|
Por Sergio Moreno Fernando López Imizcoz, ex Personal Civil de Inteligencia (PCI) de la Fuerza Aérea durante la dictadura, renunció anoche a su cargo de asesor del vicejefe de Gobierno de la Ciudad, Enrique Olivera, por pedido de Fernando De la Rúa. Anoche este diario pudo saber que también estaría a disposición de Fernando de la Rúa la renuncia de Norberto Varela, ex miembro del Servicio de Inteligencia Naval (SIN) durante el Proceso (ver aparte). López Imizcoz no duró en su sillón siquiera 24 horas después de que Página/12 revelara su pasado como vigilador, pago por la Aeronáutica, de dirigentes políticos y de organismos defensores de derechos humanos. Si bien Olivera intentó hacer aclaraciones durante la mañana de ayer sobre la contratación del ex espía, en ningún momento desmintió lo publicado por este diario. Contrariamente, admitió que desconocía el rol que cumplió su asesor durante la dictadura. Horas después, López Imizcoz renunció a su cargo. En un comunicado difundido ayer, Olivera dijo que aceptó la renuncia de su ahora ex asesor y sostuvo que de la inmediata averiguación realizada con motivo de los hechos que habrían ocurrido hace más de veinte años y que trascendieron periodísticamente hoy (por ayer), no resultan denuncias ni causas penales por la actuación pública del doctor López Imizcoz. Hace más de veinte años, la Fuerza Aérea para quien trabajaba López Imizcoz haciendo inteligencia compartió el manejo del Estado con el Ejército y la Armada, y creó y mantuvo el campo de concentración y exterminio conocido como Mansión Seré, en Castelar, provincia de Buenos Aires. Orlando Rubén Agosti, ex comandante de esa fuerza, fue condenado en 1985 por la Cámara Federal porteña por la comisión de ocho tormentos y tres robos. El vicejefe de gobierno hizo la salvedad que el ex agente me ha presentado en el día de hoy (por ayer), espontáneamente, su renuncia con el objeto de facilitar la acción de gobierno. La voy a aceptar atento a la intención del renunciante, y valoro su actitud. Página/12 pudo saber que la decisión de eyectar a López Imizcoz del Palacio Municipal fue tomada por el propio De la Rúa. Antes de conocerse su renuncia, las revelaciones de este diario sobre el ex espía aeronáutico generaron una serie de pedidos de informe a la cúpula de la administración porteña (ver aparte). Además de la información oficial de Olivera, el propio López Imizcoz distribuyó su propia carta en la que se desvincula del vicejefe: u Motiva esta determinación personal y espontánea el deseo de facilitar la acción de gobierno, dado que en el artículo de tapa del diario Página/12 se utiliza mi desempeño entre 1973 y 1978, en la Jefatura II Inteligencia del Estado Mayor General de la Fuerza Aérea Argentina, como un instrumento para dañar su prestigio, el del señor Jefe de Gobierno y en general a la gestión de la Ciudad y a nuestro partido, la Unión Cívica Radical. u Luego de veinte años, se me vincula por primera vez y falsamente a situaciones que los tribunales han sentenciado como delitos, a pesar de que durante este tiempo, en el que me desempeñé en la política y en el Estado, no merecí reproche alguno, ni denuncia, ni causa, ni condena penal. u Mi desempeño en el Estado siempre fue público, como lo reconoce el diario, y comprometido con la legalidad y los valores republicanos y democráticos. u De ninguna manera cumplí funciones de inteligencia en el Gobierno de la Ciudad; nunca me presenté como Jefe de Inteligencia de la vicejefatura, ni invoqué otras funciones que no sean las de asesor, actividad por la que me relacioné dentro y fuera del Gobierno de la Ciudad. u Mi asistencia a la Comisión de Inteligencia del Comité Nacional de la UCR fue a título personal, como consta en invitaciones escritas de su Presidente. En su edición de ayer este diario reveló el pasado del ahora ex asesor de Olivera durante el Proceso de Reorganización Nacional. Como CPI de la Fuerza Aérea, López Imizcoz era uno de los agentes encargados de tomar contacto con dirigentes políticos. Lo hacía abiertamente, presentando credenciales de la Fuerza Aérea, y su misión era mantener una relación fluida y cordial y preguntar por las declaraciones que hacían sus vigilados. ¿Ustedes hicieron esa declaración sobre algún desaparecido? ¿Hay desaparecidos en la Argentina?, podía preguntar el vigilador civil a sus vigilados, según relataron a este diario tres de ellos. El renunciado asesor de Olivera también trabajó en la SIDE en el tramo final del Proceso, en el área de comunicación social durante la gestión de Facundo Suárez, a pedido del por entonces diputado de la UCD Luis Fernando Herrera. Herrera fue uno de los dirigentes presentados como independientes que anteayer dieron su apoyo público a la precandidatura presidencial de De la Rúa. Pasando en limpio los puntos salientes de su texto de despedida de su cargo de asesor, la conclusión es que López Imizcoz reconoce: u Que se desempeñó en la jefatura II Inteligencia de la Fuerza Aérea entre 1973 y 1978, período que contiene a los años más duros de la represión ilegal desatada por las Fuerzas Armadas, entre ellas la Aeronáutica. u Que se lo vincula falsamente con hechos que han sido juzgados por los tribunales. Eso es un error del ex asesor. Este diario sólo contó la verdad de sus actividades como vigilador y contacto con dirigentes de organismo de derechos humanos y de partidos políticos y simplemente informó que la Fuerza Aérea controlaba un campo de concentración. u Que no mereció reproche, ni denuncia, ni causa, ni condena alguna por su actuación durante la dictadura. Eso es verdad. López Imizcoz sólo fue un agente de la inteligencia militar cuando la inteligencia militar era la encargada de recabar los datos con los cuales se montaban los operativos de secuestro y desaparición durante el Proceso. u Que su desempeño en el Estado siempre estuvo comprometido con la legalidad y los valores republicanos y democráticos. Pero en 1976, cuando las Fuerzas Armadas tomaron el poder, una de las armas fue la Fuerza Aérea, que ejecutó su parte en lo que la Cámara Federal definió en 1985 como un plan criminal para matar, secuestrar, tortura y robar.
piden informes sobre militares del gobierno porteño La
presencia dentro del gobierno porteño de militares y civiles que estuvieron vinculados a
las Fuerzas Armadas durante la dictadura planteó un nuevo obstáculo en la difícil
relación de Fernando de la Rúa con sus socios del Frepaso: Darío Alessandro, en nombre
de la conducción de ese partido en la Capital Federal, solicitará formalmente hoy una
reunión al precandidato radical a la presidencia para manifestarle la
preocupación que generan esos hombres en su entorno, mientras que los
diputados frepasistas presentarán un pedido de informes sobre el tema en la Legislatura.
La
renuncia al cargo de interventor de la policía municipal del ca pitán de navío Norberto
Varela estaría, desde ayer a primera hora de la tarde, a disposición del jefe del
Gobierno porteño, Fernando De la Rúa. Además de su pasado como miembro del Servicio de
Inteligencia Naval (SIN) durante la dictadura, por el que no tiene ninguna causa en la
Justicia, Varela está acusado por presunta privación ilegítima de la libertad de un
empleado municipal. Como jefe de la policía municipal de la ciudad, el marino habría
retenido durante seis horas a un funcionario. |