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La adolescente Ana Frank deseaba que su famoso Diario íntimo jamás fuese publicado, según se deduce de las páginas censuradas hace medio siglo por su padre, que acaban de salir a la luz en Holanda. El diario holandés Het Parool, que publicó extractos de esas páginas esta semana, reveló que la niña judía holandesa, que permaneció junto a su familia escondida de los nazis durante dos años, escribió: "Me voy a encargar de que (el diario) no caiga en manos de nadie". Según se sabe ahora Otto Frank, el único miembro de la familia que sobrevivió al Holocausto, censuró el Diario antes de darlo a editar, después de concluida la Segunda Guerra, en un procedimiento que el público ignoró durante décadas. Los comentarios de su hija le resultaban personalmente incómodos. Uno de ellos es aquel en el que la niña se refiere críticamente al matrimonio de sus padres: "No es una pareja ideal. Papá no está enamorado, le da un beso a ella como nos lo da a nosotras, la mira desafiante y con sarcasmo, pero nunca con amor". Otros se referían a su naciente sexualidad y al carácter de su padre. Los originales de las cinco nuevas páginas, cuya existencia hasta ahora ignorada originó en Europa una intensa polémica, se mantuvieron durante años en poder de Cor Suijk, un amigo del padre de Ana, que se las habría confiado antes de morir, en 1980. Pese a que, desde principios de la década pasada, se sabía que la versión que Otto Frank había dado a conocer a fines de la década del 40 estaba incompleta --en 1986 y en 1993 se publicaron versiones ampliadas del Diario--, la existencia de estas páginas recién se conoció la semana pasada. Fue la Fundación Ana Frank la encargada de advertir que había páginas que durante medio siglo se habían mantenido ocultas, en buena medida porque mostraban una cara oculta de la verdad. Suijk dejó claro en una entrevista que concedió hace pocos días al diario NRC Handelsblad que va a entregar las cinco páginas originales, que completarán definitivamente el libro, sólo a cambio de apoyo para el Centro Ana Frank de Nueva York. En otras palabras, dijo que las vendería por "al menos algunos millones". Aunque ayer lo desmintió, en parte. "No dije exactamente eso", explicó. "Pero creo, sin embargo, que se pueden considerar ciertas formas de apoyo". El Instituto Holandés de Historia Bélica, en cuyo poder se encuentra el original del Diario, el Instituto Holandés para la Historia de la Guerra y el Fondo Ana Frank de Basilea son algunas de las instituciones que reclaman la entrega de las cinco páginas en forma inmediata y gratuita, por considerar que son patrimonio de la humanidad. El Het Parool anticipó que los fragmentos que publicó integrarán una nueva biografía de Ana Frank, que aparecería el próximo 7 de setiembre, escrita por la historiadora austríaca Melissa Muller. La biografía brinda, además, nuevos datos sobre los posibles delatores de la familia Frank. Lena Hartog, una empleada de la fábrica en cuyo ático estaba el escondite, y su marido Lammert habrían informado a los nazis que las familias Frank y Van Damm se escondían en el edificio de la calle Prinsengracht 263, en Amsterdam, sostiene el libro, según el diario.
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