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Más de un mes después del tour por China que selló el romance con la potencia que no devalúa, el presidente norteamericano Bill Clinton llegó ayer a una Rusia todavía acéfala acosada por la caída del rublo, la hiperinflación y la crisis política. En sus declaraciones públicas, Clinton explicó una y otra vez el ABC del capitalismo a una oligarquía que ya se enriqueció por conocer el XYZ, mientras un Boris Yeltsin maquillado y tambaleante sostenía nuevamente la candidatura del burócrata Viktor Chernomyrdin ante un Parlamento de mayoría comunista que lo rechazó abrumadoramente. El lunes próximo volverán a votar, pero ya anticiparon su repudio. Los líderes de la Unión Europea intentaron afinar una declaración conjunta sobre la crisis rusa, mientras el Grupo de los 7 países más industrializados consideraba una reunión extraordinaria. Bill Clinton instó ayer a Rusia a no apartarse del difícil camino de las reformas, y su anfitrión Boris Yeltsin replicó que se mantendrá el rumbo reformista emprendido. Según Clinton, la clave es atenerse a las reglas, evitar la emisión espuria de moneda y asegurarse así la confianza de los inversores extranjeros. No puede hablarse de una Rusia que repudie el bagaje de reformas acumuladas en los años recientes, declaró el vocero del Kremlin Serguei Yastrzhembsky, citando palabras del propio Yeltsin. Pero el mismo funcionario reconoció la posibilidad de retrocesos tácticos en vista de la crítica situación política y económica. Lo que equivale a decir que el camino de las reformas es realmente difícil, y en suma poco atractivo a menos que haya algo para ganar en el corto plazo. El premier designado Viktor Chernomyrdin ha señalado la necesidad de un control estatal sobre la economía en medio de un amplio desencanto con los mercados liberales y la democracia al estilo ruso. Tanto el premier Chernomyrdin como los comunistas que forman la mayoría parlamentaria dicen tener muchas ideas sobre cómo evitar que el país se derrumbe en la insolvencia total y el caos social. El problema es que se trata de ideas diametralmente opuestas. El consenso parece lejos entre un Chernomyrdin que quiere una Rusia europeizada al gusto del Fondo Monetario Internacional, el líder comunista Guennadi Ziuganov que desea ver reconstituida la Unión Soviética y el bloque nacionalista de Vladimir Zhirinovsky, que añora el tiempo de los zares. Pero si no se alcanza un acuerdo, y la Duma rechaza dos veces más al candidato Chernomyrdin, el presidente puede disolverla y llamar a elecciones, con la expectativa de ganar más apoyos para su causa. El vocero del Kremlin Yastrzhembsky tuvo que reconocer que Clinton no hizo ningún ofrecimiento de nueva ayuda financiera durante su encuentro con Yeltsin, pero que los dos primeros mandatarios analizaron la situación de la economía rusa, el desarme, la lucha contra el terrorismo y la entrega de tecnología misilística a Irán y Pakistán. Posteriormente, ante estudiantes moscovitas, Clinton elogió los esfuerzos de Rusia por el desarme nuclear, y les contó que ambos países han acordado un marco para un acuerdo de desarme nuclear START III, y aseveró que ambos países se encuentran dos años por delante del plan de plazos original previsto por el acuerdo START I. El asesor de seguridad nacional de Clinton, Robert Bell, dijo a la prensa en Moscú que los presidentes acordaron intercambiar datos sobre lanzamientos de misiles en todo el mundo, después del exitoso ensayo norcoreano del lunes que fue prenunciado al ministro de Relaciones Exteriores ruso Yevgueny Primakov. También acordaron comenzar las tratativas sobre la neutralización en sus países de 50 toneladas de plutonio para su utilización en armas nucleares. El director del FSB (sucesor de la clásica KGB), Vladimir Putin, aseguró ayer que la crisis gubernamental rusa no desembocará en un estallido de violencia. Las declaraciones de Putin se produjeron tras conocerse una entrevista al general retirado, futuro candidato en las presidenciales del 2000, y actual gobernador de Krasnoyarsk, Alexander Lebed. Según el militar, Rusia se acerca a un estallido social. La explosión podría producirse el próximo 7 de octubre, fecha fijada por los sindicatos parauna huelga general que prepara con primor el líder comunista Ziuganov. Este otoño puede haber cadáveres reales y no sólo políticos en las calles, anunció Lebed. El mismo Ziuganov, que parece alcanzar su hora de máxima popularidad al frente de los comunistas, coincidió en que el presidente Yeltsin está empujando a la nación al borde de la guerra civil, y acusó a los gobiernos occidentales de prestar apoyo inequívoco a un hombre, Yeltsin, que se ha emborrachado hasta la degradación. Boris Yeltsin urgió a acercar la solución, que para él consiste simplemente en que la Duma vote a Chernomyrdin el próximo lunes. Pero Guennadi Selesnoy anunció que Chernomyrdin, el hombre fuerte del monopolio de gas Gazprom, no tiene la menor chance de obtener los votos que necesita.
DEL 20 AL 80 POR CIENTO EN AUMENTOS DE PRECIOS The Guardian de Gran Bretaña
DETENCIONES DE ETARRAS En una
señal de la nueva actitud francesa de colaboración con las autoridades españolas, entre
11 y 14 presuntos integrantes de la organización separatista ETA fueron detenidos ayer en
el País Vasco francés. Esta actitud coincidió (y contrastó) con la inesperada negativa
del juez federal norteamericano James Lawrence King a dar curso a la extradición del
presunto etarra Ramón Aldasoro, detenido en Miami a principios del año pasado y acusado
por España de participar en los asesinatos del general de Ejército Luis Azcárraga
Pérez Caballero, de un guardia civil y de dos policías. |