda central es, en realidad, cómo y en qué momento se produjeron los orificios que Zulema atribuye a los balazos. La primera pericia, dada a conocer en diciembre del año pasado, encontró cinco de estas perforaciones. El estudio se hizo sobre el 20 por ciento del aparato ya que la mayor parte se perdió al ser vendida como chatarra, tres días después de la muerte de Junior.

Los restos periciados del helicóptero permanecieron durante mucho tiempo en un depósito, sin vigilancia, y esto alimentó la sospecha de que alguien pudo haber disparado sobre ellos para convencer a Zulema de que hubo un atentado. Por eso, Villafuerte Ruzo pidió a los peritos que precisen dos puntos centrales: "cuál sería el ángulo posible" de los disparos y "qué elementos debió sortear ese proyectil" para provocar los orificios. En última instancia, el juez desconfía de que los agujeros provengan de disparos hechos cuando el helicóptero estaba entero y en el aire. Es más, el magistrado piensa que se realizaron una vez que había sido desarmado y amontonados sus fragmentos en un galpón. La Gendarmería no da una respuesta definitiva: los peritos sostienen que, para contestar en forma categórica, deberían contar con la totalidad del helicóptero.

Sin embargo, en la pericia que se entrega hoy, la Gendarmería parece inclinarse hacia el lado de Zulema. Sus técnicos incluyen en el estudio una foto que se considera clave para probar que los orificios se produjeron antes de que la máquina cayera a tierra. Se hace un breve análisis de esa toma en la ultima página del informe y allí los peritos de la Gendarmería ratifican que en ella se ve una de las perforaciones en cuestión. Se trata de un dato asombroso: en realidad la Gendarmería no puede establecer si una mancha en una foto es o no un orificio de proyectil --no se ocupa ni tiene tecnología para analizar fotografías--, pero se ve que los peritos están tan convencidos que señalan la toma "como un ejemplo" del lugar por el que pudo haber entrado el proyectil. Es decir, no dan una opinión legal sobre la foto porque no la pueden dar, pero hacen una apreciación que los reafirma nuevamente en la hipótesis del atentado.

Con semejante diagnóstico en la mano, el abogado de Zulema, Franco Caviglia, insistirá esta misma semana en que la causa se recaratule como "doble homicidio calificado". El abogado aseguro a Página/12 que, si su pedido es rechazado, apelará a la Corte Suprema e incluso piensa llegar a la Corte Internacional de Derechos Humanos, "para que el caso se investigue sin presiones políticas".

 


"Zulema se sienete rehén"

t.gif (862 bytes) "No es posible que se enteren de detalles de la pericia antes de que llegue al juzgado". La queja, formulada por Carlos Villafuerte Ruzo, coronó una semana cruzada por los rumores de supuestos contactos secretos entre los peritos de Gendarmería y los asesores de Zulema.

El juez llegó a hacer un acta dejando constancia de que se estaban produciendo filtraciones de información y reclamó explicaciones a un importante comandante de Gendarmería.

Desde el bunker de Zulema responden que los rumores son parte de una maniobra política, y ven detrás de ella a integrantes de su propia custodia. "Zulema se siente un rehén dentro de su propia casa --asegura Franco Caviglia--. No puede ni siquiera confiar en sus propios guardaespaldas, que se han convertido en elementos de información claves para el Gobierno".

En realidad, los roces entre el juez federal y los representantes legales de la ex primera dama se han convertido en cosa de todos los días. Son conocidas las irrupciones a los gritos de Zulema en el despacho del juez y sus protestas porque -–supuestamente-— el magistrado actúa de acuerdo con el mandato de la Casa Rosada. Por el otro lado, también es cierto que Villafuerte Ruzo ha hecho lugar a buena parte de los pedidos de prueba de la ex primera dama, pero no acepta calificar de homicidio la muerte de Junior.



El custodio presidencial bajo la lupa

t.gif (862 bytes) El jefe de la custodia presidencial, Guillermo Héctor Armentano, debe presentarse a declarar hoy en la causa que investiga el robo de los efectos personales de Carlos Menem Junior y Silvio Oltra. Por eso Zulema Yoma, después de varios meses de ausencia, volverá a los tribunales de San Nicolás para seguir de cerca el testimonio del comisario de la Policía Federal, a quien pone en la categoría de los encubridores de la muerte de su hijo. Ese día, había por lo menos tres móviles encargados de la seguridad de Junior pero ninguno de ellos estaba en la zona cuando la maquina cayó a tierra. Zulema sospecha que entre los guardaespaldas hubo un entregador y acusa a Armentano de no haber ordenado una investigación sobre el comportamiento de sus subordinados.

Otros dos policías, Carlos Respighi y Néstor Ruiz Valdez, también fueron citados a declarar durante la mañana por el juez Eduardo Alomar. El magistrado ya procesó a los tres federales por haber encubierto el robo del Rolex del hijo del Presidente. El reloj, que le fue arrancado de la muñeca a Junior cuando agonizaba, reapareció misteriosamente un mes después de su muerte en manos del Presidente. Una nota periodística señaló en aquel momento al comisario Armentano como responsable del operativo en el que se recuperó el reloj; sin embargo, frente al juez de San Nicolás, Armentano dijo no tener idea sobre la cuestión. Después, el presidente Menem dejó en claro la mentira del jefe de su custodia: "El reloj --dijo en una declaración judicial-- me fue entregado en forma personal por el comisario Armentano".


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