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Por Fernando Almirón Todo indica que hoy, por tercera vez consecutiva, la ley de reforma laboral no será tratada en la Cámara de Diputados. Ayer la Alianza anticipó que no dará el quórum necesario para debatir en el recinto el polémico proyecto que impulsa el Gobierno. Mientras en el bloque oficialista se hacían los últimos intentos desesperados por lograr el número que habilite la sesión, promoviendo alianzas hasta con sus archienemigos de Acción por la República que lidera Domingo Cavallo, los sindicatos opositores representados por la CTA y el MTA, al que se sumaron los sectores de la CGT que responden a Lorenzo Miguel, llamaron a un paro parcial de actividades y convocaron a una concentración en torno del Parlamento. El Gobierno se reunió anoche en Olivos, en una improvisada reunión de gabinete, donde se terminó de definir el borrador del decreto de necesidad y urgencia que impone la reforma laboral, y que sólo espera la firma de Carlos Menem. El Presidente esperará hoy la novedad: si hay quórum guardará la lapicera; si no lo hay, pondrá su nombre en el decreto. Se buscó consensuar una agenda que destrabara la situación de parálisis en la que se encontraba la Cámara, aseguró un legislador cercano a la presidencia de Diputados respecto del encuentro que el presidente del cuerpo, Alberto Pierri, mantuvo ayer con los jefes de los tres principales bloques. Durante la reunión que Pierri mantuvo con Humberto Roggero (PJ), Federico Storani (UCR) y Carlos Chacho Alvarez (Frepaso), se acordó para hoy un cronograma de sesiones especiales para tratar, presuntamente, los principales temas pendientes en el cuerpo. En primer lugar, tanto el oficialismo como la oposición estuvieron de acuerdo en dar el quórum necesario para debatir la ley Forestal, que no presenta mayores diferencias entre unos y otros para lograr su aprobación. Luego anotaron en la agenda el tratamiento de la Reforma Laboral, la Reforma Tributaria y la ley de incentivo docente, aunque todos saben que ninguna de estas últimas tendrá su oportunidad en el recinto. El pacto de ayer se debe interpretar como una respuesta a la andanada de críticas desatadas sobre los legisladores, con la que los legisladores intentan mostrar que aunque no salga la reforma, las otras leyes se tratan. El presidente Carlos Menem, coronando las múltiples descalificaciones pronunciadas por los funcionarios del Gobierno, dijo que los diputados eran ñoquis profesionales, una declaración que recogió la adhesión inesperada de Eduardo Duhalde. Raúl Alfonsín y Fernando de la Rúa tampoco disimularon sus críticas a los diputados de la coalición por su negativa a dar quórum en las sesiones pasadas. La Cámara quedó en el eje de la escena, y había que salir del incómodo lugar. Todos sabemos que la ley no sale, ahora se trata de salvar la ropa política, de pagar el menor costo posible, aseguran en el Congreso. El bloque de diputados justicialistas intentará durante la mañana de hoy forzar las últimas negociaciones para lograr sentar en sus bancas a los 129 diputados que necesita para obtener el quórum que les permita debatir el proyecto de Reforma Laboral elaborado por Antonio Erman González. La iniciativa se convirtió en una pesadilla tanto para el oficialismo como para la oposición. Para lograrlo, el jefe de la bancada, Humberto Roggero, buscaba hasta última hora de ayer modificar la postura de Cristina Fernández de Kirchner, la diputada patagónica que ya le negó a su bloque la presencia de cinco legisladores del PJ en las dos sesiones anteriores (ver página 6). El diputado del PJ Eduardo Rollano, por su parte, intentaba convencer a los cavallistas de Acción por la República sobre las conveniencias de bajar al recinto para dar quórum, aunque se descontaba su voto negativo. Media docena de legisladores provinciales eran objeto de la misma ofensiva. Desde el Frepaso el tema ya es cosa juzgada. Carlos Chacho Alvarez aseguró que nosotros no vamos a sacar una ley que es un capricho delGobierno y que es altamente inconveniente para la sociedad argentina. El presidente de la bancada frepasista no dejó lugar a dudas sobre la postura de sus legisladores: No vamos a bajar porque creemos que el proyecto debe volver a la Comisión de Legislación Laboral donde podremos elaborar una ley consensuada y viable. Federico Storani aseguró por su parte que no vamos a facilitar el tratamiento de la ley. Según el jefe de la bancada radical, es un proyecto que con el argumento de combatir el desempleo precariza aún más el trabajo. Respecto de las declaraciones vertidas la semana pasada por Alfonsín y De la Rúa quienes criticaron a los legisladores por no dar el quórum para debatir el proyecto, Storani respondió que la decisión de evitar en el día de hoy el tratamiento de la iniciativa fue tomada en el bloque por unanimidad. Ante la perspectiva del nuevo fracaso, en el Ejecutivo ya está listo para la firma del presidente Menem el decreto que promulga la reforma laboral por necesidad y urgencia. Así lo anticiparon los ministros Antonio Erman González y Carlos Corach a lo largo de la jornada. Sin embargo, al finalizar la urgente reunión de gabinete convocada ayer por la noche en la quinta de Olivos, el secretario general de la Presidencia, Alberto Kohan, desestimó la conveniencia de promulgar la norma sin la participación del Congreso. Lo mejor es que se discuta en el Parlamento, que es lo que corresponde, porque es ahí donde hay que discutir las leyes que tienen que ver con el desarrollo del país. De todos modos, Kohan no negó la posibilidad de que un decreto ponga en marcha la flexibilización a la que se oponen la UIA, el establishment, los gremios opositores, parte de la CGT, los partidos de la oposición y buena parte del justicialismo.
Menem
conducción, Menem conducción, gritaban como extasiados los dirigentes y militantes
del peronismo que ayer atestaron el salón de audiencias de la sede partidaria, festejando
lo que entienden como un triunfo de su jefe y conductor. Los hombres de Carlos Menem
habían logrado cerrar una lista única de candidatos al Consejo Nacional Justicialista en
la que no figuran los nombres de los candidatos más fuertes del PJ para las elecciones de
1999: Eduardo Duhalde y Ramón Palito Ortega. En el acto de ayer no había
ningún integrante del gabinete ni gobernadores. Pero los que llegaron fueron cómodamente
trasladados en micros fletados ad hoc. Se había anunciado que el Presidente asistiría
pero, como es de rigor, Menem no fue. |