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La Federal afirma que no tiene los recursos necesarios para prevenir la ola de asaltos
"No tenemos medios ideales"

Mientras el jefe de la Policía Federal reconocía que los ciudadanos "no pueden tener la tranquilidad absoluta de ir a comer a un restaurante", la dueña de un conocido local de Palermo anunció que cierra porque ya no tolera los asaltos. La policía anunció que a partir del lunes lanza un nuevo operativo de control, con más agentes en la calle.

El jefe de la Policía Federal, Pablo Baltazar García,
"Hace falta una política penal adecuada", opinó.

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t.gif (67 bytes)  El jefe de la Policía Federal, comisario general Pablo Baltazar García, admitió ayer que la fuerza no cuenta con "los medios ideales" para prevenir la ola de asaltos a comercios que azota a la ciudad, estimó en 5000 el déficit de efectivos y reconoció que los ciudadanos "no pueden tener la tranquilidad absoluta de ir a comer a un restaurante". El jefe de Gobierno porteño respondió con un nuevo pedido de traspaso de la fuerza a su jurisdicción. "Si el jefe de la policía no se siente seguro, ¿qué le podemos pedir al ciudadano común?", chicaneó Fernando de la Rúa. La chicana de respuesta llegó en un comunicado de la Federal, donde se afirma que "el orden y la seguridad pública no dependen de un traspaso de jurisdicción sino de una serie de factores complejos que van mucho más allá". Pero el propio Baltazar García evaluó que la delincuencia hoy es "totalmente despiadada e irracional". Según cifras de la Policía Federal, los hechos violentos aumentaron este año un 40 por ciento con respecto al '97 en la ciudad, mientras que los robos subieron casi un 22 por ciento en los últimos cinco meses.

Desde el lunes la fuerza lanzará un nuevo operativo de control, que incluirá la incorporación de 400 efectivos al patrullaje de las calles. "Vamos a saturar de móviles las zonas más afectadas por los delitos", anunció a Página/12 el jefe de la Superintendencia de Seguridad Metropolitana, comisario general Luis Fernández.

"Se utilizará hasta el último efectivo de seguridad para implementar el operativo, que consistirá en recorridas en móviles terrestres y aéreos y a pie", explicó Fernández. Y señaló que próximamente también será ampliado a 5000 el número de vacantes para ingresar a las filas policiales. "Así podremos alcanzar los 15.000 efectivos que teníamos en el '89", precisó. De esta forma, las autoridades de la Policía Federal buscaron emitir un mensaje de tranquilidad hacia a la población, ante la ola de robos a locales de comida que viene sacudiendo a la ciudad. Los últimos atracos ocurrieron en Barrio Norte: con apenas una hora de diferencia y a cinco cuadras de distancia fueron asaltados el tradicional pub-librería Clásica y Moderna, de Callao y Paraguay, y el restaurante La Tekla, de Talcahuano y Paraguay. El domingo a la madrugada fue el turno del pub Bordó, de Palermo.

"Posiblemente hay una gran cantidad de restaurantes en la ciudad de Buenos Aires y eso hace muy difícil la vigilancia de todos ellos", dijo Baltazar García al ser consultado sobre estos hechos delictivos. "Todo ciudadano no puede tener una tranquilidad absoluta de ir a comer a un restaurante pero la policía está volcando todos sus esfuerzos para que ese ciudadano pueda estar tranquilo", agregó el jefe de la Policía Federal.

Según el comisario mayor, la problemática debe atacarse "desde diversos ángulos" por "todos los que tenemos responsabilidad en la seguridad". Para Baltazar García hace falta una "política penal adecuada", un sistema contravencional que "sea un dique de contención para la delincuencia" y mayor presupuesto y equipamiento para la fuerza de seguridad (ver aparte). Al respecto, reveló que está gestionando una partida presupuestaria de 30 millones de pesos para la compra de móviles, armamento y chalecos antibalas.

El máximo jefe policial negó que la delincuencia esté ganándole la pulseada a la fuerza. "Ayer (por el jueves) hemos tenido casi 400 detenidos por distintos delitos", puntualizó. "El número de delitos no aumentó, lo que creció es la violencia", diferenció el superintendente de Seguridad Metropolitana. "Hoy tenemos una delincuencia totalmente despiadada e irracional", evaluó Baltazar García y recomendó a la gente "no resistirse" ante un asalto. No obstante, destacó que "en comparación con otras ciudades del mundo la situación (de Buenos Aires) no es desesperante".

Según las cifras suministradas por Fernández, los hechos de violencia crecieron este año un 40 por ciento con respecto al '97, mientras que los robos bajaron un 3 por ciento en el mismo período. Pero si se toman en cuenta los datos de los últimos cinco meses, se observa una suba del 21,8 por ciento en los delitos contra la propiedad: de 9495 en marzo treparon a 11.568 en julio, con un total de 5358 detenidos. Sólo el 10 por ciento de los hechos fue esclarecido.

 

Un verdadero día de furia

Un suboficial del Ejército fue asesinado en la medianoche del jueves en un presunto intento de robo. La muerte de Roberto Acaputto, ocurrida en su casa de Villa Devoto, fue el primer hecho de una serie de episodios violentos que se desataron ayer en la Capital Federal y el conurbano. Por la mañana, hubo una persecución de agentes de siete comisarías porteñas a dos delincuentes movilizados en un auto robado. A pesar del operativo, los hombres se fugaron luego de disparos y corridas por Callao y Corrientes. Más tarde, tres hombres intentaron robar el auto de Oscar Argüello, suboficial de la Policía Federal en Tres de Febrero. Argüello fue baleado con una escopeta y ahora se encuentra internado. En Quilmes fue apuñalado un hombre de 74 por dos ladrones.


Por qué aumenta la violencia


"Los códigos son suaves"

Comisario general Luis Fernández (Jefe de la Superintendencia de Seguridad Metropolitana): "Más que el número de delitos lo que subió mucho es el pico de violencia. Es indudable que es necesaria mayor presencia policial. Pero también es fundamental adaptar las leyes a este cambio en la delincuencia. Si el delito es violento, la ley tiene que buscar erradicar de la sociedad al delincuente violento. Los códigos actuales son un tanto suaves, no desalientan al delincuente. Hay que imponer mayor dureza y sanciones más severas. Hay que cambiar el sistema penal argentino porque la mayoría de los delitos son excarcelables y las penas muy leves. En este momento, en la ciudad de Buenos Aires no tenemos leyes preventivas. El nuevo Código de Convivencia no es operativo en lo que hace al procedimiento en la calle: hasta que no se comete el delito la policía no puede actuar. Una de las causas de que los robos sean cada vez más violentos es la droga. La mayoría de los delincuentes actúa drogado. Hoy la gente se siente insegura porque está bien informada cosa que no pasaba 10 años atrás".

 


"Hay una falla policial"

Raúl Zaffaroni (especialista en criminología y legislador de la Alianza): "El Código de Convivencia no tiene que ver con la inseguridad ciudadana --como dice la Policía Federal-- porque previene infracciones muy menores y por ende jamás va a tener que ver con la criminalidad grave. Tampoco es un problema del Código de Procedimientos: el robo a mano armada tiene una pena mínima de 5 años y no es excarcelable, sino de cumplimiento efectivo. No tiene ni siquiera condena condicional. El hurto simple sí, pero el que nos preocupa hoy es el robo a mano armada. (Los hechos son más violentos) porque hay más armas. Hay una falla policial en el control de fronteras que permite un mayor contrabando de armamento. Los delincuentes se manejan con armas automáticas y de calibre grueso que antes eran difíciles de conseguir. La droga no tiene influencia en estos robos (como afirma el comisario general Fernández). Nadie que esté bajo los efectos de un tóxico puede cometer hechos de esta naturaleza. Para disminuir la delincuencia se debería controlar más la fronteras, bajar el número de armas en las sociedad y controlar su portación en las calles y aumentar el número de efectivos policiales".

 


 

Una encuesta sobre las políticas de seguridad
No hay nadie que salga bien parado

t.gif (862 bytes) Porteños y bonaerenses coinciden en que más que solucionarlo, la policía forma parte del problema de la seguridad. En una encuesta realizada por el Centro de Estudios Sociales, la gestión de la Bonaerense y la Federal para resolver problemas de seguridad no consigue el 15 por ciento de imagen positiva. La actuación del gobierno porteño y del provincial en esta materia está peor vista: en Capital Federal sólo cuenta con el 5,7 por ciento de aprobación y en el territorio de Eduardo Duhalde el porcentaje alcanza el 8,6 por ciento. Sin embargo, más de la mitad de los consultados cree que el responsable de solucionar el problema es el gobierno nacional.

La intención del estudio fue que los ciudadanos evaluaran la gestión de la policía y las actuaciones gubernamentales acerca del problema de la seguridad, instalado como una de las preocupaciones sociales más fuertes entre la población. La encuesta es reciente y estuvo coordinada por Alejandro Baravalle, director del Centro de Estudios Sociales. Se realizó durante la primera semana de agosto, entre 1600 personas de la Capital y el conurbano bonaerense.

En la primera pregunta se pedía a los consultados que evaluaran la gestión de la policía en cuestiones de seguridad. La Bonaerense se llevó la peor parte, con el 45,5 por ciento de imagen negativa, aunque los agentes que responden a Baltazar García tampoco están bien rankeados: el 39 por ciento los reprueba y sólo el 14,7 apoya su actuación.

En el ámbito gubernamental la situación es peor, según opinaron los encuestados en la segunda consulta. El gobierno de Fernando de la Rúa tiene el 10,4 por ciento de imagen positiva en cuanto a su capacidad en materia de seguridad, apenas 1,8 puntos más que el de Eduardo Duhalde. La gestión del gobernador en su territorio para resolver estos problemas sigue descendiendo a los ojos del público. Mientras el 41,5 por ciento la consideró regular, el 49,2 se inclinó directamente por la negativa. Al gobierno porteño el rótulo de imágen negativa se lo pusieron un 34.9 por ciento de los consultados.

La última pregunta indagó sobre la percepción que tiene la gente acerca de quienes son los responsables por la falta de seguridad. En ese punto el 55,1 por ciento se inclinó por un sólo actor: el gobierno nacional. La gestión de Carlos Menem en cuestiones de seguridad ciudadana no está en un buen momento: el 93,6 por ciento dijo que es regular y mala, y sólo el 5,7 la consideró positiva.

 

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