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Por Maximiliano Montenegro "El '99 será un año duro y triste. En el mejor de los escenarios, la desocupación no bajará del 13 por ciento, habrá que ajustar gastos de consumo y el producto crecerá entre 2 y 3 por ciento. No es lo que Menem imaginaba para el final de su mandato." Ese panorama anticipó ayer el consultor Miguel Angel Broda en su ciclo mensual a unos 150 empresarios y banqueros. Minutos antes de que el gurú de la city comentara su pronóstico, fue distribuida una encuesta que respondió el selecto auditorio. Los resultados, a los que accedió Página/12, son aún menos alentadores. La mayoría de los consultados considera que la crisis continuará hasta mediados o incluso hasta finales del año próximo, y cree que Brasil está cerca de la devaluación. En ese caso, las opiniones están divididas entre los que dicen que Argentina sufrirá una corrida contra el peso, y quienes la descartan. El pronóstico de Broda al respecto fue que "Brasil aguanta". Si aflojara, sin embargo, aseguró que el uno a uno entre peso y dólar no cambiará, pero anticipó recesión y un salto de la desocupación. Miguel Angel Broda dibujó para sus clientes dos escenario posibles para el año próximo, diferentes según el impacto de la crisis sobre la tasa de interés local. En el primero, el PBI crece al 3 por ciento, mientras que en el otro sólo 1,9 por ciento, aunque como una parte se explica por el arrastre estadístico, habrá estancamiento en la economía el próximo año. En el primer escenario, "la desocupación no mejora del 13 por ciento", ya que "la demanda de empleo ya está estancada". En el segundo, aumentaría. "Para medir la sensación térmica de la gente hay que ver el consumo, no el PBI", afirmó Broda, que en cualquier escenario prevé un freno en el consumo. En el de aterrizaje más suave, crece al 1,8 por ciento y en el otro apenas al 1 por ciento. Para tener una idea del cambio que habría en los presupuestos familiares, Broda precisó: durante la mitad de este año el consumo aumentó al 4,2 por ciento y el año pasado subió al 8,2 por ciento. "Habrá ajuste en las compras de autos, bienes durables, departamentos y gastos en entretenimiento", y "la construcción se desacelerará fuerte", sostuvo. Los pronósticos de Broda no contemplan ni un nuevo crac internacional ni la caída del real. Por eso, hasta suenan favorables a la luz de las respuestas de los hombres de negocios que asistieron a la reunión: * El 84 por ciento piensa que la crisis se prolongará durante el '99: hasta mediados (el 56 por ciento) o hasta fines (el 28 por ciento). * Brasil perdió 12 mil millones de reservas en agosto y ahora en el banco central sólo le quedan alrededor de 63 mil millones de dólares. El 70 por ciento de los empresarios cree que si el nivel de reservas llega a 40 mil millones, Brasil devaluará. * El 53 por ciento expresa que si Brasil devalúa, habrá corridas contra el peso y los bancos en Argentina. En cambio, el 47 por ciento restante afirma que no habría sobresaltos. Broda reconoce que "ésta es la peor crisis del capitalismo de los últimos veinte años, pero Argentina es el país más sólido de los mercados emergentes", apuntó, para calmar los ánimos. En tanto, concluyó que si bien dejará sus secuelas sobre la economía real y el sistema financiero, "el impacto no se compara con el Tequila". Y elevó la apuesta: "Aun si Brasil devaluara un 20 por ciento, Argentina aguantará el tipo de cambio", aseguró, aunque admitió que "habría mucho desempleo y recesión". Ante tal situación, especuló, Menem podría reaccionar de dos formas: "Anuncia un recorte del gasto público de 5 mil millones como debe ser, o se lanza de nuevo con los proyectos faraónicos de obras para crear empleo". "Yo confío en que haría lo primero, pero --confesó-- nunca estuve tan nervioso".
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