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Por Sergio Moreno Tal como adelantó ayer Página/12, el jefe del Gobierno porteño, Fernando de la Rúa, aceptó la renuncia del capitán de navío Norberto Varela al cargo de interventor de la policía municipal, luego de que este diario revelara que el marino retirado está acusado por presunta privación ilegítima de la libertad de un empleado de la comuna, a quien habría retenido contra su voluntad durante seis horas. Ayer Varela coronó su actuación pública con declaraciones a la revista Noticias: calificó a la CONADEP como un grupo faccioso, que tuvo una visión sectaria y parcial de la realidad, y agregó que en el día del juicio final, yo lo defiendo a Alfredo Astiz. La situación de Varela se tornó inestable después de que Página/12 revelara el jueves que Fernando López Imizcoz, entonces asesor del vicejefe de Gobierno Enrique Olivera, fue personal civil de inteligencia (PCI) de la Fuerza Aérea durante de la dictadura. López Imizcoz no duró siquiera 24 horas en su sillón de la administración comunal y el mismo jueves presentó su renuncia. Olivera se la aceptó inmediatamente. El mismo jueves por la tarde Varela presentó la suya, tal como informó ayer este diario junto con la noticia de que el capitán retirado tiene una causa actual por un presunto secuestro. Varela fue miembro del Servicio de Inteligencia Naval (SIN) durante el Proceso, cuando los servicios de la Marina nutrían de información a los grupos de tareas. Sobre el final de la dictadura, Varela fue agregado de inteligencia en la embajada argentina en Lima y, ya durante el gobierno radical, fue edecán naval de Raúl Alfonsín. El marino fue introducido en el plantel delarruísta por un viejo camarada de armas, el vicealmirante retirado Basilio Pertiné, hermano de Inés Pertiné, la mujer del jefe de Gobierno de la ciudad. En el texto de despedida de su cargo, el marino sostiene lo siguiente: u Renuncia porque durante la última semana se ha comprobado, a través de los medios de prensa, la existencia de una campaña destructiva sobre mi persona, en la que por ejemplo se me piden explicaciones por hechos ocurridos en la República del Perú trece años antes de que me desempeñara en ese hermano país como Agregado Naval, y otras felonías similares que seguramente serán utilizadas para afectar su imagen personal. uSu decisión se funda en el convencimiento de que estoy siendo objeto de una campaña de discriminación y difamación que, basada en argumentos relacionados con hechos y circunstancias históricas altamente falseados, no persiguen otro objetivo que deteriorar, a través del ataque a mi persona, su gestión de gobierno y a su trayectoria política. uTodos los colaboradores que me acompañaron en la función adoptan igual temperamento. Es decir, también renuncian. Además de la nota de Varela, el Gobierno porteño emitió un comunicado con más declaraciones del capitán de navío donde dice que no existen denuncias, causas penales ni condenas contra mi persona con motivo de mi actuación como integrante de la Armada Argentina. La formulación de Varela es muy precisa: si como integrante de la Armada no tiene ninguna causa, puede tenerla en otro carácter. Por ejemplo como funcionario del gobierno porteño. La primera noticia que se conoció sobre Varela fue publicada por Página/12. En la edición del 14 de agosto pasado y el marco de la interpelación que los legisladores porteños le efectuaron al secretario de Gobierno Enrique Mathov por el escándalo de coimas en que se vio involucrado el ex escribano general Jorge Gómez, este diario informó sobre la insistencia de los diputados de Nueva Dirigencia por saber si Varela había sido represor de la ESMA. Mathov respondió cuatro veces que no. A principios de la semana pasada, Clarín presentó a Varela y a un grupo de militares y civiles como los artífices de la pesquisa que terminó con la carrera del escribano Gómez. Al día siguiente, el martes, Página/12 dio cuenta de las acusaciones que sobre el marino retirado realizó el diputado frepasista y dirigente de la APDH Alfredo Bravo. El miércoles comenzó el principio del fin de la gestión de Varela al frente de la Unidad de Control y Seguimiento de la Ciudad y de la policía municipal: este diario dio a conocer la existencia y los antecedentes de López Imizcoz. Anteayer renunció el ex agente aeronáutico y Varela presentó su renuncia. Pero antes de enviar su escrito al despacho de De la Rúa, Varela ofreció un reportaje a Noticias. Dijo que en 1976, como jefe de comunicación social de la Marina, su trabajo era obtener información a través de los medios de comunicación. En otras palabras, investigarlos a ustedes, los periodistas. Los párrafos que coronaron la eyección de Varela de su cargo fueron dos: Antiguos camaradas suyos aseguran que usted quedó limpio por haber colaborado con la CONADEP. (Risas) Pero por favor, pónganse de acuerdo, o me fríen en el agua o me fríen en el aceite. Entre los grupos de tareas y la CONADEP...Jamás hubiese colaborado con ese grupo faccioso que tuvo una visión sectaria y parcial de la realidad respondió Varela. En otro tramo de la entrevista, el periodista preguntó a Varela si tenía alguna relación con el ex jefe de la Esma Jorge El Tigre Acosta. Varela contestó: En absoluto. No tengo ninguna relación. No considero a Acosta una buena persona. Le digo más, en el día del juicio final yo lo defiendo a Alfredo Astiz. A Acosta lo mando al infierno.
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