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Por Carlos Rodríguez Esto es una alegría especial. Hoy (por ayer) estaba eufórica, feliz, como viviendo en otro mundo. ¿Y sabe lo que hice? Mi nieto me invitó a jugar a las bolitas y me puse a jugar con él. Irma Girolami es la madre de Sergio Sorbellini (19 años), quien fue asesinado el 12 de marzo de 1989 junto con su novia Raquel Lagunas (17), en la localidad rionegrina de Río Colorado, a 220 kilómetros de Viedma. El optimismo de Irma, respecto de la resolución del caso, obedece a la detención de cinco policías que, según declaró a Página/12, deben saber y muy bien quiénes fueron los autores del crimen. El juez Juan Torres, de General Roca, ordenó las detenciones y acusó a los policías de asociación ilícita porque presuntamente se confabularon para realizar el ocultamiento o destrucción de pruebas que hace que el hecho siga impune a más de nueve años de ocurrido. Los cinco detenidos son los comisarios Juan Carlos Moyano y Rodolfo Bohlman, quienes siguen en actividad y cumplían funciones en Viedma y Cipolletti, respectivamente; el comisario inspector retirado Héctor Almendra; y los suboficiales Viterbo Castro y Raúl Reynaldo Pérez, quienes tenían destino en Río Colorado. En fuentes judiciales se señaló incluso como probable que alguno de los uniformados haya tenido participación directa en el doble homicidio, cuyos móviles son tan confusos como los del triple asesinato de Cipolletti. La muerte de Sorbellini y Lagunas ocurrió un domingo, igual que la desaparición de las tres chicas de Cipolletti. Los dos jóvenes habían salido a pasear en bicicleta y recibieron de cuatro a seis balazos calibre 22 cada uno. La única hipótesis que aparece como válida es que ambos, en forma casual, presenciaron algún hecho ilícito y fueron silenciados por sus autores. Eran dos chicos de barrio, comunes, no tenían ninguna cosa que esconder, recuerda Irma Girolami al hablar con este diario. La mujer considera muy positiva la labor de una comisión legislativa que en los últimos cinco meses hizo una revisión de la causa. El martes, los miembros de ese cuerpo, Eduardo Chironi (Frepaso), Alcides Pinazo (PJ) y Marta Mayo (UCR), elevaron al Consejo de la Magistratura un pedido de juicio político contra los jueces de la Cámara III del Crimen de Roca, Aldo Rolando, Raúl Bosch y Rafael de la Rosa. Ellos juzgaron y condenaron, en 1990, a Mario González y Raúl García, declarados inocentes y dejados en libertad en 1992, por gruesas irregularidades en el proceso. La Cámara III está cuestionada en la investigación del triple crimen de Cipolletti por haber revocado las prisiones preventivas del médico policial Gustavo Montelpare y del subcomisario Luis Seguel, acusados de encubrimiento. Por el doble crimen de Río Colorado fue destituido el juez de primera instancia Fernando Bajos, y la comisión pidió que se revoquen los sobreseimientos, dictados por la misma Cámara, de los policías Andrés Ferreras y Ricardo Fonseca. Ambos habrían mentido al firmar una autopsia de los dos cuerpos en la que nunca participaron. También está sospechado el perito balístico Julio César Arriola. El diputado Chirone aseguró que en cinco meses la comisión destrozó todas las pruebas y puso en evidencia la responsabilidad y el mal desempeño de los funcionarios públicos que actuaron en el largo proceso. Pinazo había considerado bochornosas las declaraciones que hicieron ante la comisión, en setiembre del año pasado, los cinco policías ahora detenidos. Anoche, el juez Juan Torres les tomaba declaración indagatoria en General Roca. Los legisladores pidieron también la exhumación de los cuerpos de Sorbellini y Lagunas, para realizar una nueva autopsia. Irma Girolami de Sorbellini cree que finalmente ha llegado el momento de hacer justicia, aunque aclara que ella nunca perdió las esperanzas. Desde hace cinco meses suspendieron las marchas de reclamo porque por fin apareció gente dispuesta a investigar. Se refiere tanto a los diputadoscomo al personal policial enviado desde Viedma, que se hizo cargo de la investigación. A la familia le queda un dolor permanente. Irma refleja esa angustia en dos personas: su madre, Telba, de 76 años, y su nieto, Sergio Alberto, de 8, que lleva el primer nombre como homenaje a su tío asesinado. Mi mamá nunca pudo superar lo que le pasó a su nieto y el nene vive la angustia que nosotros le transmitimos. Pero el de ayer fue un día de fiesta para Irma, que decidió celebrarlo como si fuera una niña, jugando a la bolita con mi nieto.
ELIÇABE DECLARO POR LAS MOCHILERAS Eduardo
Eliçabe, el único imputado por el crimen de dos mochileras ocurrido en el partido de
Bahía Blanca en febrero pasado, admitió ayer ante el juez del caso, Hugo de Rosa, que
mantuvo relaciones sexuales con una de las jóvenes, aunque volvió a negar haberlas
matado. En cambio, el perito a cargo de las autopsias aseguró que la chica fue violada
mientras agonizaba.
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