Principal RADAR NO Turismo Libros Futuro CASH Sátira


“Los fujimoristas le han mentado la madre al país”

Insultado por un fujimorista, el congresal Javier Diez Canseco le dio una trompada y el Congreso lo suspendió por ser una “amenaza a la seguridad de Perú”. Diez Canseco cuenta aquí lo que pasó.

El Congreso peruano vota contra el referéndum sobre la re-re de Alberto Fujimori.
Después de esa maniobra, provocaron a Javier Diez Canseco con motivo de sacarlo de en medio.

na18fo01.jpg (10817 bytes)


Página/12 en Perú
Por Carlos Noriega desde Lima

t.gif (67 bytes) “Si el gobierno no retrocede y quiere imponer el fraude sería totalmente irresponsable participar en las elecciones del año 2000”, anuncia el congresista de izquierda Javier Diez Canseco al referirse a las leyes electoraLes dadas por el gobierno del presidente Alberto Fujimori quien, luego que el Congreso impidiera la realización de un referéndum sobre la legalidad de su tercera candidatura consecutiva, es un seguro candidato para un tercer mandato presidencial de cinco años. De esta forma Diez Canseco adelanta la posibilidad de que la oposición peruana boicotee ese proceso electoral. El congresista, que el pasado jueves 3 fue suspendido por 120 días en una sesión de escándalo que motivó el retiro de toda la oposición, también se refiere a la posibilidad de que la oposición abandone el Congreso que ha quedado desligitimizado al extremo. Pero en ese, como en otros temas centrales de la política peruana, el problema está en la falta de unidad de los opositores a la autocracia fujimorista.
–¿Cómo interpreta políticamente su suspensión del Congreso?
–Hay un conjunto de factores que la explican. Desde la visión del oficialismo es un acto de amedrentamiento contra quienes no compartimos sus posiciones y sus intereses. Amedrentamiento del que han hecho gala anteriormente por otros mecanismos, como el uso de la policía fiscal contra las empresas de determinados congresistas o la compra de votos y conciencias que han caracterizado a este Congreso, que cada vez se parece más a un mercado y que ni legisla ni fiscaliza, sino que se ha convertido en una fábrica de cortinas de humo sobre las corruptelas del gobierno y en una caja de resonancia de las decisiones de (el asesor presidencial) Vladimiro Montesinos, los servicios de inteligencia y el Palacio de Gobierno. La forma en cómo se ha manejado esta sanción revela que quienes quieren hacer este escarmiento están con un miedo profundo y con una sensación de soledad y aislamiento creciente. Por eso, en un hecho increíble, han tratado este incidente en una sesión secreta para impedir que se conozcan los hechos que provocaron un acontecimiento legalmente secundario, producto de una agresión verbal del congresista (oficialista Daniel) Espichón, que me tildó de terrorista y me mentó la madre, ante lo que yo reaccioné impulsivamente tapando de un puñete la cloaca de la que emanaba esa fetidez. El oficialismo ha querido impedir que este tema se vea en el contexto de un debate de la evolución de la sesión en la que se impidió la realización del referéndum sobre la reelección de Fujimori, en la cual, y eso es lo principal, le mentaron la madre al país. Una tercera razón en un conjunto de venganzas personales, como las que animan a (la congresista de la mayoría) Martha Chávez, ungida con el título de Miss Turismo Parlamentario por el uso y abuso que ha hecho de viajes y viáticos y que yo he denunciado.
–¿Es factible un boicot de la oposición a ese Congreso que ni legisla ni fiscaliza?
–Creo que un vacío político producido por una decisión unitaria de la oposición de retirarse del Congreso en tanto éste es un instrumento abusivo de la mayoría oficialista y un espacio de imposición autoritaria y avalamiento de la corruptela del gobierno, sería un golpe durísimo al régimen. Pero esto tiene una condición: que haya unidad de criterios, es decir, que haya la oposición y no las oposiciones. Y creo que ahí es donde está el principal problema en el Perú. La mayor fortaleza del gobierno está en la debilidad y en la división de la oposición.
–¿La oposición ha debatido esa posibilidad de boicotear al Congreso?
–Algunos hemos planteado esa posibilidad. Antes de producirse este incidente con Espichón yo estaba evaluando la oportunidad de pedir una licencia. Retirarse del Congreso tiene que ser parte de un plan y de unarespuesta de conjunto y eso implica acuerdos respecto de alternativas de gobierno, a formas de organización y a formas de lucha. Un gesto de ese tipo en el Congreso sería totalmente insuficiente sin ese respaldo y sin un plan de acción que vaya más allá del Congreso.
–¿Cuáles son los efectos políticos de la decisión del Congreso de impedir el referéndum sobre la re-reelección de Fujimori y qué va a hacer la oposición?
–Este hecho grafica el grado de aislamiento en el que la mayoría oficialista ha puesto al Congreso y la desesperación que tiene de que el pueblo del Perú se pronuncie vía un referéndum. Pero han dado partida de nacimiento o un movimiento de resistencia civil y democrática que está expresándose en movilizaciones espontáneas impresionantes en las principales ciudades del país. Son expresiones de un pueblo que se ha puesto de pie y que le ha dicho basta ya al abuso y al consentimiento de un régimen de prepotencia, de centralismo y de profunda e inhumana injusticia en relación a los trabajadores. Ahora la oposición tiene como retos levantar una propuesta de programa alternativo al fujimorismo, articular comités de resistencia democrática en diferentes puntos del país y desarrollar una unidad de acción. La resistencia y desobediencia civil y la tarea de explicación al país de lo que ocurra es fundamental. Esta tarea tendría una jornada importante con el paro nacional que se ha convocado para el 30 de setiembre y que se convertirá en una jornada de movilizaciones y de rechazo a la perennización del fujimorismo y sus políticas en el país.
–¿Cómo percibe el escenario al interior de la oposición para avanzar hacia la unidad y responder a ese reto?
–Creo que hay condiciones que van mejorando, y lo principal de lo que va mejorando es que el pueblo está demandando esa unidad. A veces ocurre que la población tiene más nivel de conciencia que los que se denominan sus dirigentes. Desde la presión popular se puede obligar a condiciones de unidad que resultan indispensables.
–La oposición agrupada en el Foro Democrático ha anunciado que el 12 de este mes presentará las bases de lo que será su plan de nación. ¿Cuáles serán los puntos centrales de esa propuesta?
–Hay cuatro grandes temas. El primero se refiere al régimen político y sobre esto se va a plantear la necesidad de restituir el estado de derecho. Un segundo gran tema va a ser el de la descentralización del régimen político y económico, lo que implica la elección de diputados nacionales de regiones, de gobiernos regionales y un presupuesto descentralizado. En tercer lugar están los programas sociales. El Perú es un país con una altísima pobreza y con dramáticos índices sociales, en el que la brecha entre ricos y pobres se extiende y los niveles de desempleo y subempleo han batido todos los records. Plantearemos una política social de mediano y largo alcance y no sólo una política de emergencia. Finalmente está el tema de la política económica, que es el más espinoso porque hay diferentes opciones entre la oposición. Pero estamos de acuerdo en que en una economía de mercado, que es indispensable, no pueden haber oligopolios y monopolios que fijen tarifas arbitrarias, abusen del consumidor e impongan condiciones laborales inaceptables. Una economía de mercado no implica que el Estado desaparezca. El Estado tiene que tener un rol promotor y regulador. El programa económico tiene que ubicarse dentro de la globalización mundial, pero sin dejar desarmado al Perú frente a las agresiones que se puedan producir del mercado internacional, ni desorientado como está ahora, respecto a la crisis de Asia.
–El gobierno no sólo ha impuesto la re-reelección contra viento y marea sino que ha dado una serie de leyes que la oposición ha denunciado como preparatorias de un fraude electoral el 2000. ¿Si esas condiciones no cambian la oposición podría boicotear esas elecciones?
–La acción de la oposición debiera pasar en primer lugar por boicotear el Congreso si no se cambian esas leyes y por una desobediencia civil paraobligar al gobierno a ingresar a una negociación en este tema. Esta es una lucha que tenemos que dar también en el escenario internacional, que es un escenario sensible para este gobierno. Si el gobierno no retrocede y lo que tenemos es la imposición de un régimen que quiere impedir el fraude, es decir una pantomima electoral, creo que sería totalmente irresponsable participar en esas elecciones. Pero nuevamente aquí está planteado el problema de si vamos a actuar con un criterio unitario, de si la oposición va a tener un bloque común o no, de si los niveles de acuerdo dan para una resistencia de mediano y largo plazo y no sólo para una acción espectacular de cinco minutos.

 

PRINCIPAL