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El 11 de setiembre del año pasado el presidente Carlos Menem prometió un inminente aumento salarial a los docentes. Mentes suspicaces intuyeron que era una maniobra para aminorar el grano que significaba, en víspera de elecciones, la Carpa Blanca de Congreso. Y tenían razón. A un año vista, la promesa no se ha plasmado. La memoria del oficialismo es espasmódica. Tras cajonear el tema, ahora lo desempolva y promete sacar la ley de Incentivo Educativo en tiempo record. El presidente del bloque de diputados peronista, Humberto Roggero, aseguró ayer que se le dará media sanción el miércoles. El oficialismo promete que la cámara de senadores la hará ley antes del viernes. El apuro no es casual, busca impedir que la Confederación de Trabajadores de la Educación de la República Argentina (Ctera) instale frente a la Casa Rosada la segunda Carpa Blanca. La Ctera tiene prevista para el viernes 11 una marcha federal educativa que hará converger sobre la Capital columnas de docentes, estudiantes y padres provenientes del noroeste, del litoral, del sur y del centro del país. La coronación será una movilización desde Congreso a Plaza de Mayo. Y la instalación de la segunda Carpa Blanca, que podría dejarse sin efecto si ya está sancionada la ley. El episodio es revelador del poder de presión que sigue teniendo la acción de Ctera. La carpa blanca fue, en 1997, una convocatoria ineludible y una referencia infaltable en los discursos políticos opositores. Este año fue más cuesta arriba: menguó la presencia de los medios y los precandidatos presidenciales opositores, el año pasado asiduos visitantes, casi no asistieron después de las elecciones del `97. Es que la obsesiva lucha de varios diputados aliancistas (Alfredo Bravo, Gabriel Dumón, Irma Parentela, Adriana Puiggrós y Mary Sánchez, entre ellos) por la ley de Incentivo Docente tiene un alto grado de antagonismo con el "pequeño Machinea ilustrado" que ilumina el pensamiento económico aliancista, cuya regla implícita número uno es no patear ningún tablero. Aunque perdió la gracia de la novedad, aunque no es fácil sostener la
diaria convocatoria a artistas e intelectuales, aunque la oposición no es homogénea en
su compromiso con el reclamo docente, la protesta de Ctera sigue teniendo peso. El
gobierno quiere evitar una nueva carpa blanca. Si cumple con su promesa tal vez lo logre.
Si no lo hace, sabe que los tenaces trabajadores liderados por Marta Maffei comenzarán a
ayunar a partir del viernes, esta vez frente a la Casa Rosada. |