Principal RADAR NO Turismo Libros Futuro CASH Sátira


"Filmar una obra artística es simplificar sus ambigüedades"

El crítico y autocrítico alemán Heinz Peter Schwerfel, que se dedica, entre otras cosas, a rodar documentales sobre artistas contemporáneos, presenta desde hoy cinco de sus mejores trabajos.

na32fo01.jpg (4182 bytes)

El crítico Heinz Peter Schwerfel, el más alto, rueda este tipo de documentales desde hace una década

Por Luciano Monteagudo

t.gif (67 bytes)  "Documentar la obra de un artista es la tarea esencial de los films sobre arte. Este cometido se logra sólo cuando el realizador se mantiene dentro de su género específico, es decir, tiene en cuenta el factor tiempo, sabe multiplicar los ángulos de la visión y, ante todo, cuando logra filmar desde adentro y hacia fuera. Sólo así se le abren al espectador nuevas perspectivas visuales y emocionales que no se tienen cuando se percibe la obra de manera física, es decir, en los museos". Así piensa su producción audiovisual el crítico de arte Heiz Peter Schwerfel, que a partir de hoy presentará personalmente cinco de sus trabajos en el marco de la "Tercera Muestra Euro-Americana de Video y Arte Digital" (ver recuadro). Nacido en Kôln en 1954, Schwerfel estudió filosofía e historia del arte en Aachen y en París (Sorbonne IV), publicó numerosos libros, está casado con una argentina y desde hace más de diez años se ha especializado en la realización de films y videos sobre artistas contemporáneos, producidos generalmente por el Centro Georges Pompidou y la cadena franco-alemana La Sep/Arte.

"Filmar una obra de arte como un objeto significa trivializar su propósito, simplificar sus ambigüedades, limitar su carga emocional. Es decir, uno corre el riesgo de reducir su ambivalencia a un significado que el arte mismo ya ha dejado atrás", se cuestiona Schwerfel. Y este cuestionamiento aparece en su propia obra, en este caso en su film Bruce Nauman - Make Me Think (1997), una aproximación a la producción y a la figura elusiva de este notable artista conceptual norteamericano, que en sus instalaciones suele utilizar cámaras ocultas de video y, paradójicamente, trabaja en el más riguroso de los retiros y se niega sistemáticamente a ser entrevistado, filmado o fotografiado. El film de Schwerfel sobre Nauman carga consigo con esa dificultad y lucha denodadamente para evitar esa simplificación de sentidos que siempre acecha, como una amenaza, al documental de arte. No puede decirse que siempre lo consiga, pero en todo caso lo más interesante del film de Schwerfel es esa fricción permanente con la obra inasible de Nauman, la búsqueda constante de formas que traduzcan con la mayor fidelidad posible el universo creador de un artista que, precisamente, se caracteriza por la diversidad no sólo de sus materiales sino también de sus modos expresivos.

Se diría que para Schwerfel lo importante está en ofrecer una libertad de mirada al espectador, asumir las distintas posibilidades de puesta en escena que ofrece una obra. Al mismo tiempo, Schwerfel está decidido, como él mismo lo consigna, "a proteger el arte contra la tentación de la facilidad, de las imágenes rápidas, de la enfermedad de los clips culturales, que nos ofrecen un menú de arte a la manera de los petit-fours". A diferencia del film sobre Nauman, en Rebecca Horn, un concierto erótico (1993), Schwerfel contó con la complicidad de la artista alemana, una de las más importantes de la escena contemporánea. Aquí Schwerfel intenta seguir el itinerario de una artista esencialmente nómade, desde sus performances de comienzos de los años 70 en Alemania hasta su megaexposición en el Museo Guggenheim de Nueva York, cuyas dos sedes tomó literalmente por asalto, trazando un recorrido entre ambas cargado de energía erótica y leche materna. El desafío que se impuso Schwerfel, en este caso, es similar al que asumió con el film de Nauman: ¿cómo transmitir la fuerza y la singularidad de dos creadores que resisten sistemáticamente el encasillamiento y cuyas obras utilizan el espacio de una manera tridimensional y el tiempo de forma aleatoria? ¿Es posible hacerlo en el marco de un film como antes lo intentaron Alais Resnais con la pintura de Gauguin o Henri-Georges Cluzot con la de Picasso? Ese es el temerario reto de Hans Peter Schwerfel.

 


Todos, con entrada libre


t.gif (862 bytes) La retrospectiva dedicada a Hans Peter Schwerfel --una gestión conjunta de la "Tercera Muestra Euro-Americana de Video y Arte Digital, el Goethe Institut y el Museo Nacional de Bellas Artes-- se iniciará hoy a las 21 en el Centro Cultural Ricardo Rojas (Corrientes 2038), con el film Bruce Nauman - Make Me Think (1997), que será presentado por el autor y por el crítico Eduardo Russo. Mañana desde las 17, en el Museo Nacional de Bellas Artes (Av. del Libertador 1473) se verá Rebecca Horn, un concierto erótico (1993), y a las 19, en el Centro Rojas, Jeff Koons, An American Distiny (1990), desopilante registro que combina la obra de Koons con las imágenes manipuladoras del film publicitario. El jueves 27, de 14 a 18, se llevará a cabo en el Goethe Institut (Corrientes 319) el taller "¿Cómo usar la TV adecuadamente para hablar sobre un artista y su producción?", a cargo del propio Schwerfel, con la participación de los realizadores argentinos Christian Pauls y Rafael Filipelli. Finalmente, el sábado 29, a las 17, en el Museo Nacional de Bellas Artes, se exhibirán Jochen, Your Art (1998), retrato del artista plástico alemán que se dedica a la memoria del Holocausto, y Malström: Los nuevos salvajes (1985), ensayo experimental influenciado por Fluxus y el expresionismo alemán. Todos los films se proyectarán con subtítulos en castellano y entrada libre y gratuita.


PRINCIPAL