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Las fuerzas armadas iraníes iniciaron ayer maniobras sin precedentes cerca de la frontera con Afganistán, en un contexto de gran tensión entre Teherán y la milicia fundamentalista de los talibanes. Más de 70.000 hombres pertenecientes a las fuerzas terrestres y aéreas de los pasdaran (guardianes de la revolución) y de las milicias islámicas (bassidji) serán movilizados durante tres días a unos 50 kilómetros de la frontera, según indicaron fuentes militares. En una clara advertencia a los talibanes, el comandante en jefe de los pasdaran, el general Yahya Rahim Safavi, afirmó este martes que Irán no tolerará ninguna acción malintencionada en sus fronteras. Sin embargo, desmintió implícitamente cualquier intención de entrar en territorio afgano, y afirmó que Irán no intenta agredir a ningún país. Con la palanca de fuerza de estas maniobras, Teherán volvió a reclamar ayer la liberación inmediata y sin condiciones de 10 diplomáticos y de un periodista capturados, según Irán, a comienzos de mes por los talibanes en Afganistán. Irán considera a los talibanes responsables de su seguridad, afirmó el portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores, Mahmud Mohammadi. Irán presenta estas maniobras como las más importantes que ha organizado en la región de Torbat-e-Jam (a 50 km de la frontera) antes y después de la Revolución Islámica de 1979. Las maniobras se llevan a cabo en una zona desértica de 600 km y se designan con el nombre de Achura 3 en referencia al día en que se conmemora la matanza de Hossein, nieto del profeta Mahoma y tercer imán de los chiitas, en Kerbala (Irak), en el año 680 de la era cristiana. Teherán no reconoce a los talibanes y los acusa de estar apoyados por Pakistán y Estados Unidos, con el fin de aislar a Irán y controlar las fuentes energéticas de la región. La tensión, ya fuerte desde la toma de Kabul por los talibanes en setiembre de 1996, subió después de que Irán acusara a Afganistán de haber detenido a 10 empleados del consulado iraní en Mazar-i-Sharif y a un periodista durante la toma, el 7 de agosto, de esta ciudad del norte afgano, principal bastión de la oposición chiita y proiraní al régimen sunita radicalizado de los talibanes. Según la agencia oficial IRNA, el responsable talibán Hassan Ghalchei declaró el lunes que están dispuestos a liberar a sus prisioneros, pero no precisó la fecha. Sin embargo, otro dirigente talibán, Wakil Ahmad Muttawakil, dijo no disponer de informaciones sobre la suerte de estas personas, y reclamó una mediación de la ONU en este caso. Por su parte, el Consejo de Seguridad de la ONU exigió el viernes la liberación de los diplomáticos iraníes y del periodista. La milicia de los talibanes, que gobierna la mayor parte de Afganistán y logró un importante avance con la conquista de Mazar-i-Sharif dos semanas atrás, lanzó anteayer una advertencia contra cualquier escalada de la tensión en la frontera, diciendo que los ejercicios constituían una conducta amenazadora. Safavi, por su parte, señaló que las maniobras servirían para probar modernos equipos militares y tácticas avanzadas de combate, y agregó que sus fuerzas ya demostraron su capacidad de despliegue rápido al desplazar a 70.000 hombres y sus equipos en el plazo de una semana. La televisión mostró helicópteros y aviones de transporte volando sobre largas hileras de tanques, armas autopropulsadas y vehículos blindados con banderas iraníes. La detención de los funcionarios iraníes por Afganistán representa el último episodio de la tensión afgano-iraní, pero ésta no se agota en aquélla. Irán rivaliza con Afganistán por la construcción de un gasoducto que uniría las ex repúblicas soviéticas de Turkmenistán, Uzbekistán y Tayikistán con el resto del mundo, y ha condenado como ajenas al Islam las prácticas salvajes de ley islámica de los talibanes. Adicionalmente, un sector de la dirigencia iraní está buscando recomponer las relaciones con Estados Unidos, mientras Afganistán que no necesita de dinero legítimo, puesto que es el primer productor mundial de heroína alberga en suterritorio a Osama bin Laden, señalado por Washington como principal instigador del terrorismo internacional.
Corea del
Norte apareció ayer como enemigo común de Estados Unidos, Japón y Corea del Sur. La
afirmación fue sostenida por el ministro de Defensa surcoreano Chun Yong Taek, quien dijo
que estos tres países formarán un fuerte frente común para frenar cualquier
provocación del régimen de Pyongyang, que el lunes probó un misil que sobrevoló
territorio japonés. Tokio, por su parte, anunció ayer que suspenderá las conversaciones
diplomáticas con Corea del Norte y se rehusará a entregarle cualquier tipo de ayuda
alimentaria. |