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Desde Londres La crisis asiática ha revitalizado la teoría del dominó que los Estados Unidos utilizaban en los 60 para justificar su política anticomunista. Según esa teoría, la caída de una nación o, en estos 90 globalizados, de una plaza financiera arrastra la caída de otra que a su vez contagia a una tercera y al resto de la región. En el caso de la Argentina, hay dos efectos dominó posibles. Por un lado, está el contagio vía Rusia-Brasil. Por el otro, el contagio vía Japón-China-Hong Kong, explicó a Página/12 en impecable castellano Víctor Bulmer Thomas, director del Instituto de Estudios Latinoamericanos de Londres y autor de Historia Económica de América Latina. ¿Por qué la crisis bursátil está afectando a América latina y no a Europa del Este? Sucede que la gente que maneja los flujos de capital hacia los mercados emergentes no suelen ser especialistas en esos países. De modo que ellos evalúan la situación sobre la base de unos pocos criterios. Hoy están dando gran importancia a dos factores: el déficit fiscal y el de cuenta corriente de la balanza de pagos. En relación con estos dos criterios, algunos países de Europa del Este parecen más estables que países como Venezuela o Brasil. En el caso de la Argentina, la preocupación es que se vea arrastrada por una devaluación en Brasil. Entonces, cuanto más negativa es la percepción de Brasil, más negativa es la de Argentina. Esta teoría del dominó parece venirse cumpliendo puntualmente desde la debacle de Tailandia el año pasado. ¿Cuáles serían las próximas fichas a caer? Mucho va a depender de lo que pase en Japón. Porque hasta hace unos meses existía la idea de que la recuperación de la economía japonesa podía rescatar las economías asiáticas. Ahora hay mucho pesimismo sobre la posibilidad de una recuperación rápida de la economía japonesa. Eso implica que los problemas asiáticos van a continuar por varios meses más. Esto implica la posibilidad de que el contagio pase de Asia a otros continentes. Creo que el interés en la teoría del dominó proviene en gran medida del pesimismo que hay sobre la recuperación japonesa. La especulación es que Japón arrastre a China y que la caída del Renminbi (moneda del pueblo, conocida mundialmente como el yuan) conlleve la de la convertibilidad en Hong Kong, con el casi inevitable ataque sobre Argentina. En efecto. Japón es el punto de partida. No hay duda de que China prefiere mantener el statu quo. Pero los chinos mismos aceptan que no hay ninguna posibilidad de sostener su moneda frente a una devaluación japonesa, porque en dicho caso China perdería una buena parte de sus exportaciones a Japón y debería competir a nivel internacional con productos japoneses más baratos, de modo que para conservar su competitividad necesitaría devaluar. El problema con Japón es que ya se intentó estimular a su economía por vía monetaria las tasas de interés son casi cero, y por vía fiscal ya lo hizo con seis medidas. De modo que sólo queda la política cambiaria que implica una devaluación. Si como consecuencia de esto China devaluara, ¿se volvería inevitable la caída de la convertibilidad en Hong Kong? Todo depende del Renminbi de China. No creo que una devaluación japonesa cree una devaluación en Hong Kong. Pero, si China devalúa, entonces es altamente probable que caiga la convertibilidad en Hong Kong. Dada esta doble línea del dominó, ¿qué posibilidades hay de mantener la convertibilidad en Argentina? El problema no es sólo para Argentina. Las cosas ya no dependen únicamente de una política inteligente a nivel nacional sino de la resolución de la situación internacional, en especial en Japón y, yo agregaría también, un poco en Estados Unidos, donde la situación es compleja. En Estados Unidos se necesita una disminución del valor de la Bolsa que no produzca una caída en el consumo: y ambas cosas están relacionadas. ¿De qué depende que la crisis rusa se desplace a Venezuela y Brasil? En estos momentos hay un estado de pánico entre la gente que maneja los fondos de capital para mercados emergentes. Hace dos o tres años, una crisis en Rusia no hubiera afectado a Brasil o Venezuela. Pero ahora, por la teoría del dominó que está muy de moda, hay esta sensación de que la crisis va a pasar de un país de los mercados emergentes a otros. Y la teoría se ha visto verificada por los hechos. ¿Cómo se explica el impacto de esta crisis en la Bolsa europea? Hay que tener en cuenta que las bolsas europeas estaban sobrevaluadas, al igual que el mercado estadounidense. Cuando esto sucede, se necesita algo para empezar el proceso de corrección. Es como si los mercados aprovecharan esta situación para realizar el ajuste. ¿Pueden hacer algo los gobiernos europeos para detener este proceso? Pueden, pero no sé si quieren. Podrían, por ejemplo, bajar las tasas de interés, que sería una buena noticia para la Bolsa, pero realmente muchos gobiernos están satisfechos con el ajuste de la Bolsa porque estaba sobrevaluada. Pero lo que no quieren es que este ajuste se exceda de cierto nivel. El gobierno británico, por ejemplo, quisiera un ajuste del 10 por ciento, pero no uno del 25. Y ahora ya estamos en un ajuste de los valores de la Bolsa de alrededor del 15 por ciento. ¿Puede desembocar todo esto en una depresión mundial? Es posible. Es raro que la historia se repita. Pero sí, es una posibilidad. Mucho depende de Japón. Creo que estamos enfrentando el riesgo de una depresión.
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