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La Comisión de Pastoral Social de la Iglesia
Católica renovó sus críticas al modelo y propuso "revalorizar la cultura del
trabajo como factor clave de todo sistema económico-social". |
| Por Washington Uranga
Todos estos conceptos están contenidos en una declaración "oficiosa" difundida después de tres días de deliberaciones y en los informes de las ocho comisiones de trabajo en las que se reunieron los aproximadamente 400 participantes del encuentro que presidió el cardenal de Córdoba y titular de la Comisión de Pastoral Social, Raúl Primatesta, y del que tomaron parte como oradores, entre otros, el presidente del Episcopado, arzobispo Estanislao Karlic, y el ministro de Trabajo, Antonio Erman González. La reunión, la novena de este tipo, no emite documentos oficiales y los informes que de allí salen no pueden considerarse formalmente como documentos de la Iglesia Católica, pero es claro que expresan el sentir no sólo de los obispos, sino de parte importante del laicado católico que se mueve en la política y la acción social. El mensaje final propuso "revalorizar la cultura del trabajo como factor clave de todo sistema económico-social, teniendo en cuenta que el acceso al mismo es un derecho natural a una justa remuneración y dignas condiciones en el ámbito de la realización de sus tareas, contribuyendo así a la realización personal, la construcción del bien común y el desarrollo de la Nación". El ministro González aprovechó la ocasión para calificar de "muy valioso" lo que consideró el "aval" del cardenal Primatesta a la Ley de Reforma Laboral aprobada la semana anterior en la Cámara de Diputados. El arzobispo cordobés había dicho que la ley es "buena" pero "perfectible", después de señalar que, en realidad, no quería manifestarse sobre el tema porque "entiendo poco de la ley laboral". No obstante pidió a quienes critican la norma legal que "aflojen" y que acepten "trabajar este camino para perfeccionarlo". Como presidente de Pastoral Social, Primatesta ha sido uno de los obispos que en estrecha relación con la dirigencia de la CGT intermedió para acercar posiciones entre obreros y empresarios. El ministro de Trabajo reconoció el hecho al agradecer la tarea de la Iglesia por haber "propiciado el diálogo entre empresarios y dirigentes gremiales" y por los aportes que hace "con su luz y su doctrina". A pesar de los esfuerzos y las maniobras del Gobierno –-apoyados por la acción
interna de algunos obispos cercanos al oficialismo-- las críticas de la jerarquía
católica a la situación social no parecen llegar a su fin. Después de afirmar que
"los valores del hombre son otorgados por Dios y no por la legislatura" y que
"los derechos humanos no se someten a consenso ni son negociables", al ser
consultado por la atención que los políticos prestan a las palabras de la Iglesia, el
arzobispo Karlic dijo que "sordos no son y, al menos, se sienten interpelados por
nuestra prédica". En el mismo ámbito, aunque en otro momento, el ministro González
reafirmó la actitud que el oficialismo adopta cada vez que la Iglesia habla de desempleo,
marginación y corrupción: "no son críticas, sino que reconocen un diagnóstico
crudo, real, al que nosotros tenemos la obligación, juntamente con otros sectores de la
sociedad, de encontrar caminos de solución". |
El encuentro de "Constructores de la Sociedad", que finalizó ayer en Tanti (a
unos 40 kilómetros de la capital cordobesa) y que fue organizado por la Comisión de
Pastoral Social de la Iglesia Católica, sirvió para que representantes eclesiásticos
junto a dirigentes políticos, sociales, pequeños empresarios, renovaran sus críticas al
"capitalismo salvaje", a una globalización "que no tiene autoridad
jurídica", que "no es natural sino intencionalmente impuesta" y que
impulsa "una idolatría del mercado que reduce las necesidades humanas a los bienes
puramente materiales que por su pulsión consumista resultan inalcanzables y generan
constante insatisfacción, alterando de esta forma, los valores éticos que contiene la
cultura del trabajo y la solidaridad".