DESTINO
El
personaje siempre se jactó de su buena suerte. Supersticioso como pocos, la frialdad que
propios y extraños le reconocieron en momentos de peligro él solía atribuirla a la
protección de un azar favorable. No cree en casualidades sino en los guiños del destino.
Poca gracia le habrá causado, entonces, enterarse de que el fiscal que lo persigue por
evasión impositiva y otros ilícitos conexos con el programa de Susana Giménez se
apellida Nikilson. Es que Rodolfo Galimberti, socio de Jorge Rodríguez en la investigada
Hard Communication, solía usar durante los años de plomo, entre otros nombres de
fantasía, el de Alejandro Nikilson. No siempre el azar emite señales propicias; a veces
son adioses de la fortuna bajo otra forma.
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